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COMO EL VIENTO
Soy tan viejo, como el viento
a veces débil, a veces fuerte.
Solamente soy suave,
Por amarte, por quererte.
Como aire me escurrí,
en el abismo silencioso
de tu alma y recorrí sus senderos
de luz, que impregnaron en la mía
el perfume de su belleza Indescriptible.
Conocí, palmo a palmo,
el capullo sedoso de tu cuerpo
y en tus ojos descubrí
el secreto de tus ansias
y tu prudente sonrisa insinuaba,
la grandeza insondable,
de tu amor.
¡Quién creyera!, tantos años marcharon,
tanta dicha, igual pasaron,
asfixiando al silencio.
Mas hoy ese silencio, ese tiempo
tan cruel, me sume en la soledad
de lo que soy:
“UN HOMBRE, UN RECUERDO,
TAN ANTIGUO, COMO EL VIENTO".
MARES
Mares de cielo,
Mares de nubes
Mares de luces,
Con tu recuerdo
Mares de tierra,
Mares de selva
Mares de cañas
En mis cultivos.
Mares de mirlos,
Mares de cantos
Mares de rezos
Tengo en mi culto.
Mares de flores,
Mares de aromas
Mares de noches,
Cubren mi tiempo.
Mares de cantos,
Mares de sueños
Mares de esperas
Me dan sosiego.
Mares de penas,
Mares de males
Mares de insomnios,
Sufro en tu ausencia.
Mares de risas,
Mares de dichas
Mares de amores,
Cuando te veo.
Mares de mieles,
Mares de ensueños
Mares calmados,
Con tus caricias.
Mares profundos,
Quietos, callados
Tengo en el alma,
Cuando me besas.
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11-10-01
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REGRESO
Después de tanto tiempo
de regreso a mi pueblo,
de regreso a lo mío
de regreso al hogar.
¡Qué sol maravilloso!
¡Qué claridad de cielo!
¡Qué césped más verdoso!
¡Qué esplendente lugar!
Guarambaré, mi pueblo
qué bellezas atesoras
qué divina es tu aurora
con su limbo de luz,
y tus calles tranquilas
con su arena sedosa,
me reciben mimosas
con mis brazos en cruz.
Arrobado contemplo,
tu majestuosa iglesia,
y al observar la imagen
de la Natividad,
mis ojos se humedecen
se anuda mi garganta
y elevo una plegaria
que es de felicidad.
La bulliciosa escuela
con sus alegres niños,
me recuerda otros tiempos
que ya nunca vendrán
Guarambaré, he vuelto
a soñar con tus noches
a empaparme en tu luna
y a vivir tu fulgor.
Guarambaré, mi pueblo,
mi pueblito querido
cuánta pena escondida
en tu ausencia sufrí
sin beber de tus fuentes
me sentía vacío,
era como una rosa
sin perfume y rocío,
un ave enmudecida
que no podía cantar.
Mas hoy he regresado,
y estoy feliz de verte,
ha cambiado mi suerte,
al poder contemplar,
la figura silente
de mi madre canosa,
cuyas manos callosas
paseó por mi sien.
Y al ver tanta armonía,
yo te juro mi pueblo,
que eres todo mi anhelo
jamás te olvidaré,
ya no habrá más regreso
todo en mi es alegría;
¿partir de nuevo otro día?
Jamás, jamás, Guarambaré.
Autora: DELIA PICAGUÁ BORDÓN.
Asunción-Paraguay, noviembre 2009.
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