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EDWIN MARINO BRÍTEZ PAREDES

  LA DEVALUACIÓN DEL VOTO CIUDADANO COMO RESULTADO DEL DETERIORO DE LA REPRESENTATIVIDAD (EDWIN BRITEZ)


LA DEVALUACIÓN DEL VOTO CIUDADANO COMO RESULTADO DEL DETERIORO DE LA REPRESENTATIVIDAD (EDWIN BRITEZ)

LA DEVALUACIÓN DEL VOTO CIUDADANO

COMO RESULTADO DEL DETERIORO

DE LA REPRESENTATIVIDAD
 
EDWIN BRITEZ


 

 

 

1. LA INFLUENCIA DEL SISTEMA ELECTORAL EN EL SISTEMA POLÍTICO

 

 

La instalación en el escenario electoral paraguayo de candidaturas inesperadas con resultados y tendencias pre-electorales sorprendentes se suma a la cadena de acontecimientos de la misma naturaleza que observamos en el continente, a partir del retorno de la ola democrática. Algunas de ellas exitosas y otras que estuvieron a punto de serlo.

Color de Mello, Chávez, Fujimori, Oviedo y ahora el avance de Osvaldo Domínguez Dibb son los clásicos ejemplos de que las elecciones, aún cuando sean libres y limpias, no siempre arrojan los resultados lógicos de un sistema democrático que se rige por una jerarquía de valores y testimonios de vida.

No es nuestra intención sobredimensionar ni subestimar la importancia del sistema electoral en el desarrollo del sistema político y del sistema de partidos políticos. Existen las dos posiciones que coexisten con el criterio, por un lado de que el destino de la democracia está directamente asociada al sistema electoral, y por el otro la idea de que esto no es lo más importante en un sistema político.

Dieter Noblen advierte que es inútil realizar un análisis desde uno de estos puntos de vista ya que ambos carecen de sustento por sí solos. La primera porque desconoce que los desarrollos políticos por lo general no pueden explicarse de forma monocausal sino que están determinados por varios factores de distinta procedencia. La segunda porque pueden traerse a colación un gran número de pruebas empíricas: los sistemas electorales tienen consecuencias sobre el comportamiento electoral y los resultados electorales, influyen sobre la conformación del sistema de partidos y así sobre la distribución del poder en un país y pueden tener además gran importancia para la estabilidad política. (1)

No nos vamos a referir en esta entrega a la ya conocida y repetida conclusión de que la democracia en nuestro continente fue vaciada y devaluada por errores de política económica; tampoco al desencanto del electorado por la gestión de gobierno en sociedades que salieron de la dictadura y terminan añorando el pasado en que vivieron oprimidas, aunque con un poco más de pan.

Existe una tendencia en las democracias jóvenes, como la nuestra, de hacer prevalecer el criterio de que los sistemas electorales no constituyen los elementos más importantes para la consolidación de la democracia. Según este punto de vista, la calidad de la democracia en el sistema político de los países dependería en mayor medida de otros factores, como la cultura política, el desarrollo, el nivel de producción, entre otros.

Este argumento lleva a la conclusión de que es más importante ocuparse políticamente de estos problemas antes que gastar energía en buscar el mejoramiento del sistema electoral.

Trataremos de enfocar la democracia desde el punto de vista de la calidad de las elecciones, ritos que para muchos, erróneamente son sinónimos de democracia. Elecciones libres y limpias = democracia, no siempre es así aunque resulte imposible demostrar lo contrario.

Sabido es que no pocas veces las condiciones económicas y culturales dificultan a la ciudadanía el pleno ejercicio del derecho de elegir, situación que convierte a la democracia en una mera apariencia, una formalidad para ocultar la exclusión de las mayorías o de las minorías y permitir en cambio el dominio de las élites, sin posibilidad de ejercer control sobre ellas y menos aún de realizar el recambio.

 

2. EL CASO PARAGUAYO

 

En el caso de Paraguay, es justo reconocer que la burocracia estatal recibió el necesario apoyo de la clase política para lograr un padrón bastante saneado que otorgó la garantía necesaria de participación ciudadana en condiciones aceptables de competencia, lo que no significa que sean condiciones de igualdad para todos. No obstante, es difícil negar el concepto de transparencia al proceso electoral paraguayo de hoy día.

Por otro lado el poder establecido y restablecido después de las zozobras del golpe de estado de 1989 tuvo la suficiente madurez de 'permitir' pluralidad y sobre todo libertad de participación, y al mismo tiempo tuvo la capacidad de asumir los riesgos de competir asegurando para sí las victorias sucesivas, por un lado gracias a los desatinos de la oposición de construir una alternativa eficiente con un proyecto de país diferente.

El advenimiento de la apertura política en el 89 no significó necesariamente el desmantelamiento de las oligarquías partidarias. Ellas, especialmente las del Partido Colorado que sostuvo al dictador hasta su caída, sufrieron el golpe solo después de establecerse el voto directo, instrumento que para muchos fue la panacea para ingresar al oleaje incontenible de la democracia.

Sin embargo, a trece años de aquel hito, todavía continúa el debate sobre la calidad de nuestra democracia. ¿Es una democracia formal que se estanca en el ejercicio de las libertades públicas, el acatamiento de las reglas de juego y las decisiones tomadas por simple mayoría, o es una democracia sustantiva en la que pesa más el contenido, el propósito y los resultados sociales del ejercicio del poder?.

El voto directo fue muy importante para expulsar del poder partidario a los Chaves, Peña, Frutos , Stanley y otras vacas sagradas de los partidos tradicionales, pero también para frenar el ascenso de valores de reserva como fue el caso simbólico de Waldino Ramón Lovera o de grupos totalmente descontaminados del poder criminal y corrupto de entonces, como fueron los casos de viejos luchadores del exilio: ciudadanos colorados, liberales, febreristas o comunistas; civiles o militares.

Una democracia plena no puede prescindir de lo formal como tampoco de lo sustantivo. Los valores tradicionales de la democracia, como la tolerancia, la igualdad, la no-violencia, el libre debate y la solidaridad, requieren también responsabilidad política de quienes gobiernan y de controles para poner límite a esos poderes.

El voto directo fue importante para romper la oligarquía de los partidos tradicionales, no así para mejorar la calidad de la democracia, según los patrones expuestos en el párrafo anterior.

Se convirtió mas bien en un voto acrítico al dejar entrar a cualquiera, al permitir que la mayoría continuara enquistada al poder y al impedir el acceso a muchos que podían dar lustre a la democracia. El nuevo sistema que entró a suplir al sistema de preselección por mandatos, liquidó el debate en los partidos y por consiguiente eliminó la posibilidad de que los ciudadanos pudieran participar en sus escenarios naturales (los partidos políticos) en la construcción del proceso democrático más que con sus simples votos.

 

3. UNA EVALUACIÓN PENDIENTE

 

A trece años de un cambio sustancial introducido en el sistema electoral es necesario hacer una pausa y evaluar cuál es el efecto que el nuevo sistema ha tenido sobre la legitimidad de la democracia y el grado de aceptación en la ciudadanía además del efecto sobre la representatividad, hoy tan desprestigiada o por lo menos vapuleada.

También debería evaluarse el resultado de este sistema en la responsabilidad de los gobernantes hacia los gobernados como para que aquellos se sientan obligados a cumplir con sus promesas electorales.

La recuperación del voto ciudadano de las garras del mandatario (convencional partidario) significó la proscripción de su aporte critico. Lo que se ganó en libertad se perdió en calidad. Ya no fue necesario el peso del argumento sino la cantidad de votos; no fue necesario ganarse el aprecio de la gente por méritos propios sino tener la capacidad de conocer el precio de los votos necesarios y tener la capacidad de invertir en ellos.

¿Se puede considerar un logro del nuevo sistema electoral que la gente añore volver a la dictadura, o existen formas de demostrar que este factor ninguna relación tiene con lo meramente electoral?.

Lo cierto es que el debate político cambió de escenario. De las asambleas y convenciones el debate se mudó a la prensa y solamente permanece en boca de unos pocos elegidos para hablar en nombre de todos. Muchos líderes partidarios saltaron de la nada a la fama y aunque sigan siendo nada, la democracia pasó a sustentarse con ellos en los rubros del presupuesto del Estado y en el poder mediático de la agenda política.

El ciudadano solo vota en su comité o seccional. Solo vota en las elecciones municipales o generales. Quizá s ni siquiera elige. Solo tres o cuatro organismos de dirección partidaria piensan, deliberan y toman decisiones políticas en nombre de la ciudadanía. Con su voto acrítico, el ciudadano hipotecó su futuro al no tener la oportunidad de rever su decisión ya que bien se sabe las autoridades electas en el país tienen mandatos irrevocables.

Si bien es cierto que no existe ningún sistema electoral ideal que sea óptimo, los efectos que produce la opción tomada son suficientes parámetros para adoptar juicio de valor, sobre todo transcurrido cierto tiempo de su puesta en funcionamiento.

En lo que respecta a nuestro sistema, a pesar de los numerosos aciertos introducidos con la reforma, el aspecto más preocupante del resultado es la devaluación del voto libre, responsable y conciente, al punto de ponerlo en oferta al mejor postor. No es solo la corrupción generalizada de la clase política y del funcionariado lo que provoca falta de credibilidad y por ende desprecio al voto ciudadano. Es la naturaleza misma del voto vacío y acrítico lo que termina impulsando al ciudadano a subestimarlo y a ponerlo en remate en cada elección.

¿Qué nos extraña entonces que un parroquiano pobre y semianalfabeto ceda su derecho y deber de sufragar a cambio de un chorizo y una cerveza, reforzados, tal vez, con un diez o veinte mil guaraníes (1,5 a 3 dólares)? ¿Qué nos extraña que se pongan masivamente en venta cédulas de identidad o que punteros o veedores de mesa tomen el dinero que se les ofrece a cambio de favores inmediatos?

Poco espacio existe para acusar de traición, inconsciencia o cuestiones por el estilo a quienes se sienten excluidos de la democracia participativa y sacan ventajas de los procesos electorales.

Las campañas electorales de por si ya son excluyentes y cada vez más dirigidas a públicos predispuestos a capturar mensajes prefabricados. No es realista esperar que un ciudadano promedio lea la plataforma electoral de los candidatos, haga un análisis comparativo y decida su voto de manera enteramente racional y objetiva. Por eso, los candidatos emplean símbolos. (2)

Significa esto que supuestamente las campañas electorales y el proselitismo, son para informar mejor a la ciudadanía con respecto a la decisión que debe tomar; supuestamente es el período en que el soberano recibe el mayor volumen de informaciones y por consiguiente debería encontrarse en mejores condiciones de resolver las cuestiones más importantes de su condición ciudadana.

Sin embargo, a la soledad en que lo abandonó el voto acrítico, al olvido en que lo dejó el partido político y a la pérdida de éste de su rol didáctico, se suman las campañas electorales utilizadas exclusivamente para transmitir promesas, la mayoría de las cuales son incumplibles, y para intercambiar insultos.

Esta manera, no muy optimista por cierto, de percibir el sistema electoral paraguayo no hace sino reforzar la idea de que quien cree que la democracia significa solo elecciones limpias y una norma electoral razonable esta equivocado. La democracia es mucho más que el respeto al voto y que una reforma electoral.

 

4. LA CONFIANZA EN EL PUEBLO

 

Siguiendo el razonamiento aristotélico de que en la democracia si se confía más en el juicio de varios que en el juicio de uno solo, necesariamente se concluye que existe confianza en los ciudadanos para tomar decisiones y no en una persona que decida por los demás, se nos plantean interrogantes respecto de la naturaleza de nuestra democracia, que en las primeras etapas de la transición se caracterizó por una alta participación electoral, que fue descendiendo hasta llegar a su punto más bajo con menos del 50%, además de la devaluación del sufragio, como lo señaláramos anteriormente.

Se piensa -dice Aristóteles- que los ciudadanos tienen las habilidades y la razón suficiente como para actuar y decidir, lo que significa la negación de escuelas políticas como el nazismo, el comunismo y el dirigismo estatal, que coloca todo el poder de la sociedad en una elite que niega las habilidades del resto de los ciudadanos. (3)

La única justificación posible del intervencionismo es una suposición, no una constatación, y generalmente es que según ese prejuicio, el juicio y las capacidades racionales de los ciudadanos son inferiores a los de los gobernantes, y por ende éstos deben decidir por aquellos.

Cuántas veces hemos escuchado que el pueblo no esta capacitado, que solamente es necesario Manus militar para gobernar con éxito hasta que llegue el momento en que el pueblo sepa lo que quiere. Detrás de estas ideas, obviamente no se escudan proyectos puramente democráticos.

Sin embargo, el cimiento de la democracia es la confianza en el ciudadano común, un factor que se encuentra mucho más allá de las simples elecciones libres y transparentes.

Acton se plantea: ¿por qué la democracia? y contesta diciendo, porque la democracia equivale a libertad para las personas, para las masas, donde no existe democracia, tampoco hay libertad. (4)

Sin embargo concluye que la libertad protege a la democracia de probables errores que se puedan cometer, por ejemplo por la ignorancia de la masa de electores que son engañados fácilmente. La selección de los mejores no es garantía de éxito como se supone siempre ya que la educación, la inteligencia y la riqueza de los mejores dan protección contra fallas de conducta pero no contra errores de política.

Por tanto, no hay que considerar como que cierta clase social no es apta para gobernar o que el pueblo no está preparado para la democracia sino prestar atención sobre la devaluación deliberada del voto ciudadano como voto consciente. Alertar sobre la posibilidad de que la abstención y el voto sin sentido sustituyan a la confianza depositada en el pueblo de tomar decisiones y al derecho que tiene de equivocarse unas y otras veces, sin consecuencia alguna para la democracia.

Lo importante, como dice Popper, no es desde luego quién será elegido para gobernar sino dejar establecido con la elección un sistema preparado como para que dado el caso, un gobierno malo no cause tanto daño al país mediante el óptimo funcionamiento de las instituciones. Si así fuera, no es tan importante ni trágico que gobiernen políticos de la talla de Cháves, Fujimori o Domínguez Dibb. (5)

Pero este proceso de voto vacío no es nada alentador para nuestra construcción democrática, ya que a menor participación o mayor exclusión ciudadana del sistema, no corresponde el necesario contrapeso de una fuerte presencia institucional.

Si pudiéramos medir la velocidad con que se va deteriorando el sistema de representatividad y el descrédito de quienes resultan electos con el actual sistema, tal vez pudiéramos saber la fecha exacta en que terminará la democracia formal y el momento en que debemos olvidarnos de la democracia sustantiva para compartir con quienes tuvieron la paciencia de añorar el régimen ya probado por más de tres décadas con el liderazgo único del general Alfredo Stroessner.

 

CITAS BIBLIOGRÁFICAS

 

1. Noblen, Dieter. Sistemas electorales y reforma electoral. Simposio sobre reforma electoral. Memoria. 1997. Lima. Segunda impresión.

2. Greenfield, Jeff. Playing to win. Nueva York. 1980-

3. Aristóteles. Política. Editorial Porrúa. Colección Sepan Cuántos...

4. Acton, Lord. Selección de Escritos. 1998. Liberty Clasisics.

5. Popper, Karl. La sociedad abierta y sus enemigos.1966. Edición revisada. New Jersey.

 

 

NOVAPOLIS – REVISTA DE ESTUDIOS POLÍTICOS CONTEMPORÁNEOS

EDICIÓN Nº 1 – DICIEMBRE 2002

PARAGUAY 1989 - 2002

LA TRANSICIÓN QUE NUNCA ACABA

 

 

Fuente: http://www.novapolis.pyglobal.com

(Registro: Setiembre 2011)





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