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CARLOS J. FERNÁNDEZ

  LA GUERRA DEL CHACO VII - ORGANIZACIONES CIVILES Y MILITARES DE LA RETAGUARDIA - Por Coronel (SR) CARLOS JOSÉ FERNÁNDEZ


LA GUERRA DEL CHACO VII - ORGANIZACIONES CIVILES Y MILITARES DE LA RETAGUARDIA - Por Coronel (SR) CARLOS JOSÉ FERNÁNDEZ

LA GUERRA DEL CHACO VII

ORGANIZACIONES CIVILES Y MILITARES DE LA RETAGUARDIA

(1928-1935)

Por Coronel (SR) CARLOS JOSÉ FERNANDEZ

Editorial HISTÓRICA

Revisión técnica: ALFREDO M. SEIFERHELD

Ilustraciones: ALBUM GRÁFICO. CINCUENTENARIO DE LA

GUERRA DEL CHACO. 1932-1935. Editorial EL LECTOR, 1985

Asunción – Paraguay

1987 (175 páginas)



PRÓLOGO

Un juicio razonablemente válido respecto de la historiografía paraguaya indica su excesiva tendencia a recordar lo bélico y militar, en mengua de lo pacífico y civil. Así, la proporción de trabajos editados sobre las dos guerras internacionales del Paraguay de los siglos XIX y XX es aquí muy superior a la de aquéllos que tuvieron por objeto de estudio la cultura, la sociedad, la religión, etc.

Por consecuencia, también los textos de enseñanza media y superior dan la impresión que la historia paraguaya del pasado siglo acaba en 1870 y que ella principia, en esta centuria, en 1932, para a su vez cerrarse en 1935 y recomenzar —aquí por motivos diferentes— en 1954.

A esta superproducción histórico-literaria contribuyó la guerra del Chaco de manera notable. Paciencia y esfuerzo cuestan a quienes se proponen analizar el conflicto a partir de todo lo publicado, el separar lo útil de lo superfluo. Muchos artículos, folletos y libros han sido escritos, tanto en Paraguay como en Bolivia, sólo para justificar la actuación de un determinado jefe u oficial, o de una unidad militar.

En la historiografía chaqueña —por darle un nombre— faltan en cambio los estudios globalizadores, que, sin ignorar lo propio, tampoco cierran los ojos a lo que ocurría al lado. En el frente de la guerra, por ejemplo, eran tan indispensables las municiones de boca como las de cañón, tan necesarios los medicamentos como las balas, los choferes y mecánicos como los fusileros y artilleros.

“La guerra del Chaco”, del coronel Carlos J. Fernández ha sido una saludable excepción, tanto en los seis volúmenes publicados como en el séptimo y último que el autor dejara inédito a su muerte. En su conjunto, se trata de la obra de mayor envergadura escrita por un paraguayo sobre aquella dolorosa experiencia, en un período de 25 años, reuniendo una impresionante cantidad de información, a la que se añade la propia experiencia de uno de los conductores más destacados del conflicto.

Y si bien el autor había anticipado en el sexto tomo que allí ponía fin a su trabajo, consideró, criteriosamente, agregar a modo de colofón este volumen subtitulado “Organizaciones civiles y militares de la retaguardia, antes y durante la guerra del Chaco ", referido al período de 1928 a 1935, para poner en evidencia que la guerra no se ganó solamente en el Chaco.

Estas organizaciones destacaron, como lo admite Fernández por su eficacia y honradez, sin nacionalismo falso ni tardío. Aglutinaron a la población en derredor de un común objetivo y fueron el sustento diario de aquellos a quienes les tocó ir a las trincheras.

Si el Paraguay de nuestros días necesita por simple curiosidad convencerse de la aptitud de los civiles —incluso para la guerra— no hay más que mirar a los años 1924-1935 en que cuatro presidentes vestidos de paisano —casi siempre con ministros de igual indumentaria— prepararon al país y lo condujeron luego con un Ejército nacional y no partidario, al éxito en una costosa guerra.

¿De qué no serían capaces, ya no ellos sino quienes preservaron aquellos mismos conceptos de honestidad, en estos tiempos en que no hace falta distraer soldados en las fronteras ni prepararse para la guerra? Pero para ello se necesitará también de oficiales como el mismo Fernández, que algunos meses después del armisticio de 1935 prefirió perder su carrera militar antes que aceptar dudosas situaciones de hecho, en desconocimiento del gobierno constitucional de la época.

El coronel Fernández ha completado aquí la tarea, sin estar presente físicamente. Ello no siempre es necesario cuando quedan huellas. Quizá hoy no todos estén dispuestos a emular su comportamiento, en la guerra como en la paz, pero tus lecciones que deja la historia nunca se pierden si se las evoca permanentemente para fines superiores.

Alfredo M. Seiferheld



INTRODUCCIÓN

En este VII Tomo de mi obra «LA GUERRA DEL CHACO», relato todos los antecedentes en referencia a las Organizaciones Civiles y Militares de la Retaguardia, comprendido entre los años 1931/35, donde se contempla el panorama general en que se desabollaba, en forma integral, la preparación de gobierno y pueblo a fin de hacer frente a la contienda bélica que ya se vislumbraba, haciendo referencia a la eficaz y patriótica acción de la magnífica retaguardia. Y en tren de completar dicho panorama, iniciamos en la Primera Parte con un somero estudio sobre la movilización general de 1928/29. La Segunda Parte trata de las Organizaciones Civiles. Y la Tercera Parte, de las Organizaciones Militares, antes y durante la campaña bélica a que nos obligó Bolivia.

Sobre este tópico, un escritor militar ha dicho: «Sabido es que todo esfuerzo bélico requiere ser impulsado, sostenido y alimentado por la población civil. Si falta este sostén se producen en el frente efectos deprimentes sobre el ánimo de los combatientes y, a la recíproca, cuando en el frente las operaciones no son nada favorables» la retaguardia sufre sus consecuencias, por la incierta perspectiva que representan las derrotas».

Confesamos honestamente en nuestra condición de ex-comandante de Grandes Unidades, que durante los tres años de guerra hemos sentido y constatado, en todo su poder anímico, ese sostén, tanto en lo material, acrecentando los recursos del país; como en lo moral, con el aporte sostenido de su espíritu indoblegable para mantener la lucha, no obstante no contar los de la retaguardia con los alicientes del combatiente (el incentivo de su acción personal y directa; la satisfacción del deber cumplido en medio de los horrores de la lucha; las citaciones, condecoraciones, ascensos; el incentivo de publicidad a que se hubiera hecho acreedor su persona o su Unidad). En cambio, el no combatiente no recibe estímulo alguno de esa naturaleza, diluyéndose su esfuerzo en el anonimato colectivo. Es cierto también que su espíritu está sostenido por un sentimiento patriótico extraordinario y excitante, alimentado con el orgullo que le proporcionan sus paladines al brindarle sus hechos heroicos. Y esta conjunción de decisión, sostén y sacrificio se produce cuando la causa por la cual decide optar por la guerra, es justa y legítima.

Sobre el controvertido asunto de la impreparación del Paraguay para la guerra, han escrito bastante los paraguayos, entre los cuales me cuento (en nuestros libros «Boquerón» y «Saavedra»,) hemos tratado en profundidad ese aspecto. Ahora podemos decir, con los documentos publicados, que la guerra con Bolivia por la posesión del vasto territorio chaqueño, se consideraba una fatalidad insalvable desde años antes del conflicto bélico, por las tesis opuestas intransigentemente por ambas naciones.

Los gobiernos paraguayos que se sucedieron en el manejo de los intereses nacionales e internacionales hicieron lo que dentro del estado económico y financiero era posible: Se adquirieron algunos elementos de guerra que, en cada caso, los técnicos militares aconsejaron. Pero en el orden logístico, y en organizaciones de la retaguardia no hubieron ni precauciones, ni diligencias, porque seguramente se creía que la campaña militar en el Chaco no podría alejarse demasiado del rio Paraguay, ni podría durar más de seis meses. En orden a la logística no se había estudiado ni la geografía, ni la topografía del probable Teatro de las Operaciones Militares, que era boscosa, cubierta de plantas espinosas, sin agua casi, sin caminos, y sin poblaciones estables, a excepción de las colonias Mennonitas y de los fortines militares que, como tales, no contaban con población civil. Por lo tanto, los elementos para el transporte de víveres de boca y guerra, especialmente el agua no existían. Los primeros choques militares nos sorprendieron sin contar con esos elementos.

El primer Oficial paraguayo que tuvo la histórica misión de recuperar nuestro fortín militar erigido al margen de la Laguna Pitiantuta, relata en su libro de cómo debió improvisar, bajo riguroso apremio dichos elementos, consistentes en árganas, jergas, jaquimones, etc., como el amansamiento y adiestramiento de mulos chúcaros, para transportar víveres y municiones, y elementos sanitarios, para un efectivo de ochenta hombres lanzados a doscientos cincuenta kilómetros de su objetivo, calculado para quince días de subsistencia, suficientes al parecer para cumplir su riesgosa misión. Y todo ese trabajo se realizó en sólo veinte y cuatro horas solamente.

Esa primera experiencia mucho sirvió al entonces Comandante de la Primera División de Infantería (en adelante D.l), Teniente Coronel don José Félix Estigarribia, para adecuar, es decir, mecanizar el servicio logístico, ya que en otra forma era absolutamente imposible aplicar el principio de la ofensiva a la conducción operativa desde el comienzo de la campaña.

Al comienzo me tocó realizar este trabajo, procediendo a organizar, en primer término, el personal del Estado Mayor de la D.l; luego organizar un transporte mixto utilizando la línea férrea Casado Ltda., algunos camiones con que contaba la Gran Unidad, y unas cuantas carretas a bueyes pedidas a la Empresa Casado, pero éstas pronto fueron desechadas por su poca velocidad y la falta de bueyes de reemplazo, ya que no contábamos con forrajes, y su alimentación a base del pastaje, era absolutamente insuficiente, casi inexistente. Durante toda la guerra jamás pudimos contar ni con la mitad de los automotores necesarios, retardando así la entrega de las provisiones que la retaguardia remitía hasta la orilla del río Paraguay, en forma abundante, mientras que en el frente de las operaciones muchas veces se llegaban a conocer días sin beber ni comer, ni municiones para combatir.

Y así pasaron, con esa escasez de los medios de transportes mecánicos, los tres años de guerra. La orden de «cesar el fuego», me sorprendió comandando cinco Grandes Unidades: la Segunda División de Caballería (D.C. 2), las D.3, D.6, D.7 y D.9 de Infantería; el Regimiento N° 1 de Zapadores y el Grupo Mixto N° 2 de Artillería.

Dichas unidades estaban comandadas por el Mayor Alfredo Ramos, el TCnel. Camilo Recalde, los Mayores Federico W. Smith, Feliciano Morales y Luis Santiviago, los Capitanes Felipe Velilla y Alberto Gústale, con la misión de recuperar, por lo menos ambas márgenes del río Parapití, en una maniobra combinada con Unidades del Segundo Cuerpo de Ejército, el que comandaba entonces el Coronel Rafael Franco.

Permítaseme evocar aquel momento histórico de «Cesar el Fuego». Desde el amanecer de aquél memorable 14 de Junio de 1935, el incesante tronar de todas las armas de fuego que poseía el Ejército boliviano iba aumentando su intensidad, donde el Pilcomayo hasta el Parapití, asemejándose a prolongados truenos, que iban retumbando sobre cerros, montes y valles. Parecía que las serranías del Aguaragüe y Chiriguaná rodarían desde sus pétreas bases hasta nuestras trincheras con la intención de aplastarnos. Minutos antes de las doce horas, llegó a su cénit la furia de los bombardeos. Y, abruptamente, sobrevino una calma impresionante que nos hizo suspirar hondamente, como si nos liberáramos de la angustiosa impresión de la amenaza de precipitamos al vacío infinito. Un letal silencio cubrió todo el ambiente, al cual ya no estábamos acostumbrados. Y sin quererlo comparamos esa calma a la de los campos santos. Pero, no nos dejamos impresionar demasiado. Y con un esfuerzo de voluntad borramos de la mente esa comparación poco optimista, y la reemplazamos con el más grato y anhelante pensamiento de que en ese mismo momento gozarían de felicidad nuestros seres queridos que habíamos dejado en la lejana retaguardia, en la paradisíaca Región Oriental de la patria, y recordamos a familiares y amigos, y por natural extensión abarcamos en el recuerdo a todos los no combatientes, a ese abnegado y magnífico ejército de la retaguardia, de cuyos componentes recibíamos asidua y constantemente sus mensajes de cariños y alientos, que tanto nos ayudaron para soportar estoicamente la tremenda tragedia de matar y morir, que significa la guerra.

Y bien, ¿En qué consistió la acción civil durante la guerra del Chaco?

Consistió en la rápida organización de entidades e institutos, juntas y comités de Asociaciones patrióticas y humanitarias. Y en la movilización total de los Institutos y Oficinas Gubernamentales y Municipales del tiempo de paz para hacer frente a la contingencia de la guerra. En el desfile de esas organizaciones que seguirá de inmediato, en los próximos capítulos, hubiéramos querido incluir todos los nombres de sus actores, a modo de un reconocimiento público a todos los que compartieron iguales sacrificios y también a los que desde tierras extranjeras no escatimaron ni su ayuda moral, ni material y física, en apoyo y defensa de la Patria paraguaya.

Coronel Carlos J. Fernández



PRIMERA PARTE

CAPÍTULO PRIMERO

LA MOVILIZACIÓN GENERAL DE 1928/29

 

Estaba cursando la Escuela de Guerra en Turín (Italia), cuando el catorce de Julio de mil novecientos veinte y ocho, el General don Manlio Schenoni, desde París, me notificó, por escrito, que en nuestro país la situación internacional era delicada y me ordenaba estar listo para regresar a la Patria. En efecto, dicha Orden recibí el quince de Diciembre del mismo año, fecha en que el Poder Ejecutivo había decretado la Movilización General, en los siguientes términos:

«Considerando necesario proveer a. la defensa nacional, de acuerdo con el Artículo 20 de la Constitución, y debido al receso de las Cámaras Legislativas, el Presidente de la República, decreta:

1º.     Movilizar todos los reservistas del Ejército y la Marina comprendidos entre las edades de los 18 a 29 años, de acuerdo a los Artículos 2º y 3º de la Ley 194 y los Artículos 54 y 120 de la Ley 152;

2º. Las autoridades políticas y comunales de la República deberán publicar el presente Decreto dentro de sus Secciones, y notificar a todos aquellos afectados;

3º. Las obligaciones militares de los ciudadanos, comprendidos en la presente movilización, deberán tomarse desde el día de notificado;

4º. Las autoridades políticas y administrativas, funcionarios y ferroviarios, y también todos los propietarios de sistema de transportes fluviales y terrestres, están obligados a ofrecer a todos los movilizados todas clases de facilidades para permitirles para que se presenten a los puntos designados por la movilización».

Y por el Decreto N° 32.280 del Poder Ejecutivo, del diez y siete de Diciembre de mil novecientos veintiocho, fue designado el General de División don Patricio Alejandrino Escobar, como Comandante en Jefe de las Fuerzas del Ejército y Armadas Nacionales. Al hacerse cargo, dictó su Orden N° 1, comunicando que «según noticias especiales una fuerza enemiga avaluada en más o menos cinco mil hombres, está en Villa Montes y más al Este. Esta tropa estaría ya lista para marchar hacia el Este tomando como objetivo el rio Paraguay, en Villa Hayes o Concepción, o tal vez ambas localidades». Y seguidamente, dispuso: “Las Fuerzas estarán repartidas en tres sectores:

I) Sector Norte: Bahía Negra, Fuerte Olimpo, Puerto Sastre —Puesto de Comando en Fuerte Olimpo. El Comando de este Sector estará bajo las órdenes del Teniente Coronel don José J. Sánchez.

II) Sector Centro: Puerto Casado, Puerto Pinasco, Concepción-Puesto de Comando en Concepción. El Comando de este Sector estará bajo las órdenes del Teniente Coronel don José Félix Estigarribia.

III) Sector Sur: Rosario, Villa Hayes y Galileo—Puesto de Comando en Villa Hayes. El Comando de este Sector estará bajo las órdenes del General de Brigada don Manuel Rojas A.

En el párrafo IV de la citada Orden N° 1, el General Escobar dispuso la distribución de las Unidades y sus objetivos. Por ejemplo: «Misión defensiva, momentáneamente, hasta completar sus efectivos. El propósito para el Sector Norte, era impedir al enemigo, la ocupación de Bahía Negra; y de apoderarse de un punto sobre el Río Paraguay, y adelantarse hacia el Sur a lo largo del río Paraguay.

Por la misma Orden N° 1 fijó el efectivo de las Unidades: «Cada Regimiento de Infantería se compondrá de tres batallones, de 400 hombres cada batallón. Cada Escuadrón de Caballería de 150 jinetes. Cada Compañía de Zapadores de 100 hombres. La batería de Artillería de 150 hombres».

Al Sector Norte: destinó cinco Regimientos de Infantería, una batería de Artillería, dos Escuadrones de Caballería y una Compañía de Comunicaciones.

Al Sector Centro: destinó siete Regimientos de Infantería, una batería de Artillería, dos Escuadrones de Caballería y una compañía de Comunicaciones.

Al Sector Sur, fijó siete Regimientos de Infantería, una batería de Artillería, dos Escuadrones de Caballería y una Compañía de Comunicaciones.

Estas tropas estaban distribuidas en los puntos principales de cada Sector. Se disponía que los Comandantes de Sectores darían las órdenes para organizar y ocupar con las tropas de que dispongan, posiciones defensivas organizadas en profundidad, a una distancia variable entre diez y quince kilómetros del río Paraguay, con el fin de detener al enemigo que se presentare. La Caballería de cada Sector obraría como elemento de seguridad inmediata, actuando hasta veinte y cinco o treinta kilómetros de la posición principal de defensa. Finalmente, la Orden N° 1 fijaba las horas de envío de Partes sobre las novedades operativas.

El diez de Enero de mil novecientos veintinueve me presentó al Ministerio de Guerra y Marina, oportunidad en que fui nombrado Director de la Escuela de Aspirantes a Oficiales de Reserva, pero el ocho de Febrero de ese año, el Comando en Jefe me designó como Comandante del Regimiento de Infantería Nº 10, en formación, fijando como asiento de la Unidad el pueblo de Benjamín Aceval, recibiendo como misión especial, el estudio de la organización defensiva de la Colonia, en previsión de una probable marcha del enemigo hacia Villa Hayes.

En Febrero diez del mismo año, partí de la Capital con algunos Oficiales rumbo a Villa Hayes, donde el Regimiento de Infanteria Nº6, tenía orden de entregarme un contingente con el que constituiría mi Regimiento. En efecto recibí dicho contingente compuesto por un Sub-Oficial y ciento treinta y ocho de tropas, con muy poca instrucción militar, marchando de inmediato hacia la Colonia Benjamín Aceval, donde nos instalamos, ocupando provisoriamente unos galpones de propiedad particular. Desde el día siguiente iniciamos las exploraciones y los reconocimientos del terreno para establecer futura organización defensiva, así como la construcción del futuro Cuartel del Regimiento. Para este fin elegimos un lugar alto desde donde no dominaba el terreno hacia el oeste hasta diez a quince kilómetros y que al mismo tiempo cubría el camino principal hacia el Chaco. Para la construcción de las trincheras el Director del Manco Agrícola del Paraguay puso a disposición del Regimiento un conjunto de elementos de construcción y rollos de alambre de púa.

«Cerrito» era un lugar elevado, y era borde de la Colonia hacia el Nor-Oeste, que se prestaba para una organización defensiva de unos diez kilómetros de extensión rodeando el pueblo y defendiendo la vía de comunicación hacia Villa Hayes.

Solicité del Comando del Sector, la provisión de las copias de las Ordenes y Disposiciones emanadas del Comando en Jefe, así como los armamentos y elementos correspondientes a un Regimiento en tren de guerra. Al mismo tiempo elevé la lista de la nómina de los Oficiales que formaron la dotación del R.I. 10, que era como sigue:

1º.     Mayor Carlos J. Fernández

2º. Tte. 1º Solano Mendoza (Oficial de Reserva, movilizado)

3º. Tte. 2° Víctor Abente Saguier (Oficial de Reserva en Servicio).

4º. Tte. 2º Juan Doutrelau (Oficial de Reserva en Servicio)

5º. Tte. 2° Albino Grau Chover (Oficial de Reserva en Servicio).

6º Tte. 2º Tomás Zelada (Oficial de Reserva en Servicio)

7° Tte. 2º Matías Villalba (Oficial de Reserva en Servicio)

8º Tte. 2° César Mallorquín (Oficial de Reserva en Servicio)

9º Tte. 2° Leónidas Pane (Oficial de Reserva en Servicio)

10°. Tte. 2°. Manuel Molinas (Oficial de Reserva en Servicio).

11º. Tte. 2º. Jorge Thompson Molinas (Oficial de Adm. de 8b).

12°. Tte. 2° Gerardo Buongermini (Dentista de 3a).

13°. Tte. 2º. Enrique Montiel (Asp. a Oficial de Sanidad).

14°. Tte. 2°. Pedro Octavio Rojas (Idóneo de Farmacia).


Como se ve, en el regimiento no revistaba otro Oficial del servicio activo, que su Comandante. Por consiguiente la incorporación al Regimiento por lo menos dos Capitanes o Tenientes 1 ° de línea, para comandantes de batallón fue solicitada.

Recién el cinco de Abril siguiente, el Comando del Sector, proporcionó copias de las primeras Ordenes emitidas por el Comandante en Jefe, incluso la información referente a la instalación en Puerto Suárez de una estación radiotelegráfica enemiga, por cuyo motivo prohibía en absoluto toda comunicación de nuestra parte sin ser cifrada.

El tres de Julio de mil novecientos veintinueve se recibió en el Comando del Regimiento bajo mis órdenes, la siguiente Resolución emitida por el Ministerio de Guerra y Marina:

«Asunción, Julio 3 de 1929.

Habiéndose suprimido por Decreto N° 33.740 de fecha diecinueve de Junio último, el Comando en Jefe de las Fuerzas del Ejército y Marina Nacionales organizado por Decreto N° 32.230 del 17 de Diciembre de 1928, el Ministro de Guerra y Marina, RESUELVE:

1º)     Suprímese el Comando del Sector Sur, creado por disposición del Comando en Jefe de las Fuerzas durante la última movilización.

2º) Los Regimientos de Infantería Nºs. 6, 8 y 10, y los escuadrones de Caballería Cáceres y Chenú Bordón dependerán, desde la fecha, directamente del Ministerio de Guerra y Marina.

3º) Comuníquese al General de Brigada en Situación de Retiro don Manuel Rojas A. y a los Comandos de los Regimientos y Escuadrones nombrados, para su conocimiento y fines consiguientes y archívese. (Firmado) SCHENONI L. Ministro de Guerra y Marina».

En consecuencia las tropas del R.I. 10 pasaron a depender nuevamente del Comando del R.I. 6. Los Oficiales fueron directamente desmovilizados.

Y a modo de una ilustración más general sobre lo que fue para el país la famosa «Movilización General» y sus consecuencias consiguientes, vamos a hacer uso de un trabajo sobre el particular debido al TCnel. don Antonio González, que nos ha proporcionado para este capítulo, que consideramos de importancia por los conceptos que emite y los datos que proporciona referente a los resultados negativos de dicha movilización, sobre todo en el Sector Centro, donde él actuaba en esa fecha.

Comienza diciendo: «No sería posible hablar de ‘Organización Nacional de Defensa’ que corresponda al ciclo de pre-guerra del Chaco, mediata o cercana, puesto que no existieron planeamientos básicos previos, como serían: 1) Señalamiento de uno o varios objetivos políticos; 2) plan de guerra y planes derivados: político, financiero, diplomático, etc.; 3) plan de movilización de las fuerzas; 4) hipótesis (una o varias) sobre la conducta más probable del presunto adversario, cuando menos hasta las primeras fases de la lucha armada y del volumen probable de sus fuerzas; 5) plan de campaña y de concentración para las primeras operaciones”.

«De esta realidad se puede ya inferir que no se había hecho ni el menor de los Potenciales general y militar, tanto propio como del enemigo presunto (éste ya bien determinado desde la pre-guerra mediata) e igualmente en lo relativo a conocimiento del terreno (Teatro de Operaciones) y una doctrina de guerra. En resumen: no se conocía qué y cuánto eran el Paraguay y Bolivia y lo mismo se desconocía hasta límites poco menos que totales qué era el Chaco, es decir el terreno en que se había de luchar. En consecuencia, no hubo manera de preverse más o menos ordenada o más bien dicho metódicamente cómo habíamos de actuar».

Sobre la posible contienda armada, algunos militares publicaron sus trabajos sobre su concepción operativa, sin ningún sal estudio profundo, respecto de la potencialidad de ambos países interesados. Uno de ellos, publicó en ‘El Orden’ en 1931, preconizando que «el Paraguay estaba en condiciones de adelantarse a Bolivia, para poner en pie de guerra un Ejército de 50 mil hombres en una semana, atravesar el río y llegar a Ballivián, donde procedería a destruir al enemigo, con lo que el conflicto quedaba solucionado».

Cuando en 1924 se comprobó que tropas bolivianas ocupaban Saavedra y se habían apoderado ya de unos 160.000 kilómetros cuadrados de la región, el Potencial General del Paraguay podía medirse por las siguientes realidades. Al respecto dice, González:

a)      en el orden político: La Nación dividida por disensiones de banderías profundas a consecuencia de la guerra civil de 1922/23. Una fracción del Partido Liberal ocupaba los puestos de mando. El Partido Colorado, de la oposición, perseguido, así como una considerable masa popular no actuante en los Partidos tradicionales, resultaba que la cuestión del Chaco pasaba a segundo término.

b) en orden a economía: La situación era de miseria: el comercio, la industria, la ganadería y la agricultura, habían descendido con motivo de la guerra civil a profundidad mayor que antes.

c) en crédito exterior e interior: El Paraguay no podía contar con la menor ayuda, a causa de la deuda proveniente de los empréstitos de 1871, 1872, 1873 y 1874, más la depreciación de la moneda, etc., eran factores de incapacidad casi total.

d) en diplomacia: La conducta de los gobiernos se distinguía por desorientación casi permanente. En realidad en el exterior existía la impresión de que nadie sabía lo que el Paraguay deseaba obtener.

e) en potencial militar: Se podría aceptar esta designación por las siguientes cifras y condiciones:

La población, calculada en un millón y medio, sin tener en cuenta sexo, actividad e ingreso por persona o familia, salud, alimentación, etc.;

Vialidad: El Río Paraguay y el ferrocarril Asunción—Encarnación, ambos explotados por capitales extranjeros en su casi totalidad. El río Paraná, constituía una mínima proporción de aprovechamiento. En el interior del territorio nacional los caminos eran todos de tierra no mejorado y servidos casi exclusivamente por carretas a bueyes. Había conexión telegráfica con el exterior, así como con las localidades principales del interior. Las comunicaciones por radio apenas en comienzo.

Ejército y Marina: El efectivo en servicio era de dos mil conscriptos con ochenta oficiales en servicio activo y otro tanto en retiro. La única instrucción de formación de oficiales era la Escuela Militar, que en mil novecientos veinticuatro podía proveer de diez a quince jóvenes tenientes de pobrísima formación castrense.

La Aviación no existía aún en esa época.

En cuanto a material de éste Ejército, incluyendo la Marina, ya hemos señalado en otros párrafos. Se contaba los avisos de guerra «Adolfo Riquelme», «Triunfo» y «Coronel Martínez» y algunos remolcadores. Intendencia, Estado Mayor General, Sanidad, Parques, Arsenales y otros servicios eran de poco volumen, casi inexistentes.

La Dirección: El Ministro de Guerra y Marina ejercía de hecho el Comando en Jefe del Ejército y de la Marina.

La movilización general de mil novecientos veintiocho fue decretada a raíz de la ocupación de nuestros fortines «Boquerón» y «Coronel Martínez», por los bolivianos, en represalia de nuestro ataque al fortín Vanguardia, boliviano pero instalado en nuestro territorio al norte de Bahía Negra. En esos momentos la situación general era como sigue:

«a) en lo interno: La cuestión del Chaco había alcanzado el punto de crisis que imponía solución inmediata”.

«b) en lo militar: Las Fuerzas Armadas habían crecido considerablemente en cuanto a efectivos, pero no en proporción a instrucción, en organización y en material. Había unos tres mil hombres de tropa con ciento ochenta oficiales del cuadro activo (incluyendo a los Cadetes del cuarto curso Militar), setenta oficiales de Reserva de reciente formación y otros tantos oficiales retirados. En instrucción estaban en funcionamiento la Escuela Militar, la Escuela de Oficiales de Reserva y la Misión Militar Francesa que dictaba cursos de táctica a los oficiales Capitanes con antigüedad para el ascenso al grado inmediato superior”.

Habían llegado al país los Cañoneros ««Paraguay» y ««Humaitá»; diez mil fusiles y ciento setenta y seis piezas de fusil ametrallador ««Madsen», y se esperaba la llegada de treinta y dos piezas de artillería ««Schneider» de montaña, de calibre 75 y 105 mm.

El Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, General Escobar, había designado como Jefe del Estado Mayor General al Coronel Coulet, de la Misión Militar Francesa, y al titular, Teniente Coronel Estigarribia lo nombró como Comandante de las tropas del Sector Centro, al crear los tres Sectores para la organización y distribución de los contingentes movilizados que alcanzó a unos sesenta mil hombres, que fueron distribuidos aceleradamente entre los tres sectores. La aglomeración de contingentes fue tal que debió hacerse uso de varios edificios oficiales, sin haberse previsto para su alimentación, vestuario, Sanidad, etc., produciéndose la pérdida de muchas vidas.

Sobre este particular, dice el TCnel, A. González lo siguiente: ««Conforme a la repartición de las fuerzas, hacía falta un total de veintiocho mil ciudadanos, de los cuales ya estaban en servicio tres mil conscriptos. No había regiones militares, centro de recepción, acantonamientos previstos,etc., ni en la Capital, ni en el interior del país. La gente se presentó en masa, en muchísimos casos niños de menos de diecisiete años y hombres maduros de más de cincuenta años, y así se los recibió y se los alojó echándose mano de locales escolares y de galpones más o menos abandonados por sus propietarios. No se tomó la menor medida relativa a la salud, alimentación, equipamiento, etc.; así como llegaban se los enviaba a los sectores, cada grupo de cien a mil hombres, bajo el cuidado de un Oficial, y con promesa de que «Allá se les proveerá de todo» (vestuario, armas, menaje, equipo y organización). La mitad o más de los movilizados, cuyo total de sesenta mil, quedó en la Capital creando problemas que no podían hallar otra solución que medidas circunstanciales, como se podía», y agrega: «Con relación a este aspecto de la movilización de 1928/29, quiero relatar el drama que sufrió la ciudad de Concepción, en el cual drama fui actor y testigo al mismo tiempo que todos los Oficiales del Regimiento 1 ° de Infantería «2 de Mayo», de guarnición en la ciudad citada: Una mañana de fines de Diciembre llegó al Comando un telegrama anunciando la próxima llegada de un contingente de movilizados, sin especificación de cantidad y momento de llegada. Yo era Ayudante del Comando y concurrí al puerto en el momento en que atracaba el vapor de pasajeros «San José» con una chata en que se apiñaban ochocientos hombres al mando del Mayor de Administración Doldán. No había cómo alojar tal cantidad de tropa en el pequeño cuartel del tiempo del General Resquín (1862) que resultaba exiguo para los seiscientos conscriptos del Regimiento, y no había igualmente la menor previsión en cuanto a alimentación y otras necesidades. Convine con el Mayor Doldán en tanto la tropa desembarcaba y formaba en las cercanías del puerto, yo iría a consultar con el Comando. Media hora después, a mi regreso, no sólo no hallé un solo hombre en la explanada del Puerto sino que ya estaban atracando en los muelles otros tres buques, el «Parapití», el «Pirapó» y el «Tirador», con más movilizados. En total: Dos mil quinientos hombres.

«Esta gente viajó entre dos y cuatro días, sin comer, y llegados al Puerto, los hombres tomaron al asalto las canastas de vendedoras de golosinas que estaban próximas y muy luego se desparramaron en el interior de la ciudad. Llegaron al Mercado y al comercio menudo, así como a casas particulares, pidiendo qué comer, a todas partes. No ocurrieron males mayores que el despojo de comidas, y de pequeñeces de todas sus formas: carne cocinada y fresca, sardinas, golosinas, cigarrillos, etc. Todo ese día los Oficiales y sargentos recorrieron la ciudad y pudieron conducir a los milicianos al recinto del cuartel y entonces el remedio fue peor que la enfermedad: con tres mil hombres hacinados en su interior, el cuartel se convirtió en una gigantesca letrina humana y la cuestión se complicó aún más cuando dos o tres días más tarde llegó proveniente de los yerbales otra masa de ochocientos movilizados y cuando en días sucesivos concurrieron más de cien Oficiales surgidos no se supo de dónde: Había que albergar y dar de comer a todos, de alguna manera en tiempo perentorio, de inmediato.

El comercio de la ciudad concurrió a afrontar la situación proveyendo víveres, menajes y otros artículos de urgencia.

«Fueron creados en Concepción, transformado en Sector Centro, los Regimientos 7 y 8 de Infantería y el III Batallón del R.I. 1, así como las unidades inferiores se elevaron al pie de guerra, en el mismo Regimiento. Las tropas se instalaron en galpones desocupados del Ingenio «La Caída», en el Aserradero de la firma Guggiari y en barracones del ferrocarril a Horqueta. Mi batallón, el III del R.I. 1, se trasladó al Chaco y construyó rucas para alojamiento y posiciones defensivas a cinco kilómetros de distancia de la orilla del río. Así se alcanzó Marzo de mil novecientos veinte y nueve, las tropas fueron desmovilizadas: los hombres regresaron a sus hogares, sin haber recibido vestuario, calzado y armas, y, lo que más los desalentó, sin haber visto al enemigo. Muchos de los milicianos, todos voluntarios, no regresaron jamás: el tifus, la diarrea, la tuberculosis y las condiciones en alojamiento y en alimentación les hicieron quedar en cementerios improvisados».

«Y esta fue a grandes rasgos, la Movilización General de 1928/29».


(Efectos varios)


CAPÍTULO SEGUNDO

La reorganización de las Fuerzas Armadas. De Benjamín Aceval mi traslado a Bahía Negra y trabajos generales de organización. Misión de confraternidad a Corumbá [Brasil]. La movilización del año 1930. Mi traslado al Estado Mayor General.

Con el nombramiento del nuevo Ministro de Guerra y Marina, General de Brigada don Manlio Schenoni, en reemplazo del Dr. Da Rosa, se procedió a la desmovilización de las Grandes Unidades y Regimientos creados por el General de División don Patricio Alejandrino Escobar, cuyo alto cargo de Comando en Jefe, fue también suprimido. El entonces Teniente Coronel don José Félix Estigarribia volvió a hacerse cargo de la Jefatura del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas. Hemos visto la resolución referente a la disolución del R.I. 10 que yo comandaba. Y por otra Resolución ministerial fui designado Comandante del R.I. 5 «General Díaz», de guarnición en Bahía Negra, en reemplazo del entonces Mayor Rafael Franco, que fue designado Director de la Aviación Militar, con asiento en Campo Grande.

En la reorganización de las Unidades del Ejército, el nuevo Ministro introdujo una nueva denominación de las agrupaciones militares, creando una nueva agrupación llamada «Grupo Norte», constituida por el R.I. 4 «Curupayty», en la región de Puerto Casado, con asiento en Isla Po-í, más tarde Villa Militar. y por el R.I. 5 «General Díaz», en la región de Bahía Negra.

Fue nombrado Jefe de esta nueva Agrupación el Teniente Coronel don José J. Sánchez, con asiento de Comando en Puerto Casado.

Antes de abandonar Benjamín Aceval fui objeto de una demostración ofrecídame por los ganaderos de la región y por los principales vecinos, en cuya ocasión recibí dos obsequios que conservo hasta hoy: un reloj de oro marca «Ulises Nardi con su cadena, y un Álbum con setenta y ocho firmas que llevaba la siguiente leyenda: Al pundonoroso militar Mayor Señor Carlos J. Fernández, correcto caballero y abnegado leader del progreso nacional. En prueba de honda simpatía. Benjamín Aceval, .Julio 21 de 1929».

El seis de Agosto del mismo año, recibí la copia de la Nota N° 96, del Ministerio de Guerra y Marina, en la cual se me comunicaba mi nuevo cargo. Y por otra disposición recibí orden de hacer entrega del personal de tropa y los armamentos y materiales del R.I. 10, al Comandante del R.I. 6 «Boquerón», con asiento en Villa Hayes.

Y el quince del mismo mes y año, el Jefe del Grupo Norte me puso a cargo del Comando del Regimiento, en Bahía Negra, en reunión de oficiales presentes en la guarnición, iniciando desde esa fecha los trabajos de organización, dirección de la Unidad, así como la inspección de los puestos militares y la exploración y reconocimiento del terreno alrededor con el propósito de la construcción de las fortificaciones defensivas, de acuerdo a la misión recibida. Mi primera acción consistió en la Instrucción de los Oficiales, tanto de infantería, como de artillería y caballería, de acuerdo al material obrante. La Memoria que elevó al Ministerio de Guerra y Marina el treinta de marzo de mil novecientos treinta refleja lo realizado en siete meses de mi actuación al frente de dicha Unidad.

Misión de confraternidad con el Brasil

El 2 de Setiembre de 1929, recibí la Orden N° 129 del Ministerio de Guerra y Marina, que decía: «Por disposición del Gobierno, este Ministerio envía en comisión a las órdenes de nuestro Cónsul en Corumbá, el Cañonero «Adolfo Riquelme», a fin de estar presente en Corumbá el día 7 del corriente, aniversario de la independencia del Brasil, nuestro gran vecino y amigo.

«Este Ministerio dispone que Ud. y dos o tres oficiales de su Guarnición se embarquen a bordo, y presenten a las autoridades militares de Corumbá el saludo de sus camaradas del Ejército y Marina del Paraguay, así como los votos fervientes por la creciente prosperidad de las Instituciones Armadas del Brasil, que con justicia figuran a la cabeza de las que por su organización tienen merecido renombre en la América del Sud. Forma parte de esta Delegación Militar el Tte. 2º Héctor Martínez Fretes de la Marina Nacional'’.

«Terminada la fiesta el buque y Uds. regresarán a sus respectivos destinos y Ud, me enviará un informe de su comisión.- (Firmado) Manlio Schenonni L.- Ministro de Guerra y Marina».

En esa oportunidad me acompañaron los Capitanes Andino y Machuca, los Tenientes Barrios, Caballero Irala y otros. El Comandante del Batallón brasileño, Capitán Bicudo, nos recibió con la mayor alegría y consideración.

Con el Cónsul Velilla concertamos actuar combinadamente sobre todo respecto a los espías bolivianos que circulaban entre los puertos paraguayos.

En cuanto a las noticias militares procedentes de Bolivia, se reflejaban en los Comunicados del Ministerio de Guerra y Marina. Así, el día 6 de Setiembre de 1929, se recibió en el Comando la siguiente Instrucción N° 1, que decía:

«I.- Noticias últimas hacen saber que las tropas bolivianas de la proximidad de nuestros fortines avanzados, están en movimiento de concentración en vista de una próxima operación del Chaco.

«II.- La misión de nuestras tropas es por ahora la defensiva, en vista de retardar lo más posible el avance del enemigo hacia un punto cualquiera del Río Paraguay.

«III.- En consecuencia, los Comandantes de Unidades ordenarán desde ahora lo siguiente:

a)      Que todos los fortines avanzados se fortifiquen, con la misión de hacer la más enérgica resistencia a toda tropa enemiga no muy superior en número, y retirarse hacia sus bases en caso de muy grande superioridad enemiga haciendo todo el esfuerzo necesario para no perder el contacto y dando parte a la Unidad Superior.

b)      Iniciar obras de defensa en los pasos obligados, convenientemente elegidos de la línea de retirada, que serán ocupados con efectivos no mayor a una Compañía (punto de apoyo).

IV.- Los Comandos darán cuenta de la ejecución de esta Instrucción. Firmado: El Jefe del E.M.G.- El Ministro de Guerra y Marina. Pero este documento, retrasmitido por el Comando del Grupo Norte, vino sin firma de los responsables, así como el de igual procedencia de fecha 27-IX-29, de la Instrucción General N ° 1, para el Comando del Grupo Norte, que decía:

I.- Del conjunto de informaciones recogidas hasta ahora resulta que la intención del Ejército Boliviano sería:

1º) Atacar Bahía Negra con la V División que partiendo de Vitriones tomaría los fortines Galpón y Patria.

2º) Aislar Bahía Negra con tropas de la misma División que partiendo de Roboré tratarían de ganar la orilla del Río Paraguay a la altura del Puerto 14 de Mayo, donde se fortificaría.

3º) Hacer marchar I y IV División (Pilcomayo) ya sea en dirección de Villa Hayes o Puerto Casado, llevando en este último caso, como primer objetivo apoderarse de la región Mennonitas, Pozo Azul y Punta Rieles.

II.- La misión de nuestro Ejército es impedir que se apodere de Bahía Negra y que llegue a un punto cualquiera a la orilla del Río Paraguay retardando lo más posible el avance de las tropas bolivianas en el interior del Chaco.

III.- Por circunstancia que ese Comando conoce, nuestras tropas se mantendrán por ahora en la defensiva.

IV.- El Grupo Norte tiene la misión siguiente:

a)      En Bahía Negra:

1 °. Organizar defensivamente en forma la más completa posible los fortines avanzados «Galpón» y «Patria», para mejor cumplimiento de su misión retardatriz;

2º.- Completar la organización defensiva de Bahía Negra (Paso Pé), donde se hará la resistencia hasta perder el último hombre;

3º.- Efectuar detallados reconocimientos con levantamiento de croquis de la región Oeste, de la posición de Paso Pé, en vista de constatar si hay o no posibilidades de una marcha de flanco del enemigo por ese lado, así como la practicabilidad del número dos (2) de las intenciones del enemigo.

b)      En la línea de Puerto Casado:

1°.- Organizar centros de resistencia escalonados a lo largo de la línea de etapas en los puntos más indicados (pasajes obligados) a partir de Boquerón y Toledo;

2º.- Delinear e iniciar con los elementos disponibles, organizaciones defensivas para dos (2) Regimientos de Infantería en la región de Pozo Azul, de manera a cubrir Punta Rieles y el camino hacia el Fortín Coronel Martínez.

«El Comando del Grupo Norte hará cumplir estrictamente y en la mayor brevedad posible, el Número III de la Instrucción N° 1 de fecha 6 del mes en curso, dirijidas a los Comandos de Regimientos. (Fdo) El Jefe de E.M.G.- El Ministro de Guerra y Marina».

En fecha Veintidós de setiembre de 1929, contesté una carta del Cónsul Velilla de fecha veinte, diciéndole que inmediatamente remití al Ministerio de Guerra su cifrado y una carta explicativa sobre el motivo por qué Ud no pudo remitirlo desde Cobá: «Yo tampoco he recibido concretamente nada sobre la situación internacional, solamente un cifrado del Ministerio que decía: «Resolvióse reanudación diplomática con Bolivia hasta tanto se ventile cuestión Chaco en un arbitraje de neutrales. Mientras tanto seguiremos intensamente nuestra preparación».

Pero ayer vino en avión el Ministro Norte Americano y el Mayor Franco, quienes volaron sobre «Vanguardia», pues el Ministro quería tener una visión del conjunto y saber la ubicación exacta de este Fortín a fin de referir personalmente al General Me Coy. De regreso, Fortín Galpón me comunicó que en ocasión del vuelo del hidroavión habíase oído tres descargas de fusilería en la dirección de «Vanguardia». El Ministro estuvo muy interesado de saber positivamente para contarlo a Mc Coy; el Coronel Colombo afirmó que él había visto dos o tres fogonazos.

El Mayor Franco me refirió que el arreglo, por ahora, es así: Entrega y reconstrucción rápida de «Vanguardia» y «Boquerón»; reanudación de relaciones diplomáticas; quedar como antes del 5-XII-28; buscar un medio de someter el pleito a un arbitraje de neutrales.

«La proposición de los neutrales era: 1º) Entrega de Bahía Negra a Bolivia, arbitraje del resto. 2º) Reconocimiento al Paraguay hasta Río Verde (Arbitraje Hayes). el resto arbitraje, y 3º) por el estilo.- Dice Franco que en Asunción estaban a punto de someterse a estas proposiciones, pero que hubo una reunión de militares, en el Centro Militar, en donde se discutió el asunto. Hubieron muchos partidarios de la cesión, pero la opinión de la juventud parece presionó más fuertemente y se resolvió rechazar de plano. Entonces, el Paraguay propuso la entrega recíproca de los fortines, pero haciendo protesta formal sobre «Vanguardia», por encontrarse en territorio netamente paraguayo. Y ésta es la solución. Ahora se sabe que Bolivia ha declarado que arreglaría directamente con el Paraguay su diferendo territorial. En esto estamos, dijo Franco».

«La cuestión política se ha agitado violentamente, y por consecuencia se ha decretado el Estado de Sitio, y fueron deportados varios políticos y comunistas».

En otro mensaje del Cónsul Velilla, desde Corumbá, me expresaba que:

«Los bolivianos están con muestras de agotamiento, después de la larga «parada» que realizaron a fin de asustarnos durante los debates en Washington. Redujeron sus efectivos y están viviendo muy económica y juiciosamente. Pero no obstante, siguen sus trabajos topográficos para cumplir sus vastos programas de caminos y enlace de fortines. En estos días están tendiendo una línea telegráfica o telefónica de Vitriones a Vanguardia. Estoy esperando la extensión de mis credenciales para todo el Estado de Matto Grosso, para comenzar la organización de nuestras colonias a lo largo del ferrocarril Puerto Esperanza-

Campo Grande, de modo a estar listos a una más enérgica ofensiva económica sobre la subsistencia boliviana, si el proceso ulterior de la cuestión de límites así lo reclama».

El 4 de Febrero de 1930 con un grupo de oficiales realizamos mi reconocimiento de la región norteña de Bahía Negra hasta «Vanguardia». Permanecimos como dos horas recorriendo hacia más al norte. Estaba cubierta de agua, así que no había probabilidad para los bolivianos de realizar una marcha para producir un ataque sorpresivo a nuestros fortines. Más tarde un avión enemigo sobrevoló nuestro fortín Galpón, durante varios días. Según datos dados por las patrullas, al parecer, el objeto era reconocer el trayecto Galpón-Vanguardia a fin de constatar la instalación de nuevos fortines en dicha región. Es posible que los bolivianos hayan poseído una clave antigua nuestra, pues días antes, el Ministro de Guerra me autorizó fundar un nuevo fortín. El último dato que transmitió el Sr. Velilla fue el 13 de Marzo de 1930, consistente en que la Aviación boliviana en Puerto Suárez, realizaba diariamente ejercicios de Bombardeos con los dos aviones con que cuentan provocando la sensación de que se aprestan para una próxima operación militar contra nuestras posiciones de Bahía Negra.

En efecto, el 23 de Marzo informé al Cónsul Velilla, mi traslado a la Capital para ocupar un cargo en el Estado Mayor General.



 

CAPÍTULO TERCERO

UNA MISIÓN RESERVADA EN EL ORIENTE BOLIVIANO

 

1) Instrucciones del Ministro de Guerra y Marina.

2) Plan para el servicio permanente de informaciones.

3) Mi informe N° 2 - Cartas y notas varias.

4) Mi informe N° 10, donde anuncio los preparativos militares bolivianos para la guerra.


1)       Instrucciones del Ministro de Guerra y Marina

En los primeros días de Junio de 1931, recibí del Dr. don Raúl Cazal Ribeiro, entonces Ministro de Guerra y Marina, la propuesta confidencial, a fin de realizar una misión reservada en el Oriente boliviano, tomando como base la ciudad de Corumbá, Matto Grosso (Brasil), con el objetivo de comprobar la veracidad de las informaciones en poder del Gobierno sobre movimientos de tropas bolivianas en dicha región, presuntamente con objetivo de ataque a las tropas que guarnecían Bahía Negra y sus alrededores y apoderarse de dicho punto, en combinación con otras operaciones militares en el Sector Sur del Chaco. Acepté la misión, dispuesto a marchar de inmediato, pero solicité que el Sr. Benjamín Velilla, ex-Cónsul paraguayo en Corumbá, me acompañara hasta Corumbá para ponerme en relación con los personajes de quienes podría hacer uso, en la difícil y delicada misión, lo que fue aceptada sin objeción alguna.

Días más tarde, recibí un documento (pero sin firma del Ministro) consistente en lo siguiente:

«Asunción, Junio 10 de 1931. Instrucciones Reservadas para el Mayor don Carlos Fernández. 1) Una vez en Corumbá Ud. se informará cuidadosamente de la verdadera situación militar creada por las tropas del Ejército boliviano, e informará a éste Ministerio de toda urgencia de todos los datos recogidos y las apreciaciones que le merezca personalmente.

2) Desde el primer momento orientará Ud. su actividad en el sentido de dejar organizado, en las condiciones de absoluta reserva que el caso requiere, un servicio de información permanente cuyo jefe será el Cónsul paraguayo en Corumbá o un Oficial que para el efecto será destacado oportunamente.

3) Todas las informaciones Ud. las dirigirá particularmente y en carácter confidencial al Ministro de Guerra y Marina, empleando naturalmente los medios que ofrezcan la mayor seguridad posible.

4) Es de la mayor importancia no olvidar que si ha de emplearse más de un agente para informar sobre un mismo punto o cuestión, dichos agentes no deben conocerse entre sí, y en general, los agentes empleados en misiones diversas tampoco deben conocerse.

5) En el informe que Ud. enviará al Ministerio deberá referirse entre otros a los siguientes puntos:

a) Efectivo y organización de las tropas bolivianas que ocupan el Norte del Chaco. Efectivo de ocupación de cada una de las posiciones (fortines) y la distancia entre dichas posiciones;

b) Estudio sobre los caminos y las instalaciones en toda la zona ocupada por la 5a. División boliviana;

c) Fuente y forma de abastecimiento de todo orden. Medios de transportes empleados; clases de estos medios;

d) Organización defensiva que existen en cada una de las posiciones;

e) Medios de enlace y transmisiones. Campo de aterrizaje;

f) Cuadro de Oficiales y sub—oficiales. Apreciación sobre la disciplina que reina entre Oficiales, clases y soldados;

g) Carácter que piensan dar a la guerra caso de producirse (ofensiva o defensiva) y dispositivos probables que piensan adoptar en uno y otro caso».

Antes de partir de Asunción y enterado del Informe, solicité del Ministro Dr. Cazal Ribeiro, la autorización para remitir algunas copias de mis informes al Jefe de Puerto Casado, TCnel. Estigarribia, que pueda interesarle, lo que me concedió sin ninguna observación especial. Yo pensaba entonces que muchos de los datos recogidos sobre los movimientos de tropas bolivianas en el Chaco, interesaría al Comandante Estigarribia, como resultó en realidad.

Ya en Corumbá, el veinte de Junio de 1931, remití el plan preparado para su aprobación. Para su preparación recorrí parte de la frontera brasilero—boliviana buscando los elementos, personas, así como los lugares apropiados para instalar el Cuartel General del Jefe del Servicio de Informaciones. Igualmente hice uso de amistades personales del Sr. Velilla, para obtener noticias directas de las novedades en la 5a. División boliviana. Los informes que se transcriben son productos de esa organización:

3. Las Informaciones Generales N° 2 [del 17 al 20-VI-31]

I. Verdadera situación militar creada por las tropas bolivianas

Ninguna apremiante en el Sector de la Costa (línea Suárez-Vitriones-Vanguardia) a causa de la creciente que imposibilita operaciones militares de alguna importancia, tanto que el Comando de la 5a. División está empeñado en adquirir canoas o cachiveos, en esta plaza, para el servicio de los fortines fronterizos. Pero no puedo afirmar lo mismo respecto al Sector del Interior (línea Roboré—Pando Charagua) a causa de que las noticias recogidas son contradictorias, en cuanto al número de las tropas, no así a su existencia y a los refuerzos recibidos en este mes. Lo que estoy averiguando es si dichos refuerzos son tales, o sólo se trata de nuevos contingentes, en reemplazo de los cumplidos. Me inclino a creer que se trata de las dos cosas a la vez. Estos refuerzos oscilan entre 800 y 2000.

II.      Efectivo de ocupación de los fortines

Los más avanzados cuentan con una dotación media do 200 hombres, como ser Charagua—Vanguardia; los demás sólo cuentan con 50 hombres, más o menos, excepción hecha de los asientos de los Comandos (Roboré—Vitriones) donde están concentradas gran parte de las tropas.

III. Efectivo de las Unidades

Cada Regimiento de Infantería cuenta con 800 hombres como mínimo y 1000 hombres, máximo. El Regimiento de Caballería N°9, de nueva formación, cuenta con 400 hombres, y está encargado de cubrir el Sector de la Costa, con asiento en San Juan. No puedo conocer todavía si el Regimiento de Artillería dónde se encuentra actualmente. Pero sé positivamente que hay varios Jefes y Oficiales de esta arma. En total me aseguran que hay (32) treinta y dos jefes y oficiales en Suárez.

IV. Estudio sobre los caminos de ocupación de la 5a. División

Diversos informes recogidos entre mercaderes que viajan a Suárez y Sub-oficiales procedentes de Roboré, confirman la existencia de un camino que une Roboré con Charagua, y que se estaban construyendo una línea telegráfica en dicho sector. Asimismo está confirmada la noticia de existir un camino terraplenado, de exclusivo uso militar, entre Puerto Suárez y Vitriones. En cuanto al camino principal Suárez-Santa Cruz es de tránsito permanente. Las distancias que existen entre las posiciones o fortines no variaron. Los datos pertinentes deben obrar en el Estado Mayor General. De las nuevas fundaciones de fortines no he podido obtener aún datos concretos.

V.      Fuente y forma de abastecimiento de todo orden. Medios de transportes

La fuente de todo abastecimiento de víveres, material de transporte y construcción, etc., es Corumbá. Y aunque adquieren de otros puntos, por mucho tiempo todavía será el punto obligado de pasaje de todos los elementos requeridos por la 5a División boliviana. El sistema de abastecimiento, como el nuestro, cuenta con un proveedor particular, que es el Sr. Karin, comerciante de esta plaza, que dispone de una pequeña flota de chalanas y lanchas a gasolina, para el transporte por agua, así como varios camiones en propiedad y puede disponer de toda la existencia en Corumbá para el transporte por tierra, de todos los elementos que adquiere la 5a. División, transportando todas las mercaderías a Puerto Suárez. De aquel punto se encarga directamente, del transporte a los fortines, y bases del interior, la Intendencia Militar bajo las órdenes del Mayor de Administración Julio C. Montaña. La 5a. División dispone de diez camiones y algunos tractores para ese servicio. Entre los fortines avanzados, no cabe duda de que deben emplear el animal como medio de transporte, en mayor cantidad que carros. No tengo datos aún sobre cantidad, calidad y clases de ellos.

El Informe N° 3 del 27 de Junio, contenía los siguientes datos:

I. Movimientos de tropas bolivianas

Se insiste en la versión de la próxima llegada de refuerzos cayo número sería de 600 a 1500 de tropas. Al parecer se trata de reincorporados y parte de nuevos conscriptos. Los movilizados no se presentan con la prontitud deseada y esperada por las autoridades, tanto que tuvieron que recurrir al sistema de la violencia, no respetando ni el territorio brasileño (hay averiguaciones policiales sobre un caso sucedido en la noche del 23 del corriente). Corren igualmente rumores de que los fortines San Juan y Mutum han sido reforzados, cada uno con una batería de artillería en previsión de posibles ataques de fuerzas paraguayas. El día 25, a la tarde, según informe recibido hoy de Puerto Suárez, habría partido de dicho punto hacia el interior una columna de infantería equipada para una larga marcha, cuyo número sería de 120 hombres.

II. Denuncias sobre nuevos fortines bolivianos

Los fortines fundados por la 5a. División se presumen fuesen diecisiete, repartidos del siguiente modo: en el Sector de la Costa: Suárez, Sucre, Mutum, Bella Vista, San Juan, Alta Vista, Vitriones, Nueva Vanguardia y Vanguardia;

Fortines del Sector del Interior: Roboré, Maximiliano Paredes, General Pando o Palmar de las Islas, Mariscal Santa Cruz y Charagua. Los fortines Tucum, Cocal y Vargas, cuya existencia aún no confirmada parece encontrarse ubicados en el espacio de terreno entre Vanguardia y Maximiliano Paredes.

Estos nuevos fortines parecen haberse fundados ya después del protocolo de Washington. Su confirmación la obtendré en la próxima semana.

III. Efectivos de Jefes y Oficiales de la 5a. División boliviana

Para el 29 del corriente se anuncia la llegada del General Baldivieso, el Coronel Vargas Pozo y, el Tte. Cnel. Quintanilla. El Coronel Vargas Pozo es el presunto Comandante de la División. Con este refuerzo de Jefes la 5a. División contaría con 130 Jefes y Oficiales. Los Jefes y Oficiales ya conocidos, además de los nombrados, son los Mayores Montaño, Vázquez y Moreno. El Capitán Rodríguez, presunto conductor de 1500 de tropas procedente de Santa Cruz de la Sierra, cuya llegada a Suárez se espera para el 30 de este mes.

IV. Preparativos militares

Se notan movimientos inusitados de Oficiales en Corumbá, en gestiones de adquisición de camiones de carga. En Puerto Suárez y alrededores se requisaron bueyes de silla y de carga.

En cuanto al abastecimiento, se ha notado poco movimiento en esta plaza, por aquello de que el Sr. Karin mantiene depósitos llenos de mercaderías en Puerto Suárez, y por precaución, los artículos de consumo los adquiere directamente en Buenos Aires, Montevideo y San Pablo.

Respecto a Roboré, continúa el misterio de los movimientos de tropas a causa de la extrema vigilancia ejercida por las autoridades militares, no permitiendo la entrada de ningún extranjero a Suárez. No obstante, he podido inquirir que de dicho punto habría partido hacia Charagua, un grupo de oficiales conduciendo una columna de carretas, con cargas, sin precisárseme el contenido.

V. Actitud de las autoridades bolivianas

Aprovechando la presencia del Sr. Velilla, del Capitán Quintana y del Teniente de Adm. Thompson Molinas, el Cónsul boliviano local y el Comandante de la 5a. División boliviana de Puerto Suárez hicieron gestiones extraoficiales ante las autoridades civiles y militares de Corumbá denunciando supuesta organización de los paraguayos para atacar desde Corumbá a los bolivianos. Parece haberse dado algunos pasos en tal sentido ante el Gobierno en Río de Janeiro. A esto atribuyo la presencia en ésta «en gira de inspección» del General Comandante con asiento en Campo Grande.

VI. Espíritu de las tropas bolivianas del Oriente

Según datos proporcionándome por personas bastante responsables, habría un espíritu de rebelión constante, siendo fácil que se produjesen desacatos a las órdenes superiores de marchar hacia los fortines avanzados. Se cree que las medidas precauciónales adoptadas en todos los fortines responden precisamente al objetivo de mantener a las tropas en absoluta ignorancia de la situación actual, a fin de evitar actos de sobornos o deserciones, como sucediera durante la movilización del año 1928. Este espíritu rebelde obedece también al mal trato, a la mala alimentación y excesivos trabajos de todo orden.

VII. Posibilidades de Operaciones militares contra Bahía Negra

Reputo imposible, a causa de las aguas que se mantienen estacionarias en esta región y siguen creciendo en la región de Bahía Negra. La comunicación entre San Juan y Vitriones los bolivianos las efectúan mediante el uso de canoas. Aparte de eso no hay indicio serio de que los preparativos militares anunciados más arriba respondan a un objetivo inmediato sino más bien a una precaución, en vista de ulteriores complicaciones. Esto en cuanto se refiere al Sector de la Costa, y en lo referente al Sector de Roboré, no tengo datos suficientes como para juzgar si existen o no posibilidades de movimientos de tropas, mientras no tenga la certeza de la ubicación de los fortines Cocal, Tucum y Vargas. En este sentido sería conveniente disponer se hagan exploraciones al Oeste de Bahía Negra. De lo que se puede presumir es que en conocimiento de la exploración realizada por el General Belaieff, hayan despachados comisiones para reconocer nuestras nuevas posiciones hacia el Oeste de Fuerte Olimpo.

VIII. Conclusión

Los movimientos anotados y las actividades terrestres y aéreas desplegadas en esta región, obedecen más bien al objetivo de llamar nuestra atención hacia una posible acción militar sobre Bahía Negra. Pero es indudable la incorporación de nuevos reclutas y de reservistas para tener en pie de guerra algunos regimientos.

Me reafirmo en mi apreciación anterior de que no podrá molestamos ni inquietarnos hasta tanto dure la creciente actual, al menos en esta parte de nuestra frontera. Hay más bien indicios de que toda la preocupación de los militares bolivianos se concentra hacia el Sur, especialmente en la línea de Isla Po-í-Casado.

En el Informe N° 4 (4-Julio-31), informé lo que sigue:

I. Un correntino al servicio de Bolivia

«El famoso baqueano correntino de nombre Mariano Moreira, con tres acompañantes, el veinte y tres de Junio último, había partido de Vitriones en una canoa hacia Bahía Negra o sus alrededores, en exploración, a fin de constatar nuestras actividades en dicha región. Aunque no se confirmó, hay la presunción de que el fortín Vargas está ubicado no lejos de Vanguardia, sin poder conseguir datos si se halla instalado hacia nuestras líneas de fortines o no».

II. Reclutamiento y concentración de tropas bolivianas

El pueblo San José es un punto de concentración de reclutas, desde donde se distribuyen para cubrir las Unidades del Sector del Interior (línea Roboré—Charagua) y del Sector de la Costa (Línea Suárez—Vanguardia). Se anuncia la próxima llegada a Suárez de setecientos reclutas.

Se anuncia igualmente una presunta concentración de las tropas que cubren la línea del Interior, en la región de San Miguel, que queda entre los fortines General Pando y Mariscal Santa Cruz (véase el mapa de la Sociedad Geográfica de Washington actual). Noticia aún no confirmada.

III. Estado de los caminos y campos de aterrizaje bolivianos.

Los caminos continúan en mal estado dificultando grandemente el transporte y las comunicaciones terrestres por medios mecánicos y animales, sobre todo entre Suárez y Santacruz y los fortines de la Costa. En cuanto a los campos de aterrizaje se mantienen utilizables en tiempo de seca los de Suárez, Vitriones, San José y Roboré.

Mi impresión personal es que la 5a. División boliviana se está preparando para posteriores operaciones militares, una vez que las aguas permitan libre tránsito en la región Norte de Bahía Negra.

Un mensaje del TCnel. don José Félix Estigarribia

Con fecha tres de Julio de mil novecientos treinta y uno, desde Puerto Casado, me dirigió la siguiente carta: «He recibido su carta del 27 de Junio conteniendo copia del informe que Ud. elevó al Ministerio de Guerra, y en este viaje del «Concepción» me trajo igualmente la fechada del 21 con la cual, como bien lo supuso Vd., nos desencontramos a causa de mi viaje apresurada a ésta. Estos documentos que Ud. me envía son extremadamente ilustrativos; me ponen en posesión de sugestiones del más grande interés; es pues imprescindible que no cese de enviarme cada vez que le sea posible.

«He debido venir por ésta para ver la situación militar real sobre el terreno y a fe mía que no la encuentro brillante. El Regimiento 4 no tenía más de 600 fusiles, la batería sin una sola mula, las ametralladoras idem.y todo esto a pesar de todas las instancias del Comandante del Regimiento. Hoy ya tienen suficientes fusiles y las mulas y caballos necesarios están en camino. Se organiza de toda urgencia los servicios administrativos y sanitarios. Tenemos ya una docena de médicos en la División y stock de medicamentos e instrumentos quirúrgicos. Tenemos locales para hospitales, depósitos para intendencias, etc. Tenemos en pie de movilización los hombres y medios de transportes de todos los establecimientos del litoral.

“El Regimiento “Ytororó” ya está instalado en Puerto Risso, hasta tanto se hagan las instalaciones necesarias en el lugar de Ubicación en el interior. Asegurados los abastecimientos, pasado mañana parto al interior para estudiar y elegir posiciones defensivas, mientras se preparan los elementos necesarios previendo una ofensiva de nuestra parte, etc. etc. Se establecen campos de aterrizajes y se gestiona cuanto es necesario para capacitar esta línea a hacer frente en breve tiempo a cualquier eventualidad.

«En fin, espero que muy pronto Vd. ha de terminar su importante misión en esa para venir a asociarse a esta actividad, que creo interesante y decisiva. Mantenga en secreto esta correspondencia e infórmeme sin cesar».

En el Informe N° 5 del once de julio de mil novecientos treinta y uno, comuniqué la presencia de los Jefes y Oficiales actuantes en los siguientes Regimientos:

Rgto. «Warnes» 9 de Inf., en San Juan, Cmdte. Mayor Moreno,

Rgto. «Quijarro» 13 de Inf. en Vitriones, Cmdte. TCnel. Mutillo;

Rgto. «Florida 12» de Inf. en Mutum, Cmdte. TCnel. Barragan ;

Rgto. «Junin» de Cab. en Alta Vista, Cmdte. TCnel. Aranibar;

Rgto. «Santacruz» de Ing., en Roboré, Cmdte. Mayor Alcibiades Antelo;

Rgto. Batería-Artillería, en San Juan, Cmdte. Mayor Gagliardo o Gallardo.

En esta fecha se espera nueva llegada de conscriptos procedentes de Santa Cruz a Puerto Suárez. Las tropas cumplidas no fueron licenciadas. Los bolivianos siguen adquiriendo canoas que son llevadas a San Juan, y los víveres especialmente son acumulados en Galpones en Puerto Suárez.

II.      Noticias sobre caminos

Se está construyendo un camino para unir Puerto Suárez con Santos Corazón, y el buen tiempo reinante ha permitido el tránsito desde Puerto Suárez a Santa Cruz de la Sierra.

III. Noticia sobre la Sanidad

Han llegado a Puerto Suárez, procedente de La Paz, dos médicos militares, para reforzar la dotación actual. Cuenta con un camión ambulancia, recientemente adquirido de una Comisión Francesa. Los heridos graves son operados en el Hospital local de Corumbá. Ayer 10 de Julio murió en dicho Hospital el Secretario de la Delegación del Oriente, de nombre Rómulo Gómez, herido por el Capitán Lozada, Veterinario.

IV.    Espíritu militar de las tropas cruceñas

Hay vehementes sospechas que las tropas cruceñas no están dispuestas a reeditar las penalidades sufridas en el año 1928. Parece ser que por evitar disentimiento entre oficiales cruceños y collas, no quedan mucho tiempo en una guarnición. Al parecer hay trabajos subversivos de carácter regionalista, a cuyo frente estarían los Doctores Cástulo Chávez, presidente del Partido Regional de Santa Cruz de la Sierra; Adalberto Terceros, actual Prefecto y Enrique Banzer, hermano del General Carlos Banzer. La muerte del Sr. Cástulo Gómez, obedecería a un fuerte altercado de carácter regionalista con el matador Capitán Lozada (colla). Esta querella parece haber repercutido hondamente entre los crúcenos contra los collas. Hay noticias que cruceños desertan de las filas del Ejército pasando a territorio brasileño.

V. Movimientos de tropas paraguayas son conocidas en Puerto Suárez

Con fecha cinco de Julio recibí de Puerto Suárez, noticia de que el Agregado Militar boliviano en Asunción había asistido en Remanso Castillo al embarque de las tropas de Campo Grande con destino al Chaco, y aunque descubierto, por los agentes policiales, pudo evitar su captura, observándolo todo».

VI. Exploraciones bolivianas hacia Bahía Negra

Este mismo informante me informa la llegada de cuatrocientos reclutas procedentes de Santa Cruz de la Sierra repartidos cien a los fortines avanzados y trescientos para completar la dotación del Regimiento «Florida». Está confirmada la noticia anterior de que los bolivianos efectúan constantes exploraciones en las cercanías de nuestros fortines Galpón y Patria.

VII. Actitud boliviana en la frontera brasilera

Síntesis del Informe del Comisionado Militar a su Jefe en Río de Janeiro: «Después de cortadas las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Paraguay, en Puerto Suárez exigen de cualquier brasilero, las mejores cosas para poder penetrar en esa población. En el Puesto Fiscal de Bolivia (Aduana), está un destacamento militar mandado por un Oficial que no acepta los pasaportes visados por nuestra policía, y sólo pueden ingresar a ese Puerto los que tienen visado su pasaporte por el Cónsul boliviano de Corumbá. El Sr. Atanacio Galeano, brasilero, se munió de los pasaportes requeridos y visado por el Cónsul boliviano, fue no obstante apresado al cruzar la frontera, y azotado como supuesto espía, y llevado a Puerto Suárez donde estuvo detenido hasta el día cuatro de Julio. Le acompañaba un paraguayo, para recoger sus bueyes, pero éste se escapó. Estuve en Puerto Suárez, y vi efectivamente que existe una mala voluntad para los brasileros, y eso que dicha población, inclusive el Ejército, se abastece íntegramente de Corumbá. Es cuanto puedo informarle al ilustre Jefe. Fdo.: O.D.A.G.».

Sigo opinando que podemos estar tranquilos en cuanto a las tropas bolivianas que cubren el Sector de la Costa, hasta tanto permanezcan crecidas las aguas. Pero son visibles los preparativos de todo orden que efectúa la 5a. División boliviana, después de la ruptura de las relaciones. En cuanto al Sector del Interior, nada definitivo pude saber.

En el Informe N° 6 del dieciocho de Julio de mil novecientos treinta y uno, comuniqué los siguientes datos: 1. Llegada de tropas: El doce de Junio de mil novecientos treinta y uno llegó a Puerto Suárez un contingente de cuatrocientos hombres, conducido por el Teniente Coronel Ernesto Blacut, y se anuncia igualmente la próxima llegada de otro contingente procedente de Santacruz aún sin confirmación. En cambio está confirmada la noticia anterior de que los fortines General Pando y Maximiliano Paredes han sido reforzados, con ciento cincuenta cada uno. El fortín Roboré fue reforzado con cincuenta hombres de la columna Blacut. La dotación actual es de ochenta hombres.

2. Vitriones: He podido averiguar que en Vitriones está concentrado actualmente un Destacamento Mixto de mil hombres. Además, es un lugar topográficamente excelente para tener todas las comodidades requeridas para una base militar. Hoy día cuenta con un campo de aterrizaje, estación de radio, línea telefónica con San Juan, Mutum y Puerto Suárez, y cuenta con instalaciones eléctricas.

3. Fortín San Juan: Tiene menor comodidad para alojamiento de tropas. Ha sido convertido en el Almacén de Campaña para abastecer a los fortines avanzados, inclusive Vitriones, y las tropas de operaciones en el Sector de la Costa. Para el caso de creciente del río, cuenta con una dotación de sesenta canoas y chalanas y tres a cuatro botes con motores desmontables. Son como diecisiete canoas que están repartidas entre Vitriones y Vanguardia según mis informadores. Espero poder confirmar la ubicación del depósito de municiones en S. Juan.

4. Nuevas construcciones: Para tropas en Mutum, un galpón. En Carmen dos galpones en Puerto Suárez un Hospital ya terminado. En Salado (una legua de Suárez) un Hospital de Campaña en construcción.

5. Cambio de Comandos: Según informe recogido de un Sargento boliviano: Comandante de la 5a. Div. de Inf., Coronel Guillen, con asiento en Puerto Suárez.

Id del «Warnes» 9 de Inf., TCnel. Barragan, con asiento en San Juan;

Id del «Florida» 12 de Inf., TCnel. Murillo, con asiento en Mutum

Id del «Quijarro» 13 de Inf., TCnel. Blacut, con asiento en Vitriones;

Id del «Junin» 6 de Cab., TCnel. Aranibar, con asiento en Alta Vista;

Id de la Batería Art, Mayor Gallardo, con asiento en Roboré

Id del «Mariscal Santa Cruz» de Ing. Mayor Antelo, con asiento en Roboré;

Id del Jefe del Serv. Sanitario, Coronel Benavente, con asiento en Puerto Suárez;

Id de Abastecimiento, Mayor Vázquez, con asiento en San Juan;

Id de Policía, Mayor Luna, con asiento en Puerto Suárez.

Revistan en el «Warnes»: Mayor Belmonte, Cap. Guttare. En el «Florida»: Cap. Siemons, Tte. 1º Villegas, Tte. 2° Roberto Herrera. Los Jefes son 2° Comandante y los Capitanes son Ayudantes de Regimiento.

El Coronel Guillen no ha llegado aún, y sigue en el Comando al Teniente Coronel Luís Gamarra S. Por otro lado he podido Identificar al Teniente 1º Roberto Mercado, como Agente Comercial del Ejército boliviano destacado en San Pablo y Santos.

6. Noticias sobre supuestas operaciones militares

De diversas fuentes he recogido versiones de que Bolivia se prepara para iniciar operaciones militares de importancia contra el Paraguay, en el mes de Octubre próximo; que al parecer, espera concentrar sus tropas antes de que la creciente actual desaparezca, sobre todo en esta región. La llegada de nuevos contingentes (confirmada); la presencia de nuevos Jefes, también confirmada; la anunciada presencia del R.I. 10 en Santa Cruz; la concentración militar en San Miguel; la confirmación del aumento de efectivos de dos fortines avanzados del Sector del Interior y las nuevas construcciones militares, hacen presumir que las versiones recogidas tengan mucho fondo de verdad,

Mi opinión personal es que el Sector Roboré —Charagua está cubierto por tropas pertenecientes a otra Gran Unidad, posiblemente la VI División de Infantería. Sólo así se explica que el Reg. de Ing. «Mariscal Santa Cruz» sea señalado en Roboré, y que todos los otros de la 5a. Div. sean señalados en el Sector de la Costa. Por lo demás, los víveres almacenados en Suárez y San Juan, vienen a reforzar la presunción de que se avecinan acontecimientos de importancia.

Del Informe N° 7 del veinticinco de Julio de mil novecientos treinta y uno, se destacan los siguientes:

1. Noticias sobre los caminos: Confirmada la construcción del camino Puerto Suárez—Santos Corazón. Igualmente la de una picada, recientemente abierta entre Del Carmen y Aguada, que será ensanchada, por tropas, a fin de acortar distancia entre Suárez y Mutum

2. Llegada de nuevos Jefes: El veintiuno del corriente, llegó en el avión «Vanguardia» del aéreo postal, el Coronel Guillen, nuevo Comandante de la 5a. División. Se insiste en la noticia de la próxima llegada del General González Flor, conduciendo al Regimiento «General Pando», así como la de varios médicos militares a cuya cabeza ha llegado el Coronel Benavente, junto con oficiales, dentistas, farmacéuticos y veterinarios.

3. El Servicio de Transporte en la 5a. Div. boliviana: Cada Reg. de Infantería está dotado con dos camiones y un automóvil. El Comando Divisionario adquirió dos chasis, modelo Ford, para transporte de cargas generales. Tienen también carretas tiradas por bueyes, cuya cantidad aún no puedo obtenerla. Pero lo efectivo es que están empleando los «buey cabayú» desde hace un mes transportando víveres desde Puerto Suárez a San Juan. He observado personalmente que en esta plaza entran y salen de treinta a cuarenta de estos animales de carga por día, la mayoría de procedencia boliviana.

3. Cierre total de la frontera boliviana: Las autoridades bolivianas sólo expiden permisos a extranjeros para visitar Suárez únicamente, sin permitir tránsito al interior, salvo que estén al servicio do la División. Es así que nuestro comisionado regresó prohibiéndosele viajar a Roboré. Los mismos bolivianos transitan munidos de un pase especial que otorga el Consulado boliviano local, medida que responde—dicen—a la gravedad del conflicto con el Paraguay.

El Informe N° 8 del primero de agosto de mil novecientos treinta y uno, contiene los siguientes datos:

1. Noticias sobre los Fortines del Interior: El Fortín «Maximiliano Paredes» dista de Roboré unos 36 Kms., en línea recta, y esta guarnecido por un Oficial y diez de tropas y cuenta con teléfono; es un punto de pasaje. La línea telefónica se extiende hacia el Sur para unirse con un fortín en construcción hacia Rabelo, queda sobre meridiano 60° de Greenwich. Ei camino de Roboré a los fortines del Sur no es terraplenado, usable solamente en tiempo de seca, y cuando llueve no sirve para tránsito de automotores.

Las tropas que cubren actualmente los fortines del Sur, pertenecen al Regimiento «Mariscal Santa Cruz» de Ing. sin poder constatar la presencia de tropas de otras Unidades. «Roboré» es asiento del Comando del «Santa Cruz», y sirve como depósito de víveres y armamentos. Cuenta igualmente con depósito permanente de combustibles de la aviación. Mantienen ganados bovinos y equinos en grandes potreros entre cuatrocientos y doscientos respectivamente, entre éstos unas cincuenta mulas En dicho Fortín se pudo constatar la existencia de cuatro carretones y varios carros tirados por mulas, con capacidad de cien y quinientos kilogramos, respectivamente. Cuenta con un carro ambulancia.

2.      El sistema de reemplazo de contingentes para la 5a. Div. boliviana: Cada Regimiento cuenta con un depósito de soldados en Santa Cruz de la Sierra, a cargo de un Mayor o Capitán, con víveres, vestuarios, equipos y armamentos propios, pero en escasa cantidad. Reciben instrucción militar durante seis meses en época normal. Luego se organiza la columna al mando de un Oficial Superior, acompañado por otros oficiales, e inician la marcha con destino al Chaco. La llamada «Columna Blacut» estaba compuesta por conscriptos destinados al Reg. «Florida», aunque después fueron repartidos a otras Unidades.

3. La Artillería: Parece existir dos baterías de artillería de montaña: una llamada «Independiente» y la otra 5a. Batería de Artillería. Cada Batería consta con cuatro cañones «Vickers» de montaña de 75 mm. Mi comisionado pudo presenciar los mejores ejercicios de toma de posición, enganche y desenganche, y cargar a lomo de mulas. Asimismo pudo observar las instalaciones preparadas a mitad de la falda del cerro que rodea a San Juan. Ha visto veintidós mulas con albardas con sus conductores al mando de un Sargento. Pudo ver asimismo que cada pieza era servida por cinco soldados.

4. El Destacamento montado de la 5a. Div. boliviana: Cuenta actualmente con dos Escuadrones. Lo comanda el TCnel. Aranibar, cuyo puesto de Comando se halla en Alta Vista.

5. Organización de la Infantería boliviana: Según los documentos que se remiten a ese Ministerio (Formularios de Partes, lista de Revista, de Comisario, Partes de Instrucción, Memorándum, etc.) el Regimiento de Infantería, en tiempo de paz cuenta con cuatro compañías, una sección de Ametralladoras Pesadas, un Escuadrón Regimentario y una Sección de Artillería de Acompañamiento. El Escuadrón Regimentario tiene de cuarenta a sesenta jinetes, armados con carabinas «Mauser» calibre 7,65 mm.

6. Precauciones brasileras en la frontera con Bolivia: El interventor General en Mato Grosso, Dr. Arturo Maciel, en ocasión de su estadía en Corumbá, ha visitado Puerto Suárez, Mutum y Pirapitanga. El Coronel de Policía, Leo Costa, Jefe de la Fuerza Pública de Mato Grosso, visitó a su vez Puerto Suárez, éste por tierra, el Interventor por agua. Resultado de ese viaje, y de las inspecciones de frontera, en breve vendrá a ésta un Mayor de Ingeniería para trazar un camino estratégico que unirá Corumbá con Coímbra, siguiendo lo más posible a la línea fronteriza con Bolivia. Los allegados al Interventor (con quienes pude conectarme) han manifestado en conversaciones privadas de que es inevitable la guerra entre Bolivia y Paraguay. Por eso, el Gobierno del Brasil se preocupa en conocer la verdadera situación militar de Bolivia en esta frontera y tomar algunas medidas de seguridad. Tanto el Coronel Costa como el Interventor Maciel fueron agasajados por el Comandante y oficiales de la 5a. División. En la conversación mantenida con el Interventor, el Coronel Guillén, manifestó que Bolivia recién ahora se da cuenta del error cometido por fiar todos sus recursos la producción de las minas, sin preocuparse en fomentar la agricultura y la ganadería: «Es por eso—dijo—que Bolivia entera tiene fija sus miradas en el Oriente y se dedica poblarlo y para asegurar a estas poblaciones es que mantiene en el Chaco fuerzas militares para garantizarlas”.

Con fecha seis de Agosto, el TCnel. Estigarribia me escribió: «A mi regreso del interior de esta línea me he encontrado con su muy atenta del 1º del corriente y una copia del Informe N° 8 que le agradezco. Cada vez me son más interesantes sus informaciones ya que vienen siempre con sugestiones del más alto valor profesional. Si le queda un tiempito me haría un gran servicio en enviarme un croquis de toda la región de ocupación de la V División con la ubicación aproximada de los fortines, porque desde este punto de vista nuestros datos creo que adolecen de errores. Robustecida la ocupación de Pitiantuta se ampliarán los reconocimientos que se ha comenzado desde ahora y descubriremos si existen realmente nuevas fundaciones de Bolivia. En ésta continuamos siempre activamente los trabajos preparatorios los cuales si bien no progresan con la celeridad que desearíamos han ganado mucho en poco tiempo».

Finalmente, el Informe General N° 10 del quince de agosto de mil novecientos treinta y uno contenía lo siguiente: 1. La guerra es inevitable. Los jefes y oficiales bolivianos no ocultan ya que la guerra con el Paraguay es inevitable. Manifiestan que todas las tentativas de arreglo sobre el Chaco han fracaso y sólo el Ejército, con su argumento de fuerza, podrá liquidar dicho conflicto. En la frontera con el Brasil ha sido lanzada una circular en el sentido de que los pobladores con ganados deberían retirar sus animales porque las autoridades no podrían ya responsabilizarse de las pérdidas que hubieren. Acompaño recortes de diarios bolivianos sobre el particular. Los preparativos militares de estas últimas semanas han sido muy activos.

2. El E.M. de la V Div. en Vitriones. Como anuncié en mi telegrama del diez del corriente, el E.M. Divisionario se trasladó a Vitriones, donde permanece hasta ahora. Este hecho coincidió con la noticia de la llegada del Ministro de Guerra boliviano para inspeccionar las tropas de la V División.

3. Movimientos de tropas. Se anuncia de que el Reg. «Loa», de guarnición en Tarija, ha sido trasladado a Charagua, al mando del TCnel. Amelier. Este Jefe fue Delegado Civil en Villa Montes en mil novecientos veintisiete.

Un Escuadrón de setenta y ocho de tropas al mando del Mayor Vázquez, de guarnición en Vitriones, fue trasladado a Roboré, partiendo de San Juan el día diez del actual. Y se anunció la licuada de quinientos hombres a Santa Cruz, procedentes de La Paz y Cochabamba, al mando del General Federico Diez de Medina, y están destinados a la línea Roboré —Charagua.

4. Charagua o Charaguá. “Mis agentes han podido ubicar el pueblo Charagua, asiento de una Delegación de Gobierno y de una guarnición militar, sobre el paralelo 20° y Meridiano 63° de Greenwich. Su dotación normal es de veinte y cinco de tropas. Pero el veintiséis de Mayo ppdo. partió de Santa Cruz un contingente de cien hombres, guiado por un Oficial, para reforzar a la guarnición de Charagua. Lo que no he podido averiguar aún si existe otro punto con dicho nombre y su probable ubicación. Pero es probable que de Charagua haya camino que conduzca a los fortines del Centro del Chaco.

5. Roboré, punto muy importante. Como depósito de elementos bélicos y de abastecimiento. Cuenta con cuatro pabellones de veinticinco metros de largo cada uno. Tiene combustibles almacenados para la aviación y automotores. Roboré, por su situación central, es más importante que Puerto Suárez. De allí se irradian varios caminos. Cuenta igualmente con grandes chacras agrícolas. Y es punto de concentración y distribución de tropas para los fortines del interior.

6. Adquisición de «Buey—cabayú». Desde el trece del corriente, dos Oficiales bolivianos están ofreciendo en esta plaza la compra de dichos animales pagando hasta sesenta pesos bolivianos por cada animal. Manifiestan que adquirirán trescientos bueyes grandes que puedan transportar hasta ciento cincuenta kilogramos de carga.

7. Noticias sobre caminos. El camino de San Juan a Vitriones ya está expedito para animales de carga y tropa a pie, no así para camiones. El camino que se está construyendo bajo la dirección de un Sr. Labarden, parte de Mandioré hacia Santos Corazón, hasta un lugar llamado Rincón. El camino Suárez- Roboré está librado para uso de todas clases de transportes

8. Noticias sobre organizaciones defensivas. Anunciase que San José de los Chiquitos ha sido organizado defensivamente. Este punto sirve de concentración de contingentes conscriptos. Las tropas de la Columna Blacut trabajaron durante ocho días en la preparación de un nuevo campo de aterrizaje, pues desde cinco años contaba ya con uno.

Igualmente se anuncia que en Vitriones se trabaja intensamente en el reforzamiento de las organizaciones defensivas existentes, especialmente en construcción de nidos para ametralladoras y zanjas para tiradores. Aún no tengo confirmación de esta última noticia.

9. Conclusión. Se puede afirmar que todos los preparativos anunciados desde Junio último, no tienen otro objetivo que una vista operación militar contra las posiciones paraguayas.

Esta operación militar creo que ha de iniciarse tan pronto que los contingentes distribuidos en todo el Chaco, hayan cubierto el efectivo de guerra de las Unidades, que, en el caso de la 5a. División, poco ha de faltar. Por otro lado, las medidas de seguridad tomadas en la frontera, así como el almacenamiento de víveres y otros elementos, en cantidad, y el traslado del E.M. divisionario, primero en San Juan, ahora en Vitriones, viene a robustecer la opinión que me he formado de que la guerra está en puerta».

Con este último Informe dio por terminada mi misión en el Oriente boliviano sobre la situación militar boliviana, tanto del Oriente como en el interior del Chaco.



INDICE

LA GUERRA DEL CHACO VII

Prólogo de Alfredo M. Seiferheld

Introducción  

PRIMERA PARTE

Capítulo I - La Movilización General de 1928/29 ...

Capítulo II - La reorganización de las Fuerzas Militares y la Movilización de 1930

Capítulo III - Una Misión reservada en el Oriente Boliviano

SEGUNDA PARTE

Capítulo IV - La Cruz Roja Paraguaya y los Hospitales de Sangre 

Capítulo V - La Junta Nacional de Auxilios

Capítulo VI - La Dirección de Economía y Abastecimiento 

Capítulo VII - Las Organizaciones Civiles de Ayuda .. 

Capítulo VIII - Organizaciones militares. El Estado Mayor General 

TERCERA PARTE

Capítulo IX - Los Institutos Militares de Enseñanza  

Capítulo X - Las Administraciones Militares 

Capítulo XI - La Armada Nacional

Capítulo XII - La Sanidad Militar

Capítulo XIII - La Aviación Militar

 

 

 

 

 

 

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LA
LA GUERRA DEL CHACO (PARAGUAY - BOLIVIA) AÑOS
HISTORIA
HISTORIA DEL PARAGUAY (LIBROS, COMPILACIONES,...



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