ILUSIÓN Y MAGIA DE REYES MAGOS 

Febriles postales de los años sesenta y setenta

Por PEDRO GÓMEZ SILGUEIRA

pgomez@abc.com.py

Fotos: Archivo ABC Color

Los juguetes de antaño que traían los reyes magos eran de lo más simple: camioncitos de madera, caballitos, muñecas calvas, pelotas de goma. Que trajeran una bicicleta ya era todo un lujo. Hoy día, los pequeños despertaron al amparo de la tecnología y los Reyes deberían venir en naves espaciales.

La llegada de los Reyes Magos para las generaciones pasadas exigía todo un ritual. Comenzaba por limpiar los zapatos que debían ser colocados en las ventanas en la noche del 5 de enero. Luego había que colocar pasto y agua para los camellos en el patio y a la mañana había que gastar horas y horas buscando las huellas de los cuadrúpedos que los trajeron a cuestas.

“No entra en la boca del camello” o “los reyes ya están muy viejos para cargar con tanto” eran algunas de las explicaciones de nuestros padres cuando los juguetes quedaban al libre albedrío de los reyes magos y no precisamente respondían a la atenta esquela escrita con tanto cariño ni con el buen comportamiento previo a la espera.

En Asunción, muchas organizaciones barriales y comisiones de damas se esmeraban en repartir juguetes en los barrios donde se encontraban niños de escasos recursos.

Muchos iban disfrazados con trajes de Papá Noel, aunque más bien se parecían al popular “Karai Bosa” (El Señor de la Bolsa) por su rústico atuendo.

Ahora los niños escriben cartas para cada uno de los reyes: Melchor, Gaspar y Baltasar. Y cada uno de ellos debe traer un regalo diferente y a tono con la tecnología de nuestros días.

Fuente:  ABC Color - Miércoles, 06 de Enero de 2016

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