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FULGENCIO YEGROS GIROLA (+)

  BATALLA DE BOQUERÓN (Comentario de FULGENCIO YEGROS GIROLA)


BATALLA DE BOQUERÓN (Comentario de FULGENCIO YEGROS GIROLA)

BATALLA DE BOQUERÓN

Comentario de FULGENCIO YEGROS GIROLA

 

 

 

31 DE JULIO DE 1932

 

Era este un fortín fundado por el Paraguay en el interior del Sector Central del Chaco para obstaculizar “el pacífico” avance boliviano hacia el río Paraguay, Corrales y Toledo, cayeron en su poder el 27 y 28 de julio sucesivamente a título de la represalia ordenada por el comando superior boliviano a raíz de la recuperación por la fuerza de nuestro fortín Carlos A. López “Pitiantuta” atacado y conquistado sorpresivamente por el Cnel. Oscar Moscoso el 15 de Junio de 1932, con tropas traídas ex-profeso desde Camacho “hoy Mcal. Estigarribia”.

Nuestros dos fortines citados no eran en realidad tales, sino apenas puntos geográficos débilmente ocupados a mero título de ejercer en ellos nuestra soberanía. Para la conquista de Boquerón, el Comando Superior boliviano había despachado desde La Paz (capital de la República de Bolivia) novecientos hombres de refuerzo al mando del TCnel. Luis Emilio Aguirre. Esta operación fue mejor preparada, por ellos aleccionados como estaban por el costo de sus operaciones anteriores cuando, no obstante la sorpresa alcanzada, hubieron de lamentar sensibles pérdidas. Esta vez el destacamento Aguirre, compuesto por un batallón del Regimiento “Campero”, otro del “Campos”, 5ª y 6ª de Infantería, respectivamente, con un escuadrón del Regimiento “Lanza”, V de Caballería, una pieza de Artillería y una escuadrilla de aviones al mando del Piloto Aviador Militar Mayor Jorge Jordán. En total 1.200 hombres.

Comandaba nuestro fortín el entonces Tte. 1º Eulalio Facetti, (luego Cnel. DEM), colaborado por el entonces Tte. 2º Adolfo Martínez (luego Mayor), quiénes gracias a frecuentes y atrevidos patrullajes en el dominio boliviano, adquirieron noticias fidedignas sobre su intención de apoderarse también de Boquerón. El Tte. 1º Facetti tomó en consecuencia las disposiciones necesarias para causarle el mayor daño, ya que resultaba imposible ejercer una resistencia seria y eficaz, en vista de su enorme superioridad. Resolvió detener por brevísimo tiempo y simular luego una desbandada hacia los bosques circundantes donde había preparado, previamente, una posición dotada de ametralladoras con las cuales acribillaría a los bolivianos, cuando entrasen a posesionarse del fortín. En efecto, los acontecimientos se desarrollaron estrictamente de acuerdo a lo previsto. Los bolivianos, tras vencer la débil defensa paraguaya, irrumpieron dentro del fortín al grito de ¡Viva Bolivia!, mientras los “fugitivos” desaparecían en el boscaje próximo. El comando boliviano, seguro de su completa victoria, ordenó una formación al pié del asta de bandera a cuyo tope momento antes flameando estaba la tricolor paraguaya que los nuestros arriaron antes del desbande”... Eran las 11:30 minutos del 31 de julio de 1932. Lo previsto por el Tte. Facetti se produjo con matemática precisión. Cuando los bolivianos procedían al solemne izamiento de su bandera en el mástil en el cual hasta minutos antes flameara nuestra amada tricolor, de la ceja más próxima del tupido boscaje circundante, surgieron mortíferas ráfagas de ametralladoras cuyo crepitar sin descanso y exacta puntería sembró la desolación y la muerte entre la oficialidad y tropa boliviana. Murió instantáneamente el Cap. Pando, comandante de unas de las compañías del Regimiento “Campero” y cayeron muchos heridos de gravedad. Entre estos el propio comandante del destacamento y el Sub-Tte. Ávila. El TCnel. Aguirre, en plena agonía, alcanzó a suscribir el siguiente Parte a su comandante de división con asiento en Muñoz: “Con destacamento mis órdenes con batallones Cuenca y Cárdenas, tomé Boquerón hora 10:30 minutos. Varias horas de combate. Recibí feliz herida por la patria justamente con varios oficiales y tropa”. Firmado TCnel. Aguirre. El firmante pasó a la eternidad junto con el último trazo de su firma...

Por su parte, el Gral. Quintanilla comandante del Primer Cuerpo de Ejército - I CE, con asiento en Muñoz, en cifrado número 342, informaba al Estado Mayor General en La Paz que de la patrulla de aviación compuesta de dos aviones al mando del Mayor Jordán solo había regresado a su base éste y que el otro, tripulado por los Ttes. Belmonte y Saavedra, se había visto obligado a aterrizar en terreno controlado por el enemigo cayendo en consecuencia prisioneros.

Dicha actitud del Tte. 1º Eulalio Facetti dio a los agresores iníciales la pauta de lo duro que iba a hacerles llegar hasta el río Paraguay pisando fuerte en el Chaco para bolivianizarlo.

Durante la Guerra que luego sobrevino, el 12 de Marzo de 1935 cayeron prisioneros de los bolivianos tres de nuestros denodados defensores quienes tuvieron que comparecer ante el Gral. Quintanilla. El referido Jefe boliviano tuvo conceptos muy elogiosos para dicho oficial paraguayo.

El Certificado de nuestra referencia y que sus prisioneros dejaron constancia de ello en un certificado destinado para Facetti que nosotros, como nuestro no menaje a este denodado defensor del Chaco transcribimos in extenso y dice:

“Certificamos por la presente: que en fecha 12 de Marzo de 1935, fuimos capturados prisioneros por las Fuerzas Bolivianas, luego de cumplir exitosamente la misión encomendada al III Batallón del RI 15 “Lomas Valentinas” adscripta a la Unidad de maniobra en la Batalla librada en “CAMANTINDY” para la conquista de los Pozos Petrolíferos de CAMIRI (Sector: BOYUIBE-RIO CUEVO) y conducidos en presencia del Comandante de ese Sector del Ejército Boliviano, el General José M. Quintanilla; el Cte. del III/Batallón del RI 15 “Lomas Valentinas” Capitán José Ireneo Díaz, el Tte. 1º Bernardo Ocampos Lanzoni y el Tte. 1º Nobel Llamosas, nos planteó, no precisamente una estricta y rigurosa declaración castrense, sino una amena, correcta y respetuosa conversación sobre temas generales de la guerra.

“Seguidamente nos preguntó: Quién era el Comandante del Regimiento a que pertenecíamos; le respondimos, que era el Cap. Eulalio Facetti. Al escuchar nuestra respuesta se nos manifestó en estos términos: “Que sentía su personal admiración y respeto por su brillante actuación hacia quien nos había dado una dura lección cuando atacamos el Fortín Boquerón (31 de Julio 1932), y agregando que sinceramente era lastimoso, que el Capitán Facetti, no cayera también prisionero de las tropas a su mando, para tener la satisfacción de conocerlo personalmente y rendirle los honores que se había ganado con creces en la Guerra del Chaco”.

“Es nuestra declaración verídica en el presente certificado expedido para el Cnel. DEM Don Eulalio A. Facetti, Capitán Ireneo Díaz, Tte. 1º Bernardo Ocampos L., Tte. 1º Nobel Llamosas

Entretanto el TCnel. José Félix Estigarribia había llegado a convencer a su gobierno de que no se registra en la historia militar de los pueblos el caso en que un ejército inferior en número de personal y material, haya estado a la espera de la conducta enemiga para reaccionar, siendo por consiguiente necesario proceder a una movilización general para iniciar una amplia ofensiva, recuperar Boquerón y proseguir la lucha hasta sus últimas consecuencias”.

El gobierno presidido por el Dr. Eusebio Ayala, tomó las disposiciones correspondientes y la guerra propiamente dicha, se inició en este mismo fortín el 9 de setiembre y tras veinte días de sangrienta lucha Boquerón volvió a nuestro poder. Sus ocupantes, con su jefe el TCnel. Manuel Marzana todos los Sub-Oficiales, clases y soldados cayeron prisioneros y su material íntegramente pasó a engrosar nuestro Parque de Guerra en Campaña.

 

 

OCHO DÍAS ANTES DEL ASALTO AL FORTÍN

 

El 1 de Setiembre de 1932 llegó al Cuartel General del TCnel. Estigarribia, situado en Casanillo el entonces Mayor Juan Manuel Garay quien, desde Asunción, hasta Puerto Casado había viajado en el hidroavión conducido por el Tte. Ramón Martino (luego CAlm) de allí por las vías terrestres combinadas —autovía y camión—, entregando en propias manos al Comandante en Jefe de la 1ª División de Infantería un curioso documento con instrucciones emanadas del Presidente de la República Dr. Eusebio Ayala, para la recuperación de Boquerón, con los siguientes objetivos:

a) Demostrar a los neutrales y a los demás países de América que el Paraguay posee capacidad Militar.

b) Dar satisfacción a la opinión pública y al Ejército. Con esto se trata de ganar mayor consideración ante los neutrales a fin de que en sus proposiciones, consideren que no siempre debe hacerse ceder al Paraguay. Además conviene que las tropas prueben su capacidad Militar.

Ordenaba además que conseguido el objetivo buscado, debe volverse con las tropas a Isla Poí.

La referida nota redundaba en otras consideraciones referentes a la ejecución y las probables consecuencias de la operación. El documento no llevaba firma ni fecha alguna —dice el Mariscal Estigarribia en sus Memorias— exigiendo por consiguiente al Mayor Garay darle alguna autenticidad, quien sin inconveniente alguno puso al pié de la nota de que era portador la siguiente constancia:

Entregado el presente documento en propias manos del Sr. Comandante en Jefe de la 1ª y 2ª Divisiones. TCnel. Don José Félix Estigarribia de orden del Sr. Presidente de la República Dr. Eusebio Ayala, hoy 1 de Setiembre de 1932 en Casanillo (línea Casado) refrendándolas con su firma.

El Cte. Estigarribia contestó en los siguientes términos:

Estimado Señor Presidente:

He recibido con vivo placer e interés las indicaciones que en nombre de Ud. me ha entregado el Mayor Manuel Garay.

La única objeción que me permitiría formular sería la de la limitación demasiado estricta de nuestro avance. Creo en la conveniencia de lanzarnos a fondo, más allá de Boquerón si podemos contar con agua, para lo cual nos hacen falta más camiones y los tanques de agua adaptables a los mismos, que hemos pedido desde hace más de un mes.

Si desde el punto de vista de nuestra situación internacional ello no ha de traernos desventajas, conviene que nos movamos con miras a la destrucción de las divisiones enemigas que tenemos en frente, en cuyas posibilidades creo firmemente, con tal que podamos contar con agua y preparadnos los reemplazos indispensables de hombres y caballos para el avance más allá de Boquerón creo que podemos emplear el mismo procedimiento que para el avance inicial, de conformidad a las indicaciones que he recibido.

Preparo activamente lo necesario para el golpe de Boquerón y he ordenado los movimientos preparatorios de reunión de las tropas en la región de Villa Militar (Isla Poí). Apenas termine esta reunión que creo será a fines de la semana entrante, nos lanzaremos resueltamente.

Fdo. José Félix Estigarribia

 

 

 

BOQUERÓN RECUPERADO 9 - 29 DE SETIEMBRE DE 1932

 

 

Apenas habían transcurrido sesenta y dos años desde la desastrosa liquidación de la guerra de la Triple Alianza contra nuestro país, con la heroica inmolación del Mcal. Francisco Solano López en Cerro Corá, cuando el Paraguay se vio nuevamente abocado a la defensa de su Honor y su soberanía en el Chaco Boreal. En esta zona, se libró una sangrienta batalla que duró veinte días a raíz de la voluntad nacional —Gobierno, Pueblo y Ejército— de recuperar del poder de los bolivianos, en que se hallaba.

La respectiva operación fue concebida y dirigida por el entonces TCnel. José Félix Estigarribia, (luego Mariscal). Era entonces el Comandante de la 1ª División de Infantería que cubría dicho territorio. Colaboraba con él como Jefe de Estado Mayor Cnel. Juan Manuel Garay, quién a la sazón ostentaba el grado Mayor de Infantería.

Ambos contendientes se prodigaron en actos de heroísmos extraordinarios que los presentaron como dignísimos rivales. La batalla despiadada, y cruel por todos los conceptos y las diversas circunstancias que la caracterizaron, ocasionó numerosas bajas tantos a los atacantes como a los defensores.

Nuestras tropas habían salido del lugar de su concentración “Isla Poí” más tarde “Villa Militar”, distante algo más o menos cuarenta kilómetros de su objetivo en una penosa marcha nocturno de aproximación que culminó al amanecer del día elegido para el choque.

En Campo Esperanza el 17 de agosto casi todo el ejército estaba concentrado en los alrededores del futuro campo de batalla. En Isla Poí estaban el RI 2 “Ytororó”, el RI 4 “Curupayty”, el RC 2 “Cnel. Toledo” y el Reg. de Zapadores Nº 1 “Gral. Aquino”. En Campo Esperanza, el GA 2 “Gral. Roa” con ocho cañones Schneider y cuatro obuses y un batallón del RI 3 “Corrales”. En Pozo Azul, dos batallones del mismo Corrales. El RC 1 “Valois Rivarola”, en Rojas Silva, en Invernada, cerca de Pozo Azul, el GA 1 “Gral. Bruguez” con 12 piezas Schneider. El RI 1 “2 de Mayo” estaba en Concepción, listo para ir a Nanawa, pero por disposición superior fue trasladado al sector Casado. El RC 3 “Coronel Mongelos”, que comenzó a marchar por la orilla del Pilcomayo, recibió orden de retroceder, siendo destinado igualmente al sector Casado. El RI 6 “Boquerón” estaba en marcha para Casado. El RI 5 “Gral. Díaz” estaba en Bahía Negra, junto con el GA 3 “Cnel. Hermosa”, con ocho piezas Schneider, en Bahía Negra también estaban el GA 4 “Albertano Zayas”, con 6 piezas Vickers de montaña, el grupo de artillería de cañones Vickers 76 de Marina con 5 piezas y además un destacamento de caballería. El RC 5 “Acá Verá” y el RC 4 “Acá Carayá” estaban en camino hacia Nanawa. En ese lugar residía el batallón reforzado del Mayor Francisco Caballero Álvarez, junto con un destacamento de caballería y la batería Kallsen, con 5 cañones Krupp de montaña. A Olimpo llegó la marinería de desembarco con seis piezas Armstrong.

Es decir que nuestra movilización inicial estaba terminada para mediados de agosto, más o menos, quince días después de haber sido decretada por el gobierno.

En Setiembre de 1932, las tropas bolivianas se dirigieron contra “Pozo Valencia”, puesto avanzado de “Isla Poí”, sede del Comando Paraguayo. Reiniciaban así la ofensiva truncada a fines de Julio en Boquerón, debido a las enormes e imprevistas bajas de la toma, que aliquebraron en cierne su impulso agresivo.

Rechazado el ataque por nuestras fuerzas, éstas se lanzaron contra “Boquerón”, cuya caída en nuestro poder trajo aparejada la de los Tenientes Coroneles Marzana y Cuenca, numerosos oficiales y alrededor de mil soldados, a más de abundante material bélico, incluso cañones. Así empezó el Paraguay a armarse, merced a las pérdidas bolivianas, pues hasta entonces solo poseía una cantidad de armas que, por lo exigua, era verdaderamente irrisoria.

Mientras se peleaba en “Boquerón” y sus aledaños, destruimos numerosas columnas bolivianas y capturamos abundantes documentos bolivianos proclaman la enormidad de aquel inútil sacrificio.

El destacamento boliviano que defendía Boquerón estaba comandado por el TCnel. Manuel Marzana, con una dotación de más o menos 1.000 a 1.200 hombres, armados con fusiles, ametralladoras y cañones, en trincheras admirablemente preparadas con mucha antelación. Cubría su cielo, por otro lado una poderosa aviación que su país venía organizando con varias décadas de anticipación al Paraguay, país éste que tenía la suya muy incipiente.

Queremos aprovechar para rendir nuestro más ferviente homenaje a los actores de aquel suceso rutilante de nuestra historia que constituyó una dura prueba para nuestro pueblo que dio una vez más ejemplo de su elevado sentimiento patriótico, su espíritu de admiración y sacrificio, su admirable valor frente a la posibilidad de morir siempre presente aun cuando ello ocurría entre la maraña de los cañadones y la oscura selva inmisericorde.

En Boquerón se empeñó la nación entera en admirable mancomunión en la voluntad del ser. Nadie restó su invalorable aporte. Las mujeres, los ancianos y hasta los niños contribuyeron en la medida en que la circunstancia lo requirió.

La noticia de la vuelta de Boquerón a nuestro poder fue, es y será por siempre un acontecimiento de la más alta importancia para la patria, esta nuestra tan querida y digna como gloriosa en todo el curso de su vida independiente y aun antes.

 

 

LAS FELICITACIONES DEL CONDUCTOR DE NUESTRO EJÉRCITO

 

P.C. 26-IX-32
Comandancia

A los Jefes, Oficiales y Soldados del Primer Cuerpo de Ejército:

Rindo el homenaje de mi aplauso a los bravos Jefes, Oficiales y Soldados del 1er. Cuerpo de Ejército por la magnífica jornada cumplida hoy, que coloca a nuestros soldados en el puesto que siempre han merecido: a la cabeza de los mejores Soldados del mundo.

Se ha roto en tres partes la poderosa línea de defensa del enemigo, abriéndose paso a machetazos a través de sus tupidas alambradas y asaltando nidos ametralladoras y líneas sucesivas de trincheras.

Todos deberían permanecer firmes sobre el terreno conquistado y continuar mañana sus asaltos con el mismo denuedo y con la misma bravura incontenible de hoy, para reducir las últimas resistencias del enemigo para gloria inmarcesible del Ejército y de la Patria.

Fdo. El Tte. Cnel. Cte. en Jefe Estigarribia

 

 

EL GRUPO “GENERAL ROA” DE ART. Nº 2.

 

Del Libro del Cnel. Carlos Fernández La Guerra del Chaco Tomo I - Boquerón

“El Grupo tiene en su haber hechos resonantes: aperturas de picadas caminables (Picada Cap. Rovira). La batería Rovira es famosa en la División. Es la primera artillería que se identificó con su hermana la infantería. Reducida a dos piezas hizo maravillas en la noche crítica del 23 de septiembre, contribuyendo con sus certeros disparos al rechazo de un ataque nocturno del enemigo, desde Ramírez y Castillo, en el célebre Pampa (14 de Diciembre).

“El Grupo, después, en la toma de Castillo actuó con toda eficacia. Liquidó de un solo tiro a tres jefes y dos oficiales bolivianos y desbandó a la guarnición. En Platanillos jalonó con sus tiros el camino de retirada del enemigo.

“Su comandante, el Capitán Raimundo Rolón, se ingenia para no quedar atrás con sus pesados cañones, arrastrándolos a veces con carretas, otras veces con camiones, y si se ofrece, con sus propios artilleros.

“Aparte de la Circular Nº 19 de la División, el GA 2 ha recibido de los combatientes de primera línea frases como esta: Los tiros disparados contra los distintos objetivos han sido espléndidos y prueba de ello es que hemos podido nosotros tomar las posiciones enemigas con él mínimum de pérdidas”...

 

 

Fuente:

Revista Chaco ré - Órgano Oficial del Ex-Combatiente

Trinchera órgano oficial del ex-Combatiente - 1972

“El Diario” - Ediciones Dominicales Noviembre 1932

 

Fuente digital: http://generalyegros.com (Registro: Agosto 2011)






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