Portal Guaraní - PAISAJE EMOCIONAL - Arte - Por MARISOL PALACIOS

La artista visual Paola Parcerisa, quien reside en Chile, propone en sus obras una peculiar forma de ver lo que le rodea. Sus lienzos y piezas de joyería provocan la imaginación de un espacio, sitio y ambiente relacionados con el camino recorrido en partidas y regresos.

Paola Parcerisa es paraguaya, pero por temas laborales vive en Santiago, Chile, desde hace 15 años. Allí realizó un magíster en Artes Visuales en la Universidad de Chile. Después de que tuvo a su tercer hijo, durante el primer mes, al no poder salir a hacer instalaciones y dedicarse de lleno a la pintura, descubrió la orfebrería. “Porque no es lo mismo estar acá con una red familiar de apoyo que estar sola en el extranjero, donde te tienes que llevar al bebé a todos lados”, explica la artista.

Entonces se puso a estudiar y ahora hasta ya enseña en la escuela en donde cursó y también tiene alumnos particulares. “Fue toda una sorpresa descubrir la orfebrería”, recuerda y agrega que le apasionan ambas actividades. “Todo depende de lo que esté proyectando”. Y en este trabajo estuvo procesando el ser de aquí y ser de allá, sus constantes idas y venidas, y este espacio y no espacio, y tiempo, no tiempo que es el viaje en sí, donde uno va rumiando las cosas que vive en cada lado.

Resalta que por eso las joyas son tan emocionales también, tan paisajísticas, así como sus pinturas, pero es más importante el color, la expresión, la línea y la fuerza. “El paisaje en sí es simplemente una excusa”, refiere. Esta es la primera exposición de joyas que realiza luego de casi una década de dedicarse a la orfebrería. “Hace nueve años que trabajo en joyas y, desde el primer par de aros que hice, fue un enamoramiento del público, que ya comenzó a comprar. Y es muy lindo. Eso me da una calidad de vida que, muchas veces, el artista no puede lograr”, subraya.

Sus joyas están realizadas en plata 950, de autor, que es la plata con la cual la artista hace la aleación, porque ella trabaja desde la plata pura, hace la aleación, la placa y el alambre para trabajar. “Yo hago todo. Soy una artista visual a quien le gusta mucho trabajar con las manos, el cuerpo, y disfruto mucho el hacer. El proceso de construir la joya, que es muy parecido a trabajar una escultura, desde planear cuáles son los pasos que va a tener”, cuenta. Muchas de estas piezas están trabajadas a la cera perdida, que es una manera de construcción que viene de la escultura, en la cual uno hace un original de la joya en cera y luego se pasa a plata. “A diferencia de la escultura, una joya necesita una terminación mucho más fina”, detalla.

A veces trabaja una parte de la joya con esa técnica, y luego con piedras. La artista asegura que trabaja solo con materiales nobles, con piedras preciosas y semipreciosas, y con plata y oro. Un tiempo también hizo filigrana. “Me siento orgullosa de nuestros filigraneros; cómo con tanta precariedad, con un pedacito de madera y alambre, hacen maravillas”, señala.

Parcerisa afirma que, a pesar de su larga carrera en arte, nunca pensó que se iba a entusiasmar tanto con la orfebrería. “Pero me fui metiendo y hay tantas técnicas por aprender y seguir creciendo, que simplemente estoy recorriendo el camino. No me puse metas ni nada. Voy disfrutando el proceso”, confiesa. Y, cuando encuentra algo que quiere decir, va trabajando un tema específico. Trabaja mucho con piezas de diseño que no son tan difíciles de vender y portar. “Pero me moría de ganas de hacer esta colección, por lo cual no me importaría que no se vendan algunas piezas. Para mí era importante hacerlas como artista”, confiesa.

¿Le cuesta desprenderse de alguna de sus creaciones? “Sí, me voy enamorando de la pieza, especialmente cuando vas resolviendo problemas. A veces, me quedo con alguna”, revela. También le sucede que guarda algunas, aunque no sean para ella, pero para cuando aparezca una persona especial. Respecto a la muestra, refiere que los trabajos fueron fluyendo sin muchas expectativas tanto en pintura como con las piezas de orfebrería.

Paola Parcerisa expuso su colección Topografías en la Galería Mayor. “El nombre de la muestra tiene que ver con esa textura que tiene la vida, la tierra, con el camino que uno recorre, y cómo cambia el paisaje externo que uno ve y el interno desde que salgo y llego a mi casa, de ida o vuelta. Eso fue lo que motivó la exposición. Es procesar sentimientos”, concluye. Y es que, a veces, así nos damos cuenta de que estos paisajes, pedazos de cielo y suelo, despedidas y retornos, forman parte de nuestro verdadero hogar que está en nuestro corazón.

“Hace nueve años que trabajo en joyas y, desde el primer par de aros que hice, fue un enamoramiento del público, que ya comenzó a comprar.