QUE EL 21 DE ABRIL GANE LA DEMOCRACIA
Por ALBERTO ACOSTA GARBARINO
Como nunca antes en su historia, en este momento, el Paraguay se encuentra aislado políticamente por la mayoría de los países de América del Sur.
La causa de dicho aislamiento es, como sabemos, la destitución -por vía del juicio político- del expresidente Fernando Lugo, que para una amplísima mayoría de juristas y de ciudadanos de nuestro país se realizó apegada a la letra y al espíritu de nuestra Constitución.
Pero, por otro lado, para varios líderes de países de la región -movidos por intereses políticos y por afinidades ideológicas, como lo reconoció abiertamente el presidente uruguayo José Mujica-, la destitución fue ilegal y, por lo tanto, en el Paraguay hubo una ruptura democrática.
A partir de esta interpretación "política" nos sancionaron y nos suspendieron de todos los organismos regionales, e impidieron la participación paraguaya en los principales eventos internacionales.
Asimismo, también a partir de esta interpretación "política", la "única manera" de que el Paraguay podía volver a ser integrado a la región, era si las elecciones del 21 de abril se realizaban en forma libre y transparente.
Las exigencias internacionales hacen que ese día, el Paraguay deba actuar como la mujer del César, es decir, no solamente "ser", sino también "parecer", democrático.
Porque solamente con unas elecciones intachables, obtendremos el "pasaporte democrático" que nos permita volver a integrarnos a la región.
Esa es la realidad, nos guste o no nos guste, y dicen que en la política hay que administrar realidades.
Por todo esto y por mucho más, las elecciones del próximo domingo van a ser de una enorme importancia histórica.
Van a ser históricas, porque como lo dijimos, el mundo y, específicamente, los países de la región, fijarán sus ojos críticos en todo lo que se efectúe ese día.
Van a ser históricas, porque por primera vez tendremos unas elecciones donde el Partido Colorado se presenta como oposición y el Partido Liberal, como partido de gobierno.
Van a ser históricas, porque por primera vez la izquierda, aunque dividida y atomizada, se presenta a elecciones después de haber sido desalojada del poder.
Por todo esto, no existen dudas sobre la importancia de estas elecciones; pero cada vez existen más dudas y, sobre todo, preocupaciones acerca de cómo será nuestro comportamiento en ese día tan trascendente.
La primera preocupación surge de la agresividad y de la campaña sucia a las que están recurriendo, principalmente las dos candidaturas con más posibilidades de triunfo.
La segunda preocupación se origina en nuestra "vieja tradición" de fraudes electorales, que van desde el acarreo de los votantes, las compras de las cédulas y el copamiento de las mesas electorales, solo por citar algunas de las ellas.
La tercera preocupación proviene de la aparente pequeña diferencia que hoy existe en las encuestas, entre los principales candidatos, que de confirmarse en las elecciones, elevan enormemente el riesgo de impugnaciones de mesas y de no reconocimiento del triunfo del oponente.
Ojalá, nuestros principales líderes políticos sean conscientes de su responsabilidad histórica y comprendan que existe un interés superior por sobre sus candidaturas, que es el interés de la patria.
La patria necesita integrarse al mundo y ser respetada por su democracia, para eso debemos bajar el nivel de agresión de las campañas, debemos desterrar nuestras viejas prácticas electorales y debemos tener un comportamiento ejemplar el 21 de abril.
Ojalá ese día el ganador sea... nuestra democracia.
EDICION IMPRESA DIARIO ULTIMA HORA | Viernes, 19 de Abril de 2013
Fuente en Internet : ULTIMA HORA DIGITAL/ PARAGUAY
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