UN PLAN ANTICRISIS PARA EL DESARROLLO

Por ALBERTO ACOSTA GARBARINO

 Creo que en este momento no existen dudas de que en este año la economía paraguaya va a tener una importante contracción.

La sequía en la agricultura, la fiebre aftosa en la ganadería y las trabas de Argentina a nuestras exportaciones industriales, harán que el Producto Interno Bruto tenga un crecimiento negativo en el 2012.

Ante esta situación, todos los sectores están pidiendo la urgente implementación de un plan anticrisis.

Un plan de estas características puede tener diferentes diseños, pero todos, de alguna manera, deben buscar incentivar a los sectores de la economía no afectados, para compensar parcialmente la caída del sector agropecuario.

Es nuestro deseo, en la Fundación Desarrollo en Democracia, que este plan anticrisis no sea solo de medidas para este año y que también mejoren nuestra capacidad para avanzar en un proceso de desarrollo.

Para ejemplificar esta afirmación, traigo a la memoria una frase que se usaba en los Estados Unidos durante la Gran Depresión de 1929: "No importa que algunos abran pozos y otros los tapen; lo importante es que la gente tenga trabajo".

Esto no es aplicable al Paraguay, un país con tantos déficit en caminos, puentes, educación y salud, y por lo tanto un país donde la inversión tiene que ser hecha para mejorar nuestras condiciones económicas y sociales.

Es cierto que el incremento de estos gastos, en un momento en que los ingresos se van a reducir por la contracción económica, va a ocasionar un déficit fiscal para este año.

Por ese motivo, el Ministerio de Hacienda, que siempre ha defendido el equilibrio fiscal a cualquier precio, normalmente va a estar en contra de esta política.

Es cierto que si nos acostumbramos a tener déficit fiscales permanentes, vamos a caminar hacia un default; pero también es cierto que si tenemos superávit fiscales permanentes, lo único que hacemos es enfriar la economía, sacar recursos para inversión al sector privado y generar menos empleo. Todo lo que nuestro país no necesita.

Comparto totalmente la opinión de Ricardo Rodríguez Silvero cuando dice que "el desiderátum en política fiscal es tener equilibrio fiscal tendencial". El "desiderátum", según la Real Academia Española, quiere decir lo deseado, la aspiración, lo aún no cumplido.

El "equilibrio fiscal tendencial" quiere decir equilibrio fiscal en periodos más largos que un año (cinco o siete años). En ese periodo puede haber déficit y superávit; lo importante es que los mismos se puedan compensar y tener equilibrio fiscal en ese espacio de tiempo.

La única condición para aplicar esta política es que cuando haya déficit fiscal, se tengan los recursos financieros para poder financiarlo. O ahorros o préstamos disponibles.

El Paraguay tiene hoy ahorros fiscales superiores a los 1.000 millones de dólares, fruto de los superávit sucesivos desde el 2003; y, por otro lado, es el país menos endeudado de América Latina, después de Chile. Este es un momento excepcional para salir al mercado internacional a hacerse conocer y obtener recursos relativamente baratos para financiar el desarrollo.

Comprendo el temor de Hacienda de abrir la posibilidad de tener déficit con un Parlamento que en todos estos años demostró una tremenda irresponsabilidad al incrementar los gastos corrientes.

Por eso, un plan anticrisis que sirva para el desarrollo pasa por incrementar y acelerar las inversiones sociales y en infraestructura, por aceptar un déficit este año 2012, pero recuperando el superávit en el año 2013, que entre paréntesis luce muy bien.

Esa sería una verdadera política anticrisis, que además sirva para impulsar el desarrollo.

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)

www.ultimahora.com

Sección OPINIÓN

Domingo, 25 de Marzo de 2012

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