Este cortometraje fue realizado en el Workshop en Dirección cinematográfica en la ESCAC (Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Catalunya) en 16mm. Este tipo de Workshops intensivos, como también existen en la NYFA (New York Film Academy) y la EICTV (Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños de Cuba) permiten especializarse en un área del cine, haciendo cine. Durante varias semanas, de mañana, tarde e incluso noche, el alumno se empapa con la realización cinematográfica. Y al final del mismo, cada alumno debe rodar un cortometraje en fílmico, aparte de todos los ejercicios que realiza durante el Workshop.
Para el corto final teníamos 2 rollos de marca Kodak de 3 min cada uno, el corto debería durar poco mas de 3 min; una proporción de 2×1 aproximadamente, y además una sola jornada de filmación, ya que el tiempo de los laboratorios estaba marcado. Me entregaron 1 rollo de tungsteno de 500 Iso para interiores y 1 rollo de luz-día para exteriores de 250 Iso. El rollo de tungsteno tiene mayor sensibilidad y para lo mismo una mayor cantidad de granos, así también su color está preparado para compensar la luz cálida de tungsteno. Por su parte, el rollo de luz-día contiene menos granos y menos sensibilidad para su comportamiento con la luz del sol.
Rodamos primero con el rollo de luz-día, en la playa. Todo el equipo se carbonizó por mi culpa, aunque algunos tuvieron la oportunidad de darse un chapuzón. Media jornada de rodaje.
La cámara era una ARRIFLEX S 16mm, bastante viejita y recién la aprendimos a usar, pocos días antes. Cuando pasamos a la segunda mitad de la jornada, a la tarde, en interiores, llegó el momento del cambio de rollo y fue cuando nos dimos cuenta que se había cargado mal el chasis y que no se había filmado nada de la primera media jornada: se había estropeado la mitad del rollo; 1 minuto y medio, aproximadamente. Tuve que replantear los planos, en algunos casos la solución fue rodar una acción completa en una sola toma. Pedimos tiempo a la ESCAC y al laboratorio, y al día siguiente con 1min y 30 seg. de rollo, mas parte de lo que sobró del tungsteno, volvimos a rodar la escena de la playa. Tenía como backup una cámara digital que grababa a 24 progresivo, que podía usar para reforzar si me quedaba sin rollo. Así, los planos principales se rodarían en fílmico, y algunos detalles, como refuerzo, se grabarían en digital.
Si la proporción 2×1 ya era complicada, contar con menos metraje significaba sacarse todos los vicios del video – con el que se puede repetir muchas veces una toma – y planificar cada plano: ni uno más. Y estos tenían que ser suficientes para contar la historia. Además, no hay mal que por bien no venga, como tuvimos que rodar parte de exteriores en la playa nuevamente, con el rollo de tungsteno logramos un tono de color pastel muy agradable, que luego usamos de referencia para corregir el color del resto del corto. Obviamente lo negativo es que se nota la diferencia de textura entre el rollo tungsteno y el luz día. El resultado lo pueden ver más abajo.
El corto
La idea del corto es hablar, de manera alegórica y con tintes fantásticos, sobre cómo encaramos la muerte. El personaje en confrontación con el mar, como símbolo de lo infinito, se enfrenta a su inevitable destino. El reloj, un elemento muy presente, nos recuerda la finitud del tiempo. El ralentí dilata el tiempo en el momento del baile, retratando la psicología del personaje. El motivo es la música, que representa los recuerdos y acompaña la preparación y el clímax, en dos versiones diferentes.
La estética
Gracias a la fotografía sobreexpuesta se logra unos tonos lavados, pasteles, que le dotan de ese aire mágico, fantástico, pero al mismo tiempo rancio, viejo. La utilización del fuera de foco se inició como un error con suerte. En los planos en interiores a través del espejo, medimos mal la distancia del foco. Cuando ajustamos el foco de algo que estamos viendo a través de un espejo debemos medir la distancia de la cámara al objeto más la distancia del sujeto reflejado al espejo; en este caso medimos solo el espejo, así, en ese plano se ve al protagonista fuera de foco, a partir de ese error, la idea era usar eso como elemento expresivo, es como el punto de vista desenfocado del protagonista; expresado de manera más clara en la escena del baile, donde sale y entra en foco, y en el plano en el que empiezan a bailar, cuando se encuentran y se tocan, pasamos del desenfoque al enfoque.
El ralentado tiene la intención de expresar el tiempo que se detiene en ese momento mágico, y es por eso que el plano del protagonista solo, que se inserta en el medio de la ilusión, está a velocidad normal.
La música
Busqué una música que signifique algo para mí y que además remita a una canción dedicada a alguien, Amapola de José Lacalle, es para mi gusto una de las melodías más hermosas y que se me quedó grabada para siempre luego de ver Once Upon a Time in America, en la sublime versión de Morricone. Nada más por eso ya valía la pena usarla, además como homenaje a uno de mis directores favoritos, Sergio Leone, de quién además tomo el lenguaje de los planos, en el momento de la playa.
Hay dos versiones de la música, una más rápida solo con guitarra y otra más imponente hecha con orquesta, que suena en el momento del baile. Si tienen la oportunidad de escuchar con un auricular notaran que en el momento del encuentro, en el fuera de foco, la música suena opaca, solo en uno de los canales de audio, acompañando el fuera de foco, y cuando vuelve el foco, la música cobra toda su intensidad y sonoridad.
