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FRANCISCO LUIS BAREIRO (+)
13 de Julio de 1877
 


Biografía

BAREIRO, FRANCISCO LUIS

Poeta, periodista y político, nació en Asunción en 1877. Estudió en el país y luego en el Colegio del Salvador de Buenos Aires. Ya en 1897 le encontramos de regreso en el país, publicando poemas en la prensa capitalina.

En 1898 viaja a Chile, al parecer en misión oficial. En Chile entra en contacto con Rubén Darío y escribe poemas fechados en Valparaíso. En 1899 se encuentra de nuevo en el Paraguay, y en ese año publica junto con Blas Garay, su coetáneo, y Daniel Codas, un volumen de contenido político. Ese mismo año le encontramos dirigiendo EL PUEBLO.

En 1900, junto con Juan Francisco Pérez, Alejandro Guanes y Atilio Peña, dirige y redacta EL CHICOTE.

En años subsiguientes encontramos esporádicamente su nombre en la prensa local, vinculado principalmente a actividades políticas.

En 1911 Albino Jara lo nombra ministro de Hacienda en el gobierno por él presidido. Reveses y desengaños políticos le llevan a Buenos Aires, donde publica un ensayo sobre la devolución de los trofeos tomados al Paraguay durante la guerra de 1865-70.

En sus últimos años, se dice, se inclinó a la misantropía.

Muere en 1930, no viejo aún, "en una pieza de hotel de ínfima categoría, solo y olvidado".

VALORACION:

a) COMO PERIODISTA Y ENSAYISTA. Por su fecha de nacimiento, la de iniciación de sus actividades, y por ciertos aspectos de su formación ideológica, Bareiro pertenece a la GENERACIÓN DEL 900. Fue un espíritu imbuido de ideas renovadoras que no tuvo tiempo de madurar, porque su temperamento más imaginativo que lógico, más soñador que razonante, no era precisamente el más adecuado para un político.

b) COMO POETA. El lugar de Bareiro dentro de la lírica nacional, sólo en forma aproximada y reiterativa ha sido señalado hasta ahora. Comencemos porque de Bareiro, como de otros poetas del XIX -Natalicio Talavera es uno de ellos- no se ha hecho hasta hoy el más modesto intento de compilación de su dispersa obra y esto vuelve trabajosa la aproximación crítica y hasta la simple ordenación cronológica de su labor.

Se ha hablado de la relación de Bareiro con Rubén Darío durante el viaje del primero a Chile, en 1898, y se ha atribuido a esta relación su contagio modernista. Se ha atribuido también repetidamente a la carta de Gondra sobre el modernismo, publicada ese mismo año de 1898 en Asunción, una influencia decisiva sobre la trayectoria de este poeta, apartándolo, cohibido, de las nuevas formas poéticas. Hay mucha verdad en todo esto; pero la verdad abarca otros hechos menos reconocidos e igualmente importantes para la apreciación de esa breve trayectoria de Bareiro en nuestra lírica.

La verdad menos conocida es que la vocación renovadora de Bareiro se anticipa a su viaje a Chile: se pone de relieve ya a su regreso de Buenos Aires, recién salido del Colegio del Salvador, cuando el poeta contaba apenas diez y ocho años (1897) y no había conocido personalmente a Darío, aunque es evidente que lo había conocido a través de publicaciones en el Plata, y no sólo a él sino a otros poetas modernistas. Ese mismo año 1897 diarios de Asunción -quizá siguiendo sugestiones de Bareiro- publicaban poemas de Rubén Darío y de Lugones. En la misma fecha publica Bareiro en la prensa asuncena poemas suyos, entre ellos el famoso soneto a Alón. Críticos al uso, indigestados de rutina académica, bien intencionados sin duda pero más duchos en preceptiva que ricos en sensibilidad; de los que abundan en todas las épocas y que creen que esa sensibilidad básica e imprescindible al crítico puede sustituirse por las fórmulas y las citas, le salieron al encuentro, abrumándole con sus reparos y observaciones, dirigidos, como era de esperar, contra aquello que precisamente constituía el auténtico y original hallazgo del poeta. No era el temperamento de Bareiro uno de esos temperamentos elásticos, hechos para la lucha y resistentes a los embates críticos: le faltaba un mínimo de confianza en sí mismo, por un lado, y también, por otro, el apoyo del mínimo e indispensable grupo en cuyo ambiente afín pudiese haber hallado estímulo o corroboración a su impulso renovador. Fue Bareiro en este sentido lo que puede llamarse un precursor absoluto.

Era muy joven, sensible en demasía, y se dejó impresionar en forma fatal para su porvenir literario. Aunque luego haya viajado a Chile y trabado allí relación con Rubén Darío, la verdad es que sus poemas de esta época distan de tener el empuje original de los primeros (dentro de su sabor inexperto, más interesantes estos) y que la carta de Gondra sólo "llovió sobre mojado"; acabó de apabullar al poeta. Bareiro puso luego, al parecer, su esperanza en el periodismo, para el cual tampoco poseía la correosa consistencia exigida por los tiempos. Este fracaso plurilateral fue seguramente el terreno en que prendió la misantropía que se le atribuye, y que no fue sino la lógica resultante psicológica del choque de esa sensibilidad excesiva con la total incomprensión circundante.

Repasando las composiciones que nos quedan de Bareiro es fácil discernir en ellas, especialmente las primeras, atisbos de una gran delicadeza, que demuestran que había, en este muchacho de diez y ocho años, madera de poeta de primer orden. Sus sonetos poseen una gran musicalidad, aunque tiende a sacrificar la expresividad a la melodía, y retuerce los conceptos para acomodarlos a esa melodía. Espigando entre sus composiciones de 1897, encontramos fragmentos como estos:

...Doradas mariposas que un lente disminuye,

los mínimos topacios de tus pupilas eran...

 

...Raudas aspas volantes

llevadas por el viento,

las tórtolas livianas

caían en la orilla...

... Batía el lago plomo

sus ondas afiladas,

heridas alas rotas

que rastreando huyen...

 

inusitados realmente para la poesía paraguaya de la época, y que anunciaban para ésta una osada presencia en la contemporaneidad poética continental. Pero los críticos que hablaban de "espontaneidad y claridad" no sintieron, como ya se dijo más arriba, lo que de auténtica savia renovadora latía en esos versos en donde hablaba la original visión del poeta, no la retórica heredada. Es cierto que al lado de estos hermosos hallazgos, tiene Bareiro caídas en esa misma retórica, inevitable lastre de época y quizá de formación preceptiva. Pero los críticos, que alabaron estas concesiones adocenadas, atacaron duramente lo que constituía el meollo personal de una nueva poesía y de un poeta verdaderamente dotado.

FRANCISCO L. BAREIRO es un dramático ejemplo del mal que puede hacer una crítica adocenada, con sus excesos misoneístas. El hecho de que en todos los medios y especialmente en el nuestro, sea mayor el número de valores jóvenes perdidos a causa de una crítica excesivamente elogiosa o prematura, no constituye por cierto un consuelo.

OBRAS

PROSA: NUEVAS IDEAS EN NUESTRA POLITICA (1899). En colaboración con Blas Garay y Daniel Codas. EL PARAGUAY EN LA REPUBLICA ARGENTINA, Bue-nos Aires, 1915 (? )

POESÍA: Poemas dispersos en los diarios y revistas de Asunción, de 1897 a 1900.

BIBLIOGRAFIA: Carlos R. Centurión: HISTORIA DE LA CULTURA PARAGUAYA, Buenos Aires, 1961. T. I., pág. 563. PRENSA PARAGUAYA: Colecciones de diarios de 1897 a 1911.

ANTOLOGIAS: Sinforiano Buzó Gómez, INDICE DE LA POESIA PARAGUAYA, en sus tres ediciones, pág. 85.

Fuente: DICCIONARIO DE LA LITERATURA PARAGUAYA (I PARTE) de FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH. Biblioteca Colorados Contemporáneos ( 7 ). Editor: Instituto Colorado de Cultura,  Director: Dr. H. Sánchez Quell, Asunción-Paraguay,  1983 (293 páginas).

 

 

BAREIRO, FRANCISCO LUIS: Poeta, periodista y político. Nació en Asunción, en 1877. Actuó en política en una época muy difícil en la vida del país.

En 1900 publicó EL PARAGUAY en la Argentina, ensayo que trata sobre la deuda de la Guerra de la Triple Alianza.

Ocupó el cargo de la Intendencia de Asunción entre 11de febrero y el 2 de agosto de 1911.

Fue un poeta ubicado dentro de la corriente modernista influenciado por el Azul (1888) rubendariano. Publicó diversos poemas, desperdigados en periódicos y revistas de la época.

La posición crítica de su compatriota Manuel Gondra, con respecto a la escuela del poeta nicaragüense, mitigó un poco su entusiasmo y admiración poética.

Falleció en Buenos Aires, en 1930.

Fuente: FORJADORES DEL PARAGUAY – DICCIONARIO BIOGRÁFICO. Realización y producción gráfica: ARAMÍ GRUPO EMPRESARIAL. Coordinación General: Ricardo Servín Gauto. Dirección de la obra: Oscar del Carmen Quevedo. Tel.: 595-21 373.594 – correo: arami@rieder.net.py– Asunción-Paraguay 2001 (716 páginas).

 

 

BAREIRO, FRANCISCO LUIS

Ciudad de Asunción, 1879 - Buenos Aires, 1930. Poeta, periodista y político.

Admirador y entusiasta de Rubén Darío, publicó varios poemas -dispersos en periódicos y revistas de la época- que se ubican dentro de la corriente modernista y revelan, en particular, la influencia del Azul(1888) rubendariano. Sin embargo, la posición crítica de su compatriota Manuel Gondra con respecto a la escuela del poeta nicaragüense mitigó en parte su entusiasmo poético.

Se dedicó también al periodismo y actuó en política en una época difícil de la vida nacional. En 1900 publicó “EL PARAGUAY EN LA ARGENTINA”, ensayo que gira en torno a la deuda de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870).-

(Fuente: "BREVE DICCIONARIO DE LA LITERATURA PARAGUAYA"/ 2da. Edición – AUTORA: TERESA MENDEZ-FAITH  Editorial EL LECTOR, Asunción-Paraguay 1998)




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