LA  PALABRA…

La palabra se ha escondido

bajo la tenue llovizna del silencio.

Ha penetrado hondo en el hueco horadado

por la caída del ser hacia sí mismo.

Y ha hablado adentro.

Adentro donde la voz grava signos eternos;

donde el ser quiebra la voz de lo callado

y emerge la verdad en forma de cuchillo.

Donde el tiempo es el presente que corre

reteniendo y descubriendo lo oculto y lo grave.

He levantado un muro más alto que mi cuerpo,

Más alto que el eco de mi voz.

He fortalecido mi eco de silencio

para callarme adentro el grito cocido a mi dolor,

para gritarme adentro el silencio

de mi libertad desgarrada,

y esconder del vacío mi palabra adulta:

eje apuntalado en el despejado círculo.

Y entonces,

crecer como hombre en ese signo,

yo,

hijo de una historia envanecida y pavorosa,

en camino sobre su círculo…

EN  ESTE  TRAJINAR…

En este trajinar intenso,

en esto de saludar la existencia

cada mañana

con un ademán cansado,

la vida se nos va como una flor.

 (De: Memoria del tiempo, 1977)