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GLADYS CARMAGNOLA (+)

  A LA INTEMPERIE, 1984 - Poesías de GLADYS CARMAGNOLA


A LA INTEMPERIE, 1984 - Poesías de GLADYS CARMAGNOLA

A LA INTEMPERIE

Poesías de GLADYS CARMAGNOLA

Colección Poesía, 24

© Gladys Carmagnola

Alcándara Editora

Edición al cuidado de la autora, C.V.M. y M.A.F.

Diseño gráfico: MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ

Viñeta: CARLOS COLOMBINO

Tiraje de 750 ejemplares

Inscripción solicitada a la Agencia Española del ISBN

Hecho el depósito que establece la ley 94

Se acabó de imprimir el 27 de junio de 1984

en los talleres gráficos de Editora Litocolor

Asunción, Paraguay (104 páginas)


Reservada y testimonial a un tiempo, la palabra de GLADYS CARMAGNOLA (Guarambaré, 1939) afina su lumbre cierta en las apetencias, términos y quebrantos de su misma condición: en efecto, acento femenino en su más rica y delicada acepción, esta voz despunta con abierta conciencia del cauce y los símbolos, configurando una órbita expresiva que ningún aprecio acabado de la actual poesía paraguaya podría apartar.

GLADYS debajo de un cielo variante, con cuidados y evidencias como nubes, con asonancias como pájaros, puso su corazón A LA INTEMPERIE para que madure en este libro que ALCANDARA se congratula en editar, augurándole a la autora un largo alojamiento en la penitencial -y a veces dichosa- estancia de la creación.



a una mujer

y a un hombre

que acunaron en mí un antiguo sueño


a Josefina Plá,

quien de su oculto armario me legó vestidos

que nunca tuve y que vestí en secreto


a Cecilia

y a Julio, que comprenden

el afán de apresar un mínimo lucero


a mis hermanos

de sudor y sangre,

que buscan aferrarse de algún modo al cielo




OFRECIMIENTO

En este corazón,

pleonasmo de amor y de fisuras,

despilfarro de sueños,

mustio eco

del que ahíto de llagas y ajetreos

durmió entre la maraña de las horas

y los vientos...


En este corazón,

cueva perdida en el confín del tiempo,

no hay túnel, no hay salida

para el hato vandálico de trinos

que golpean sus muros desde siempre...


Arrímate a mirar en este corazón

y arranca cuanto quieras.

1965


PERSUASIÓN

a ti, Poesía

Durante mucho tiempo

me disfracé de ruiseñor herido;

o lo fui en realidad; no lo recuerdo;

o quizá duele aun el admitirlo.


¡Cuánta fecundidad la que frecuento

de tu grandeza, de tu poderío!

Si sólo meditándolo, proyecto

mis circunstancias hacia algún prodigio

y no existe palabra o sentimiento

que pueda transformar su mecanismo.


Y éste habrá de ser nuestro secreto:

ya verdad, ya disfraz, tu cometido

ha de estar corroyéndome por dentro

irrenunciablemente persuasivo.

1984


IDENTIDAD

Igual que tú,

tengo lo que llamamos nombre y apellido.

Un pequeño cartel plastificado

y un número chiquito.


(¿Señas particulares?

Las verdaderas, muy poco visibles).


Quién soy o quién no soy nadie lo ha dicho

y nadie va a decirlo.


Si al misterio de ser

alguna vez lo cobijó algún libro,

yo no encontré sus páginas,

ni sé si por casualidad las habré visto.

(Sí. Tal vez por azar, ávidamente,

me salté, sin querer, ese capítulo).


Pero sé que no soy dieciséis letras en un visor de plástico

con unos pocos, tristes jeroglíficos.


Sé que no soy un número -ni estrictamente polvo

que volverá de un modo u otro alguna vez a sus dominios.


Tal vez mi identidad es la que tú me das

mientras buscamos juntos el camino.


Tal vez el mejor nombre

que ser humano alguno habrá tenido

es el que yo encontré

cada vez que he amado y he sufrido,

y es ése el único

con el que voluntariamente hoy me identifico.

1981


MUJER

a Cecilia

¿Mis manos son débiles?

No ha de doblegarlas el mero contacto del viento

que azota la estirpe de mujer

que llevo.


Sentirse, saberse mujer, es hermoso.

Es perfecto.

Y es hermoso

saber que se lleva en el pecho

algo que lastima.,

algo como un peso

que es suma y

del Verbo

que he de compartir -aunque a veces duela-

contigo, o con ellos.


Lo sé. Soy humana.

Y aunque no me acucia en la vida otro anhelo

que el de ser mujer

-alma, forma, sueños;

mujer

nada más, ni menos-

a mí me han legado

este peso

dulcísimo, amado, infinito,

que no lleva huesos,

que no tiene rostro de hembra o varón

ni se vanagloria de uno u otro sexo.


(Señor: tu poesía

me desborda toda, no cabe ya dentro).


A veces

me doblo y renuevo

y al hallar al paso una carga nueva extirpo la antigua, aunque duela


y en algún lugar la olvido ex profeso       

envuelta en ropaje real

o en harapos métricos.


No me han dado alforjas donde conservar

todo lo que encuentro.

Por eso,

sí, quizá por eso

habrás de encontrarlo

en cualquier rincón transformado en verso.

1966


NOSTALGIA

¿Por qué este aroma que me trae el viento

me inunda de nostalgia, de recuerdos?


(Pétalo azul,

agua,

ternura,

cielo... )


Aquel amor

¿fue amor?

¿ha sido todo cierto?

Este aroma que vive desde entonces

¿es auténtico?

1967


IMPOTENCIA

a Dora Gómez Bueno de Acuña

Este escurrírseme la vida entre las venas

y no poder pararla...

Este sentirme herida en cada aurora;

este saberme inválida,

y esta angustia que me trepa al alma

y me envenena

mintiéndome que nada sirve para nada;

que no podré quedarme

en un rincón perdido de la casa;

que la profundidad del pozo apenas sirve

para saciar mi sed de agua;

que tú, que yo, estaremos borrados

-como algún error o alguna mancha-

y aún estará la piedra,

la inevitable podredumbre entre las plantas,

el kupi'i entre las vigas

o una aureola gris de humedad en las paredes blancas.


Sí. Yo -estirpe única privilegiada-

soy

indiscutible exponente de la raza humana.

1982


DE REPENTE ES OTOÑO

a Carlucho, Negra, Chino

¿A qué ilusorio afán doné mis horas?

¿En qué estéril empresa, cometida

en nombre del amor, gasté las lágrimas

y derroché la libertad, la risa?


Ya no hay lugar para malentendidos:

de repente es otoño; y parecía

que las festividades del verano

jamás acabarían.


Procuro establecer identidades

entre el otoño y la melancolía,

el ejercicio pleno del amor

y la íntima razón de la alegría,

entre alguna esperanza desairada

y esta fe aumentada y corregida,

entre una larga búsqueda

y la verdad que esconde la poesía.


Y aunque sé que sinónimo de edad

no es experiencia, ni sabiduría,

hoy comprendo que sí valió la pena

tanta escondida suerte (tanta vida

ineludiblemente sojuzgada

con una que otra pena compartida).


Si acaso celebramos esta noche

la ceremonia de mi despedida

déjame a la intemperie: estoy ansiosa

de admitir mis estériles fatigas,

mi ingratitud, mis dudas, mis fracasos

-esta incompleta, inacabable lista

que empecé un dos de enero y desde entonces

impregna mis sandalias de ceniza.


Déjame a la intemperie: estoy dispuesta

junto a mi Dueño a inaugurar la vida.

1984


REENCUENTRO

a Carlos Villagra Marsal

Yo (también peregrina), habitante

de un hermoso país de flor y fuego,

albergo, como tú,

una patria de voces y silencios,

áspera y dulce como la guayaba,

de aroma de jazmines y madero.


Patria de voces puras,

de adjetivos sencillos, simples verbos;

de sustantivos parcos; comedidos

-andamiaje aborigen: rudo, escueto-

y patria de quebrachos desgajados

y de cañaverales de silencio

regados por el vil brebaje amargo

y viscoso del miedo.


(Palomar, campanarios y sonidos

-ansia testimonial de un hemisferio)

Antigua voz oculta

que todo ser humano lleva dentro

es la que escapa hoy a los caminos

de tajy, yerba mate y cocotero

para decirte sólo una palabra

breve, imperturbable ante el horror del vértigo

y fiel -como se dice sólo han sido

algunos pocos perros.


Sus dos sílabas puras

en las que crees tú, en las que creo,

viven aún aquí, en esta tierra

que nos une a los dos como en un beso

y han de darnos la voz en esta hora

impostergable ya para el reencuentro.

1983


DETRÁS DE MI VENTANA

in memoriam R. T.

¿Será para mi corazón una diadema blanca?


Todo perfume

guarda;

y esconde casi el infinito

hecho rocío y llama

en su pétalo azul único

y su forma perfecta, pura, diáfana.

¿Será definitivamente para mí

una diadema casta

hecha para mi corazón por unas manos

desconocidas, ásperas?

¿Ha de seguir el grito

anudado en el fondo, en la garganta?


¿Ha de seguir royendo

las entrañas

esa gota

amarga?


Mientras de alguna forma al fin encuentro

la respuesta que falta,

quédate junto a mí a mirar la vida

correr allí, detrás de mi ventana.


Y no preguntes más

el porqué de estas lágrimas.

1966


POR ESE SOLO BESO

Toma, viento, mi mano.

Llévala a la frontera de esta herida

lenta y larga.


Por ese solo beso.

De infancia.

De olas y raíces.


Beso también de un tiempo y de un espacio viejos.


(Tiempo:

proyección de minutos lentos, torpes,

en la minúscula ilusión de noches y mañanas).


Por ese solo beso.

Manso. Vivo.

Fusión de llama y nieve.


(Espacio:

un ciprés de sepulcro descuidado

y una triste abeja soñadora

en trajín afanoso entre las flores).


Por ese solo beso.

Toma, viento, mi mano.

Llévala a la frontera de esta herida

que me opaca la voz, me traba el gesto,

porque es demasiado lenta y larga.

1965


VERGÜENZA

Tener esta forma

tan vívida y plena

y no guardar dentro lo que tú

entre escuálidos huesos, displicente, llevas.


No ser lo que tú:

espiga repleta.


Sí. Duele a mi alma

hasta la sonrisa que tu boca ostenta.


Mira:

si mis manos, mis ansias, mi boca pudieran

lograr que no fuese sólo cuanto soy,

quizá de mi voz no se oirían blasfemias

y quizá tendría tu misma mirada

confiada, serena.


Lastima decirte que al verte pasar a mi lado

esta siesta

preferí otra muerte

que ésta tan lenta

de simple, vulgar pasajera vacía

con ansias de tener un retazo siquiera

bien suyo

que dar con gemidos de luz a la tierra.


Es bárbaro admitirlo.

Y es ardua, terrible tarea

ser

bajo el dolor que oprime las venas

mujer como tantas

-dócil, mesurada, tranquila, discreta...


Es duro admitirse envidioso de la dicha ajena.

Y es duro sentir en los párpados

el peso de piedra

de lágrimas torpes, brutales, calientes,

que no osan fluir de los ojos de tanta vergüenza.

1965


OTOÑO

Llegan las horas siempre.

Idénticas parecen unas a otras en la perpetua ronda.


Es otoño otra vez.

Comienzan a caer, a nuestro alrededor,

amarillas, las horas,

y como de un rosario antiguo se desprenden

casi tímidamente, algunas gotas.


Recuerdo

un domingo de otoño

de ésos en los que el sol en tibios rayos se desborda

y todo se hace luz sobre la tierra

y canta

hasta la piedra que sus rayos tocan.


En su espera tenía el corazón

como brioso corcel que se desboca

y cuando fui a su encuentro

-como se va hacia un sueño-

se extendieron mis brazos

y se incendió de cánticos mi boca.


Una mañana

se adormecieron de esperar mis brazos,

y dentro, el corazón,

repletas sus alforjas,

empezó su misión transmutatoria.


Un marzo y otro marzo.

Una mirada dentro de la otra.


Nada es igual a nada en esta ronda:

Yo estrangulo,

sonriente, mi congoja,

porque es marzo otra vez

y parecen idénticas las cosas.


No importa que en el umbral,

perdida en el silencio y en las sombras

una oscura forma

esconda, erguida, su sonrisa rota

y en línea vertical mire otra aurora

aún llena de cánticos la boca.

1966


SÍ. "HAY UN SITIO"

a José-Luis Appleyard

Sí.

Hay un sitio.

Es una oscura fosa de reptiles

y humanos confundidos.

En ella se une la sílaba infinita

con la oscura palabra sin sentido

y se encuentran veladas Mesalinas

platicando con Judas y Dionisios

en medio de plegarias

y rugidos.


Sí.

Hay un sitio

que no se lavará con la palabra

que nos lacera casi hasta el martirio

y nos quiebra la voz

porque de estar guardado tantos siglos

nuestro murmullo

se ha trocado en grito

que no encuentra en las cuerdas ni la forma

ni en la ansiedad del corazón, sonido.


Es cierto:

Hay un sitio

donde todos los sueños se emponzoñan

de tanto y tanto recibir mordiscos.


Pero

también desde el umbral del sitio

se divisa una flor

como sobre las fauces de cualquier abismo.

1965


INDIA

¡Qué triste vas

rumiando historias viejas

con un rudo bastón

por la vereda!


Mis ojos -tiempos nuevos-

como eras entonces, india, te contemplan,

y ven

no las llagas de ese mudo dolor que ahora ostentas;

no lo que de tu blusa asoma como un harapo más

-eso que fue semilla, flor y agua mansa y fresca

para nutrir de amor

los hijos de esta tierra.


India: qué triste vas,

y cabizbaja y ciega

que no ves cómo estoy arrebujada

en un turbio rebozo de vergüenza.

1965


RÉQUIEM

Flores de agosto

-pétalos amarillos de mi infancia.


Frescas aún

sólo serán despojos cuando el alba.


El viento, el sol, las nubes,

están tejiéndoles tenue mortaja,

y desde el corazón

ya surge incontenible el cortejo de lágrimas.


Luciérnagas azules

llevan breve ataúd sobre las alas

y en cada susurrar de hojas

en las ramas

se escucha, trémula, una plegaria.


No ha vuelto el sol aún.

Aún duerme el alba.

Y ya el suspiro último

ha encendido su lámpara.


Se duerme cada flor,

acurrucada

en la amarilla luz

de su fragancia.


Entre el son de los grillos

que cantan

se oye un silbido agudo

y se estremece la última fibra que esconden mis entrañas.


(Es la voz de la muerte que pasa).


Adiós, flores de agosto

-símbolos amarillos de mi infancia.

1966


SUERTE

Yo decidí una vez dejar de amarte

y me negué la vida de repente:

por esa misma puerta entró el dolor

a incrustarme una llaga permanente.


¿Fue entonces quizá cuando traspuse

los frágiles umbrales de la muerte

llevándome conmigo una campana,

mi colección de lluvia transparente

y unos cuantos suspiros,

por si acaso retorno alguna vez y logro verte?


(Recuerdo aquel arroyo de mi infancia,

la tarde azul,

cañaverales verdes

y nubes como inmensos potros blancos

cabalgar cada tarde hacia el poniente.

Y te recuerdo a ti:

cómo teníamos

la misma voz -ni el timbre diferente-

una sola mirada,

un camino

y el mismo empecinado corazón rebelde).


Sí.

Yo arrojé las llaves de la dicha

a un negro pozo, lejos de tu suerte;

y al trancarme la vida sus ventanas

me dejó a la intemperie.


Pero entiéndelo bien;

estoy segura

de que sí tengo suerte:

aún me restan lágrimas

y a veces

diferencio la vida de la muerte.

1982


CON TUS MISMAS PALABRAS

a Lidia Lancieri de Ferrón

¿Dónde estarás,

inolvidable dueña de mi infancia?

¿Dónde están tus oídos, que he dañado

con mis yerros, torpezas e ignorancia?

¿En dónde está tu voz, que aún recuerdo

mejor que cualquier regla de gramática

-aquélla con la cual, para mí sola

todo el amor del mundo conjugabas?


Ahora cuando el viaje que transito

no lleva ya a tu casa

entiendo que es ésa tu sonrisa

la que falta en el aula.

                                     (Es otra aula

donde el tiempo

va dejando severas enseñanzas

y donde es imposible en eufemismos

disimular las marcas).


¿Dónde estarás?

¿Existe algún lugar, en algún mapa

donde no viva el tiempo

ni medien las distancias,

donde puedas tomar entre tus manos

mi mano

y dibujemos juntas el mañana?


Si te encuentras allí

donde sólo el amor tiene importancia,

deja a tus ojos

resbalar su ternura en estas páginas

y oye cómo te digo que te quiero

con tus mismas palabras.

1981


A LA INTEMPERIE

Deja en mi reposo una flor.

A mí, déjame afuera.


No amo encierros de cárcel.

Yo quisiera

quedar así nomás

con besos de luciérnagas

y lluvias en la cara.

Entonces sí todo valdría la pena

-y que tal vez el viento me llevara

ceniza ya; y que tú comprendieras

que si he dejado el alma a la intemperie

preferiré seguir de la misma manera.

Entierra ya el jazmín.

A mí, déjame afuera.

1965


PIEDRA BRUTA

para Annie Granada y Luis Alberto Boh

¿Cómo puedo nombrarte?

¿Qué palabra

penetra tu substancia categórica,

tu firme pulsación,

la fortaleza tenaz de tu misterio?


Si pudiese auscultarte el corazón

y descubrir tu esencia.

Si pudiera entender por qué me habitas

como si fueras tú mi propio tiempo,

como si compartieras mis latidos

y todos mis secretos.


Tú estás aquí.

Palparte se asemeja

a rasgar con mis uñas

las raíces del alma

y destrozar a gritos el silencio.


Sé que me entenderás, noble materia;

y sé que tu aspereza desbordante

me lastima las venas

porque me reconoces, y comprendes

el desamparo

y la fragilidad de mis cimientos.


¿Cómo nombrarte?


Déjame que te inunde el corazón;

que te muerda la vida que recorre

todos tus poros, todos tus senderos;

y deja

que te llame a mi modo

semilla, luz, sonido, pan y fuego,

indicio, realidad,

amparo,vuelo,

ternura, tosquedad, espina y pétalo.


Y ya que estás aquí,

amarra a tu verdad todos mis sueños.

1981


AMOR

I

De pronto me sucede, patria mía,

que entiendo haber violado un viejo pacto.

Te busco entonces. Me respondes. Siento

al besarte el cariño de tu abrazo.

Y ya no dudo más: Aquí me tienes

con el antiguo sentimiento intacto.


Hoy sé que no debí callar por miedo

de mancillar la flor de tus lapachos,

desafinar la nota en tus guitarras,

desabrir con mi angustia tus naranjos,

arrebatar de rojo tus jazmines,

estorbar con mi furia tu descanso,

ensombrecer con mi ansiedad tu cielo

o asesinar con mi dolor tus pájaros.


II

Cuando intenté gritar, un centinela

me señaló el incendio en aquel patio

(el mismo sitio donde un dos de enero

acordamos tú y yo nuestro contrato

-allá a lo lejos, donde aún la vida

inaugura sus sueños y presagios).


Sí. Sólo por callar, sobre los hombros

cargué una espesa nube de quebranto,

se enredó la tristeza entre mis sílabas,

se arrinconó debajo de los párpados

un paisaje hecho flor en la dulzura

empecinada del amor y el llanto.

Y siempre estabas tú

en el sabor más puro de mis labios.


III

Qué importa ya

que no pudiera liberar mi canto

contigo y para ti, quizá por no estorbarte

con un antiguo sueño traicionado.


Importa sí que sepas que comprendo

que también guardas tu terrón amargo

y no impides que a veces se te esparza

y germine en los campos.


Es esa libertad sutil que ejerce

tu inmenso corazón mediterráneo

la que en verdad sostiene

-más que tus tiernos y valientes brazos-

las raíces, los frutos:

la cosecha de todos mis hermanos;

y es esa libertad la que me aferra

libremente, a tus átomos

y me insta por siempre a confesarte:

patria mía, te amo.

1983


VOZ

Dijo la voz al hombre aquella vez

en el engendro de los siglos:

"Tiempo y lugar te doy. Suficientes

para llenarlos a tu modo y arbitrio".

Y lo dejó, con su forma y un corazón de sueños

solo consigo mismo.


Anduvo el hombre.

Cabalgó con sus ansias el potro del destino.

Doblegó piedra, bronce, agua,

y se armó de cuchillos

contra las bestias

y contra todo hocico.


Se hizo una voz.

Vistió sus desnudeces contra el frío.

Edificó cabañas y columnas

y sus manos moldearon monumentos que se desmoronaron

                                 [por sí mismos.


Luchó. Sufrió. El hambre

más de una vez minó sus intestinos

y brazos invisibles lo tentaron (lo tientan)

a entregarse a otros sueños y a otros ídolos.


Compró y vendió a su hermano por nada.

O por un grano mísero.

Y de su propia venta

su corazón fue el único testigo.


Y sigue el hombre hoy.

Porque es el mismo

éste que anda y desanda

los caminos

con sus sueños, sus dudas y esperanzas,

sus pies cansados, su llorar distinto.


Tanto ya el hombre vio;

de tantas ilusiones muertas fue testigo

que sólo a veces, como hoy, recuerda

aquella voz que oyó en el engendro de los siglos.

1965


BALANCE

Ha llegado la hora del balance

y es preciso un recuento:

cuánto me debes tú,

cuánto te debo.


No. No por ser mujer;

pero hoy prefiero

-si no hay inconveniente,

desde luego-

que se mencione aquí

mi haber primero.


Me desangré, disfrazada de angustia

durante mucho tiempo.

Fui flor, semilla, fruta

olvidada a la orilla del sendero.

Todo era igual: la lluvia, las tormentas,

y hasta el filo de aquel feroz cuchillo negro.


Cuántas veces alcé mi voz con plegarias frenéticas

entre el fragor del trueno

y con hachas al hombro traté de derribar tu puerta

para asomarme de algún modo al cielo.


Inútilmente: con lentitud de siglos que no llegan

aguardé la luz de un mínimo lucero

con la mirada vertical y el nombre

sumergido más y más dentro del tiempo.


Me fue difícil:

demasiado, creo.

Es muy duro esperar cuando se lleva a cuestas

más que la forma que llamamos cuerpo

una obsesión hecha columna dura, firme

¿como acero?


Pero esperé. Y ahora estamos tú y yo

en inventario previo.


Cuando ya no quería

abandonar la protegida cárcel de mis sueños

tus manos se aferraron

de mis manos, mi boca, mis cabellos,

y me arrancaron a golpes

el silencio.


Juntos reconocimos

el infinito don del universo

y exploramos ansiosos

una parte vital de su misterio.


Y aquí empieza tu haber y se agrandan mis deudas.

Perdóname. Pero el balance quedará en proyecto.

1966


CONFESIÓN

Sí.

Yo llamé a tu puerta día tras día

y mendigué cuanto pudieras darme

-como una pordiosera.


¿Por qué hablo en pasado?

Todavía

tiendo mi mano a ti cuando la tarde

disimula mi angustia y mi vergüenza.


Te amo más que nunca

y tu avaricia me duele siempre igual;

pero dejarte,

yo,

Poesía,

¿dejarte?


¡Muerta!

1982


COMO UN PADRENUESTRO

a Cecilia

Si muero hoy,

conoces el modelo

-color y forma-

de lápida que quiero.


Que silbe, cuando cave la tierra

un eficaz sepulturero

buscando dónde arrinconar

mis huesos.


Que nada importe ya de mí

-camino hacia el reencuentro.


Pero que alguna vez, alguna tarde

propicia, singular para el recuerdo,

leas una palabra, un poema

que derribe los muros del silencio

y llegue a mí, sencillo, elemental,

como un Padrenuestro.

1983


INDICE : OFRECIMIENTO, 9 - PERSUASIÓN, 10 - IDENTIDAD, 11 - MUJER, 13 - NOSTALGIA, 15 - AMIGOS, 16 - RAZONES, 17 - IMPOTENCIA, 18 - DE REPENTE ES OTOÑO, 19 - REENCUENTRO, 21 - TE AMO, ABRIL, 23 - EN MAYO, 24 - SUPOSICIÓN, 25 - CALAGUALA Y LIMÓN JAPONÉS, 26 - PROFESIÓN, 27 - IGNORANCIA, 29 - DETRÁS DE MI VENTANA, 30 - POR ESE SOLO BESO, 32 - AVARICIA, 34 - INSTANTE, 35 - VERGÜENZA, 36 - TUVE EL MUNDO, 38 - HORAS, 39 - DOMINGO GRIS, 40 - ARABESCOS, 41 - OTOÑO, 42 - ITERACIÓN, 44 - MURO, 45 - SÍ. "HAY UN SITIO", 47 - INDIA, 49 - RÉQUIEM, 50 - IMPORTANCIA, 52 - DOS, 53 - EN DEFENSA PROPIA, 55 - DISTANCIA, 56 - SUERTE, 58 - YO, 60 - POSESIÓN, 62 - MINUTO, 63 - PARA DECIR AMOR, 65 - HONORIS CAUSA, 67 - JUEGO,69 - GRACIAS, 70 - CON TUS MISMAS PALABRAS, 72 - RETORNO, 74 - A LA INTEMPERIE, 76 - DUDAS, 77 - PIEDRA BRUTA, 78 - A MI PAPELERA, 80 - CREAR, 82 - CONSEJO, 83 - PEDIDO, 84 - CREPÚSCULO, 85 - DOMINGO, 87 - MISTERIO, 89 - BRINDIS, 91 - NUNCA ME LLAMASTE HERMOSA, 93 - Y SIN EMBARGO..., 94-  PORTADORES, 95 - AMOR, I, 96 II, 96 III, 97 - VOZ, 99 - BALANCE, 101 - CONFESIÓN, 103 - COMO UN PADRENUESTRO, 104.

 

 

 

 

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