Emiliano R. Fernández, en su rol de cronista de lo objetivo y lo subjetivo de la Guerra del Chaco, describe el terror generado por los ataques aéreos bolivianos.
Un arma boliviana terrorífica -acaso más que los tanques y las ametralladoras- eran los aviones artillados que, con religiosa puntualidad, acribillaban trincheras y campamentos paraguayos estratégicos en la Guerra del Chaco.
El múltiple registro temático del poeta combatiente Emiliano R. Fernández (1894-1949), quien bajaba el fusil o el machete-navaja para alzar en su regazo la guitarra o esgrimir la pluma, dejó también un descamado testimonio de los ataques aéreos que causaban espanto y desesperación en las filas paraguayas.
Convertido en cronista en versos de la contienda paraguayo-boliviana, retrata en Guyra pepo atâ -avión, obviamente- lo objetivo (la incursión del "pájaro de ala dura") y lo subjetivo (el pavor que infundía el fuego caído del cielo, la confesión de miedo del autor...) de la situación.
En disponibilidad de medios aéreos de reconocimiento, ataque, combate y transporte, Bolivia era superior a Paraguay. Contaba con aviones Curtis-Wright. Los de modelo C14R Osprey eran bombarderos que llevaban a los costados 2 bombas, además de 2 ametralladoras al mando de sus operadores. Cada bomba tenía 130 libras alrededor de 60.000 Kilos. Al ser arrojadas y detonar, escupían sin piedad esquirlas mortales a los cuatro costados.
El jefe de la aviación boliviana era Bernardino Bilbao Rioja. Y el más connotado piloto de combate, Rafael Pabón. Este derribó el Potez 25 paraguayo del teniente primero Trifón Benítez Vera y el capitán Ramón Ávalos Sánchez, en diciembre de 1932. Fue el primer enfrentamiento aéreo con víctimas fatales en América del Sur. La primera escaramuza de altura se había dado ya casi al final de la batalla de Boquerón, a fines de setiembre de aquel mismo año.
¿LETRA CON MÚSICA?
Lo que Emiliano –integrante del Regimiento de Infantería (RI) 13 Tuyutí- describe es el ataque de esas poderosas máquinas de vomitar muertes. El poema está fechado el 23 de mayo de 1934, en Campo Ballivián. Esos datos llevan a concluir que lo escribe luego de la derrota paraguaya de Strongest y en plena maniobra para derribar la muralla boliviana asentada en Ballivián, donde los bolivianos habían concentrado gran parte de sus fuerzas.
De entrada Emiliano cuenta que está protegido en su túka, refugio subterráneo de relativa seguridad. Y confiesa que odia al "aña rymba" (instrumento del demonio), a la bruja que amenaza sus vidas dos veces al día: a la siesta y al atardecer. También que vive en el refugio cavado bajo tierra porque no quiere ser un "vyro chuko" (tonto presumido) que se deja matar por temerario.
Los "tupi’a hechapyrâva" (huevos colosales) 'son las bombas colocadas bajo el viento del avión atacante.
¿Tiene música Guyra pepo atâ? Sí. Gracias a los datos proporcionados por Julián Abad -compositor que vive en Ciudad del Este-, tomamos contacto con Wilson Paredes, propietario de un estudio de grabación en la capital del Alto Paraná. Él nos remitió el registro sonoro y nos puso el contacto con su padre, Avelino Paredes, quien junto a su hermano Filemón (Dúo de los Hermanos Paredes) grabaron la composición.
"Yo soy de Loreto, Departamento de Concepción. Allá mi padre Martín Paredes, sus hermanos y sobrinos, que eran todos músicos, cantaban lo que llamaban Guyrami pepo atâ. La música había sido puesta por ellos, en conjunto. Mi tío decía que era ritmo de Londón o de Maxixa, pero eso nosotros no podemos determinar. Algún lado encontraron la letra, les gustó y la musicalizaron seguramente. Nosotros lo tomamos para grabar; acomodamos la tonada en algunas partes para que quedara bien. Nunca escuchamos que otros lo grabaran o lo cantaran", dice don Avelino Paredes por teléfono.
Al escuchar la poesía cantada es imposible no ser transportado a los aires de Rojas Silva rekávo o Despierta mi Angelina, también de Emiliano, en ritmos de rasguido doble. Por la costumbre de Emiliano de ponerle este acompañamiento a sus obras, es probable que él mismo lo haya musicalizado. Y que los Paredes tomaran ese origen como punto de partida.