ELOGIO DE MARÍA DE MÉDECIS y FUGAZ…
Poesías de GOMES FREIRE ESTÉVES
ELOGIO DE MARÍA DE MÉDECIS
I
¡París! ¡París!: las huellas insignes de tu armonía
Y de tu reina eterna en el trono de Francia,
Buscaba al pie del mármol de la mística estancia,
En que ella es aún la flor de los siglos, aquel día.
Y en el rincón suave del jardín encantado,
Se animó dulcemente de voluptuosa unción,
La fuente gentilicia, por donde una visión
De su alma dejó al mundo el valor del pasado...
Y un heráldico voto volvió a reaparecer,
Entre las almas mustias de la reliquia muerta,
Mientras el sol raptaba la figura desierta
De la villa infinita, como a una mujer...
¡Oh, sangre de los Médicis, suntuosa e ideal,
Que proclamara el cetro del arte omnipotente,
Nunca, nunca la tierra, a su ley excelente,
En sus fastos negara el reino natural!
II
Blanca, blanca piedra en que estalla la vida,
Fiel, en sus expresiones más verdaderas,
Arrancadas, quién sabe de qué canteras,
Hoy a las miradas perennes convida.
La fontana es un sueño y el agua adormida
De los tiempos de oro, pasión y quimeras,
Tan sólo el eco de las cosas postreras
Repite en una cual balada perdida...
III
Así rezó el silencio y en la piedra esculpía
Clásicas remembranzas de Grecia y del amor;
Tras la nupcial penumbra, yace en una agonía,
Galatea en brazos de Acis, su gallardo raptor...
Polifemo les sorprende. El momento es una
Instantánea vehemente de dicha y desnudez.
En vano da la muerte su señal importuna,
¡El desmayo es sin término, en aquella embriaguez!
Una paloma vino, la gracia fugitiva
De su vuelo, en el sueño de mármol, a posar...
Otra paloma vino, de ese sueño, cautiva,
La suprema tristeza de su mar, a arrullar...
Ojos inocentes y ojos que aguzaron la historia,
Aspasias de un divino y quintaesenciado reír,
Desfilaron mirando cómo el agua ilusoria
Aprisiona el estilo que no pudo morir.
El estilo inefable, fe del renacimiento,
Soplo miguelangélico de la total emoción:
¡Esa fuente de Médicis, grácil, en cuyo aliento,
París sueña aún su reina de más bella ilusión!
Publicado en: Los Anales del Gimnasio Paraguayo. Asunción. t. III, marzo de 1919;
fechado en París. en 1906. Cfr.: Sinforiano Buzó Gómez, 2a. ed.
Índice de la poesía paraguaya, Buenos Aires, 1952.
FUGAZ…
Pensativos idilios de acuarela,
nenúfares y anémonas del mar,
cariñosas espumas de la orilla,
en rodante visión de luz y perla,
¡pasad, pasad!...
Marejadas rebeldes e indomables,
aludes desdeñosos y sin ley,
solitarias centellas del abismo,
en un gesto de olímpico desastre,
¡besad mi sien!
Azulada neblina de los cerros,
eucarísticas aves del amor,
musicales cadencias de la pampa,
en el último abrazo del recuerdo,
¡adiós, adiós!...
Encarnados matices de la aurora,
explosiones sangrientas de la luz,
aquilinos plumajes de poeta,
en el trono del arte y de la gloria,
¡salud, salud!
Madrigales risueños de la plebe,
regocijos de Roma en bacanal,
Cortesanos y Augustos de la historia,
en cortejo de risas y desdenes...,
¡pasad, pasad!
Marsellesas invictas de la lucha,
vibraciones de bélico clarín,
heroísmos y mártires del Gólgota,
en un limbo de Némesis augustas...,
¡venid, venid...!
Ante el Patmos, soberbio, de mi vida,
donde vivo el exilio del dolor,
pasad, nubes rosadas de quimeras,
mariposas de luz, pasad cantando
un himno al sol...
Pasad, blancas ondinas del silencio,
serenatas de paz y de quietud;
somnolencias dormidas de la noche,
como un aura de sombras y de besos,
en raudo tul...
Religiosas princesas del crepúsculo,
miradas pecadoras de mujer,
Magdalenas del vicio y de la historia,
como graves sonámbulas del túmulo,
pasad, también.
Pasad, místicos bardos del olvido,
caléndulas y númenes en flor,
epopeyas sin pompas de triunfo,
pasad, todas las dichas de lo efímero,
cual un adiós...
Alejado en el Patmos de mi musa,
con extrañas videncias de Sinaí...,
sólo busco el coloquio de los Dioses,
porque enfermo de olímpicas locuras,
¡no sé reír!
Embriagado en celestes ambrosías,
sobre el solio superbo del desdén,
sólo quiero cantar la inmensa nota
de la lucha, del genio, de la lira,
¡y de mi fe!
Pensativo en mis grandes vencimientos,
¿lloraré la tragedia del dolor...?
Las tristezas del genio son altivas:
¡el martirio no es lágrima ni es fuego,
para el león!
Fechada en 1904.
Fuente: POESÍAS DEL PARAGUAY – ANTOLOGÍA DESDE SUS ORÍGENES. Realización y producción gráfica: ARAMÍ GRUPO EMPRESARIAL, Dirección de la obra: OSCAR DEL CARMEN QUEVEDO. Recopiladores y autores: RAÚL AMARAL, MARÍA BARRETO DE RAMÍREZ, AÍDA ORTÍZ DE CORONEL, ELA RAMONA SALAZAR S., RUDI TORGA/ Tel. (595-21) 373.594/ arami@rieder.net.py – Asunción/ Paraguay. 2005. 781 pp.).
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