Portal Guaraní - LOS OJOS CIEGOS DEL GOBIERNO - Por ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE

Basta con echarles una mirada a las cifras para advertir lo mal que estamos con esto del covid-19. Cuando el problema nos llegó en marzo, China y los países europeos estaban ya peleando contra el mal con uñas y dientes. Con su experiencia dolorosa nos enseñaban el camino para presentarle batalla. Cada día se sabía más y más cómo manejar el virus para que no sea tan devastador.

Con el primer caso que tuvimos –se sabía que iba a llegarnos– el Gobierno se movilizó dando un primer gran paso: consiguió a la disparada, en préstamo, un montón de dinero para que los efectos del mal no fuesen tan catastróficos como en otras partes del mundo. Al ministerio de Salud se le otorgó el privilegio de saltarse las normas para la compra de insumos. Rápidamente se acudió a empresas amigas para que importasen cuanto hiciese falta para cavar trincheras y levantar murallas contra el poderoso ejército invasor. Tuvimos el primer tropiezo: se falsificaron documentos, entraron de contrabando los insumos, se perdió no solo dinero, sino tiempo. ¡Ese tiempo que se necesitaba para retrasar la entrada del virus y prepararnos mejor!

Se le pidió a la ciudadanía un sacrificio inmenso. La ciudadanía respondió con admirable disciplina. Sin susto, el covid-19 vino instalándose con esperanzadora lentitud. Uno o dos contagiados por semana, por ahí un fallecido con patología de base. Lamentable, pero no desesperante. Fue cuando el ministro de Salud saltó a los altares. Se alzó como el héroe civil ejemplar. Se convirtió en el mimado del Presidente de la República, a quien por fin le pareció encontrar a la persona que le salvaría de un juicio político, con el que sueñan sus adversarios. La población saldría en su defensa ante cualquier intento que procurase sacarlo del Palacio de Gobierno.

La nave triunfal del ministro de Salud comenzó a hacer agua por todas partes. Le erosionó la corrupción, el mal manejo profesional y la irresponsabilidad de muchos ciudadanos que no respetan las normas sanitarias.

Hoy las cosas están mal, y según los presagios irán empeorando con el correr de los días. Ciudad del Este es el espejo donde el país ve su futuro cercano.

Ante esta situación, actual y posterior, varias organizaciones que reúnen a los médicos hacen escuchar su voz desesperada. Los médicos y los enfermeros son los que están en primera línea en esta batalla desigual. Procuran contener el avance del enemigo, a riesgo o a costa de su vida, pero están solos.

El Círculo Paraguayo de Médicos, el Colegio Médico Quirúrgico, la Academia de Medicina del Paraguay, el Sindicato Nacional de Médicos, la Asociación de Médicos de Ciudad del Este, la Asociación de Médicos del IPS, el Sindicato de Trabajadores del Centro de Emergencias Médicas y el Sindicato de Profesionales Universitarios del Hospital de Itauguá se pronunciaron “azorados e indignados” por “el decepcionante manejo de la emergencia sanitaria por el covid-19”.

Piden que se forme un comité de crisis en el que puedan participar y conocer “dónde se está utilizando el dinero que es para la salud, el cual necesitamos ahora y más adelante”.

La pregunta acerca del dinero es por “la alta demanda de insumos de protección individual, que obliga al personal sanitario a reutilizarlos con el peligro que conlleva”. También, la escasez de insumos, la sobrecarga en los laboratorios, la elevada ocupación de camas de terapia, entre otras cuestiones.

Todas estas, que son también de la ciudadanía, apenas le rozaron al ministro de Salud. Respondió que todo está bien, no faltan insumos, la epidemia está bajo control, las protestas obedecen a cuestiones ideológicas, etc.

Ante las afirmaciones de los médicos, y la negativa del ministro, ABC Color publica la respuesta: los hospitales y centros de salud del país, junto con su personal, están destrozados. Son los males de este mal que nos castiga y que el gobierno no quiere ver. ¿En qué bando está la ideología?

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