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GILBERTO RAMÍREZ SANTACRUZ

  RAZONES DE LA SANGRE: Crónicas Poéticas Del Marzo Paraguayo - Año 2010


RAZONES DE LA SANGRE: Crónicas Poéticas Del Marzo Paraguayo - Año 2010

RAZONES DE LA SANGRE

Crónicas Poéticas Del Marzo Paraguayo

 

Autor: GILBERTO RAMÍREZ SANTACRUZ

 

Editor: Ediciones EMILIANO

Año: 2010

Asunción - Paraguay


Índice

  • Prólogo
  • La portada
  • Ella llego así
  • Marzo paraguayo
  • Muralla humana
  • Marzo sangriento
  • Asunción, 27 de marzo
  • Imagen imborrable/ 1
  • Imagen imborrable/ 2
  • Imagen imborrable/ 3
  • Imagen imborrable/ 4
  • Imagen imborrable/ 5
  • Reporter/ 1
  • Reporter/ 2
  • Reporter/ 3
  • Reporter/ 4
  • Reporter/ 5
  • Los enviados
  • Caín sigue matando a Abel
  • La gesta de marzo
  • Los comuneros
  • Capítulo final

 

 

 

 

 

«El camino es luchar,

lucha y tiempo dan la libertad.»

MANECO GALEANO



Prólogo

Difícil cometido el que nos ocupa: escribir algunas líneas sobre el presente poemario. Dicen los poetas que no hay que escribir sobre caliente, sino buscar el alejamiento, la perspectiva. Esto permitiría decantar las emociones y volver más lírica la palabra, o envolver en todo caso la palabra con un ropaje lírico. Es lo que hicieron por ejemplo, un Miguel Hernández en España y un Hérib Campos Cervera en nuestro país, con versos que todavía resuenan en nuestra memoria: 

«Aquí tengo una voz enardecida 
aquí tengo una vida combatida y airada 
aquí tengo un rumor, aquí tengo una vida. 

Abierto estoy, mirad, como una herida, 
hundido estoy, mirad, estoy hundido, 
en medio de mi pueblo y de sus males: 
herido voy, herido y malherido 
sangrando por trincheras y hospitales.» (M. Hernández) 

y Campos Cervera:

«... Eran otros los rumbos que imantaban los pasos 
de estos inaccesibles guerrilleros del alba. 
No fueron al encuentro de una selva de bronce 
no buscaron metales solemnes, no quisieron 
anchas investiduras, ni charangas, ni cantos. 

Simplemente 
bajaron a morir para dejarnos 
otro tiempo más limpio y otra tierra más clara: 
algún laurel más alto y un aire más sencillo, 
otra categoría de nubes y otra forma 
de dar un aposento, de nombrar una cosa, 
o acaso otra manera de abrir una ventana 
para llamar al día del hombre venidero.» 

Nuestro poeta habla, obviamente, de nuestros hermanos del 47, y hoy, por esos avatares de la historia, volvemos a experimentar un dolor y una esperanza semejantes. Como hicieron aquellos altísimos poetas, los «contadores de sílabas» actuales tampoco quieren pasar por alto nombres como los de Tomás Rojas, Manfred Stark González o Verónica Ortiz -por citar sólo a unos pocos -, y entonces con la voz todavía enronquecida por el fragor de las batallas, quieren rendir su homenaje a quienes hicieron posible la gesta del marzo libertario. Aún lejos de su tierra, sienten igual que sus compatriotas, y se llenan de pena o de alegría con los vaivenes de su existencia. Dice Ramírez Santacruz: «No seré un profeta del día después/ porque nuestro pueblo jamás conoció de derrotas/ ... Hay pueblos que luchan décadas y cientos de años/ hasta que llega el amanecer esperado/ El nuestro nunca fue mezquino en su entrega/ cuando llega la hora señalada por la historia». Y más adelante: «El marzo paraguayo se llevó muchas cosas/ barrió con la peor inmundicia autoritaria/ lavó la afrenta de las indignaciones populares/ y espantó para siempre la prepotencia de un tirano.» En estos versos -pensamos- está resumido de algún modo el contenido de «Razones de la sangre». 

Poemas de circunstancias, sin duda, y quizás más crónicas que poesía, pero que llevan sin embargo el sello de lo perdurable simplemente porque los pueblos no olvidan sus luchas ni su sacrificio. Los dibujos que ilustran los poemas, pertenecientes al artista Tilcará, les confieren una consistencia inusitada, y devienen por mérito propio en los comentarios más brillantes que se puedan hacer. 



Edgar Valdez

Buenos Aires, mayo de 1999.

 

 

 

 

 

 

 

 La portada

Como un libro de tapa dura y pesada                   

se abre ante los ojos asombrados el nuevo milenio;                     

la mirada recorre espantada por sus ilustraciones,                        

cargadas de figuras apocalípticas en cada folio,               

monstruos que bostezan fuego y escupen ácido,           5           

nubes que en sus descuidadas líneas dibujan la muerte,                           

mapas en llamas carcomiendo océanos y continentes,                

pájaros de malos presagios sobrevuelan todo.                

 

Pero el hombre no se amilana ante el futuro,                  

su hambre de felicidad no le deja dormir,           10         

su hambre de pan no le permite dejar el trabajo,                          

su sed de libertad no le tolera un día sin soñar,               

su anhelo de paz no puede concebir límites;                    

la soledad le obliga a formar familias,                   

las familias con el tiempo conforman pueblos   15         

y los pueblos que tienen amor crean para su patria.                     

 

El Paraguay nació de hombres y pueblos con amor,                      

de hombres que rindieron culto a la libertad,                   

de amor entendido al extremo de la inmolación,                           

de pueblos libres que no renunciarán a esa condición; 20         

el Paraguay recibirá dignificado al nuevo milenio,                          

con su renovada historia escrita con la propia sangre,                  

ilustrada página a página con hombres y mujeres                          

venciendo con puños y canciones a la necia mezquindad.                         

 

 

 

 

Ella llego así

A cualquiera le hubiera gustado                             

extenderle una exquisita alfombra roja,                            

adornar su itinerario protocolar con jazmines,                 

un cortejo de muchachas con atavíos tradicionales,                      

canastillas de flores y frutos de todo el país,      5           

pero ella prefirió llegar cuando debió hacerlo,                 

sin mirar la forma ni respetar las costumbres:                  

llegó vestida de campesina y manifestando,                    

llegó con guardapolvo de maestra o enfermera,                            

llegó también haraposa y luego casi desnuda,   10         

llegó golpeada y muy ensangrentada,                 

llegó minutos antes de que la espera venciera.                              

 

Si alguien sabía que llegaba seguro,                      

no hubiera faltado una banda de músicos                         

y un coro celestial de niños para recibirla,           15         

con marcha emotiva de los últimos excombatientes,                   

con desfile interminable de estudiantes,                           

pero ella eligió primero cumplir con el deber,                  

antes que reparar como mujer en su apariencia,                           

porque sabe que ningún hombre conoce bien 20         

la clave de su belleza y que es impenetrable,                   

por eso se animó a llegar herida en andas,                        

apoyada en humildes hombres no menos heridos                        

y atravesada de dolor por la sangre derramada.                             

 

Entró un domingo de tarde a la ciudad, 25         

la gente portaba hojas de palmera en señal de paz,                     

la violencia estaba llegando a su pico máximo,                 

las plazas ya tenían sus cruces clavadas como puñales,                

muchos heridos seguían luchando con arrojo                  

y ella entró victoriosa montada en su orgullo,   30         

cabalgando sobre la hidalguía de su heroico pueblo,                    

con su sonrisa amplia cubriendo el horizonte,                  

remangando los últimos retazos oscuros del pasado,                   

restableciendo la esperanza como sol del futuro                           

y la lucha como única estrella que guía al pueblo.            35         

 

 

 

 

Marzo paraguayo

al Paraguay y su heroico pueblo

 

Los campesinos toman la ciudad,                           

liberan la plaza y la hacen su territorio,                

se pertrechan con su secular miseria,                  

enarbolan su eterno sueño agrario,                      

izan su necesidad como nueva bandera               5           

y se plantan como lapachos frente a la tormenta.                          

 

Los obreros honran a su estirpe combativa,                      

se oponen piedra en mano a los militarotes,                    

estrechan filas a la hora de la resistencia,                           

ponen su pecho a los tiros de la traición,             10         

comandan el apedreamiento de los golpistas,                 

ocultos tras los camiones de la basura.                

 

Los estudiantes faltaron hoy a clase,                    

pero aprobaron con soltura su materia cívica,                  

deshojaron sus manuales en la cara del verdugo,           15         

aprobaron la más difícil de las asignaturas,                        

aprendieron a escribir la libertad con sangre                    

y enseñaron que la patria es el primer deber.                  

 

El pueblo entero con sus maravillosos jóvenes,                              

maestros en alerta, sacerdotes celebrantes,     20         

oficinistas solidarios, taxistas autoconvocados,               

movilización de mujeres, artistas y profesionales:                         

todos dispuestos a ofrecer su vida si hace falta               

para que la dignidad se haga verbo y carne en la patria.                              

 

 

 

 

Muralla humana

a los senadores y diputados

que representan con honra al pueblo

 

El campo de batalla ocupa apenas una plaza:                    

el pueblo exhibe su coraje a todos los vientos                 

y muestra en su cuerpo los plomos de la barbarie;                        

los sicarios empuñan su macabra cobardía,                       

trepados en rascacielos de lúgubres terrazas    5           

y escupen muertes y heridas imperdonables.                 

 

La historia escribe con sangre sus mejores páginas:                      

Dios sale indignado de los rincones de la catedral,                         

usa de púlpito las escalinatas y arenga a los fieles;                         

mientras los heraldos de la muerte se acomodan,          10         

en su apostadero como murciélagos sedientos                              

y en acecho afilan sus fatales fauces criminales.                             

 

El Parlamento se vuelve fortaleza inexpugnable,                           

porque en los legisladores se hace carne el juramento               

y el pueblo es un parapeto infranqueable para los cobardes;    15         

mientras hace estallar la policía bombas y petardos,                     

se vuelve inaudible el silbido de las balas asesinas                         

y retumba hasta el cielo la sangre sonora de la libertad.                             

 

 


Marzo sangriento

al pueblo paraguayo por su coraje

y sus gloriosos mártires

 

No seré profeta del día después,                           

porque nuestro pueblo jamás conoció de derrotas.                     

Ha caído muchas veces en las batallas,                

que no es lo mismo que haber perdido la guerra.                          

Hay pueblos que luchan décadas y cientos de años,      5           

hasta que les llega el amanecer esperado.                        

El nuestro nunca fue mezquino en su entrega,               

cuando llega la hora señalada por la historia.                    

 

Se dice que el diablo carga las armas,                   

pero las gatilla el odio de un matón de cuarta.  10         

En Paraguay las disparan los diablillos del rencor                            

y las carga y manda a vomitar un rapaz mandón.                            

En Asunción en estos días ha renacido la libertad                           

y fue acunada como una indefensa criatura.                    

El pueblo ganó la plaza y descubrió su pecho     15         

para que la libertad crezca alta y sin heridas.                    

 

El «marzo sangriento» se llevó muchas cosas,                 

barrió con la peor inmundicia autoritaria,                           

lavó la afrenta de las indignaciones populares;                

espantó para siempre la prepotencia del tirano,              20         

recuperó el pueblo su poder y su fe indestructible;                      

no pudieron los tanques ni los carros de asalto,                              

los gases lacrimógenos ni las peligrosas bengalas,                          

los cobardes francotiradores no pudieron con ellos:                     

esos guardianes del pueblo, Jóvenes por la Democracia.             25         

 

 

 

 

Asunción, 27 de marzo

a Óscar Acuña y en su nombre

a todos los compañeros caídos

y levantados por la libertad en

los días aciagos del Paraguay

 

Desde la víspera y las oscuridades profundas                   

está escupiendo su odio de plomo y muerte                    

la temida bestia de todos los tiempos,                

émulo en miniatura del infanticida bíblico,                        

chacal sanguinario y ciego de las estepas áridas,              5           

liberticida infame de los hijos de la democracia,                             

ave de rapiña de los heroicos jóvenes de la libertad                     

y sembrador de cruces en la plaza enlutada.                    

 

Desde hace tiempo y con el falso ropaje de patriota                    

agazapado lustraba sus garras mercenarias,       10         

y con su lengua viperina de fatales engañifas                   

envalentonaba a su fúnebre cortejo de falsarios;                          

cuando todo parecía caer a sus pies en el aquelarre                     

y sentado orondo en su trono de maleficio,                     

dictaba -pérfido- sentencias en su tribunal de muerte, 15         

contra el pueblo que no quiso ahorrar vidas ni sangre.                

 

Desde siempre y con la misma máscara de ocasión                       

quiso traficar la muerte como una mercancía barata,                   

quiso ampliar su reino ten ebroso a todo el país,                            

creyó que la sangre derramada iba a cosechar miedos; 20         

pero sus balas asesinas hicieron brotar la ira popular,                  

un ejército de estudiantes, obreros y campesinos,                       

se hizo invencible a la hora de plantar banderas:                            

banderas que cubren de honor la patria ensangrentada.                           

 

 

 

 

Imagen imborrable/ 1

La multitud cubriendo todos los espacios:                         

placas, recobas, escalinatas y calles cercanas;                  

también el hambre era enemigo de pueblo.                    

 

El calor abrasante tocando su punto máximo:                  

la lengua por el piso y el espíritu por el cielo;     5           

la resistencia y la sed superaron lo imaginable.                

 

Cuanto más clavaba el hambre su puñal,                            

aparecieron los vecinos con su alimento divino               

y los comerciantes con su mercadería invalorable.                        

 

Cuanto más exigía la sed su vaso de agua,          10         

aparecieron los bomberos con sus chorros brillantes,                  

saciando y bañando de amor a su pueblo.                         

 

El pueblo tuvo sed y le dieron de beber.                            

El pueblo tuvo hambre y le dieron de comer.                   

Porque Dios tuvo sus auxiliares en bomberos y vecinos.             15         

 

Pero el Paraguay pidió su libertad y el pueblo se la dió.               

 

 

 

 

Imagen imborrable/ 2

La gente derramada por toda la ciudad,                              

como avispero pateado por gigante ebrio,                        

con su fe acerada y el coraje inocente,                

desarmada como un niño en su cuna,                  

frente a la salvaje caballería policiaca;   5           

abriendo el pecho para recibir las afrentas,                       

cuerpo a tierra para soportar los cascos                              

de los nobles animales convertidos en bestias,               

montadas por enanos paridos en los cuarteles,                              

comandados por un Atila de entrecasa,               10         

que burla la heroica foja de la montada,                             

y no ésta caballería de vándalos venidos a menos,                        

aborto de aquella legendaria de Solano López,               

arrasando sin piedad la vida de nuestro pueblo.                             

 

 

 


Imagen imborrable/ 3

El arzobispo pedía a los fieles que huyan,                          

que abandonen la plaza en forma inmediata,                  

que pongan en resguardo sus vidas,                    

ante el anuncio confidencial que había recibido,                            

de que los tanques marchaban raudamente     5           

hacia el Congreso y sus plazas tomadas,                             

que no iba quedar piedra sobre piedra               

y que el gobierno había decidido poner orden.               

 

La desobediencia de la gente fue unánime,                      

pueblo, fieles y varios sacerdotes;          10         

decidieron esperar hasta lo inesperado,                            

prefirieron rezar y cantar sin moverse un paso,                              

eligieron morir de pie antes que vivir arrodillados,                        

entregaron sus vidas sin que les pida la patria,                

ofrecieron en un instante todo el legado de su historia                15         

y pusieron de lleno al mando de la «diosa libertad».                

 

 

 

    

Imagen imborrable/ 4

El pueblo peleando acorazado de su voluntad,                

echando mano a todo cuanto esté a su alcance,                             

los garrotes eran brillantes espadas en las noches,                       

los ladrillos parecían discos cortantes al volar,                  

las veredas no agotaban nunca sus mosaicos,   5           

los envases de lata se lanzaban con cascotes,                  

los adoquines se convertían en certeros misiles                             

y no faltaron las heroicas honditas infantiles.                   

 

El pueblo luchando con su armadura de fe,                       

con sus manos maceradas de romper cemento,              10         

despegar azulejos y mármoles de los frontispicios,                       

con la nariz hollinada de quemar neumáticos,                  

con su infranqueable cordón humano que formaba,                    

rodeando todo lo entrañable para la República:                             

el Parlamento como una cuna de la Democracia:             15         

esa criatura amenazada por el pequeño Herodes.                         

 

 

 

 

Imagen imborrable/ 5

Las mujeres que vociferan a la bruta policía,                     

ésta inconmovible como estatuas diabólicas,                   

protegida celosamente con escudo y bastón,                  

además apoyada por los carros hidrantes,                         

frente a la indefensa valla de madres e hijas.    5           

 

Los hombres que batallan con puños y sangre,               

no retroceden nunca hasta espantar a los cobardes,                    

pero cuando uno cae dos le reemplazan por la duda,                   

atacan sin cesar a los criminales con uniforme,                

como padres e hijos de la patria en peligro.       10         

 

Cómo olvidar tantas imágenes maravillosas:                     

los camiones de la basura cortando paso a los tanques,                              

que venían manejados por sicarios carapintadas;                          

y los taxistas sacrificando su herramienta de sustento y al final,                             

un aguacero bendiciendo la libertad.     15         

 

 

 

 

Reporter/ 1

Hoy la ciudad había empezado la jornada,                         

con normalidad y absoluta quietud aparentemente,                    

como cualquier otro día en que reina el sol                       

y satura la atmósfera de intenso calor,                

pero unos disparos rompieron la modorra          5           

y atravesaron el corazón al Vicepresidente                       

y a uno de sus custodios, rematado de yapa.                   

 

La gente indignada se echó a las calles,               

desparramando su angustia por las plazas;                        

en el apacible barrio del sangriento asesinato,  10         

perpetrado por una gavilla de sicarios,                

a la orden de un sanguinario general;                  

se agolpó solidaria exigiendo justicia:                   

y pidiendo la cabeza del responsable moral.                     

 

Al parecer el gobierno no tuvo mejor idea,        15         

su imaginación obnuvilada por un odio feroz,                  

hacia el posible sucesor del Presidente títere,                 

cerró los ojos y gatilló la muerte del correligionario,                      

segando la vida de sus semejantes como perros ajenos,                           

hiriendo de muerte a la joven democracia          20         

y tiñendo de sangre la inmaculada libertad.                      

 

 

 

 

Reporter/ 2

Todo indica que el operativo fue planificado,                   

contó con una eficiente cobertura policial,                        

los asesinos estaban bien pertrechados,                            

armas de todos los calibres y con camuflajes,                  

una cuatro por cuatro que se dirige hacia el centro,       5           

un coche con cuatro hombres que lo sigue atentos,                     

un lomo de burro y varios tiros que sesgan el paso.                      

 

Se interrumpe la marcha de la cuatro por cuatro                            

del Vicepresidente, que iba tranquilo a su despacho,                  

retrocede con la vana idea de desandar el camino,        10         

del coche bajan tres hombres con uniformes mlitares,               

cada uno abocado a rematar a los ocupantes,                  

y con eficiencia los ejecutan a sangre fría                           

y huyen velozmente como gavilanes asesinos.               

 

Quedó la camioneta destrozada por varios impactos,    15         

adentro se enseñoreaban la sangre y la muerte                             

sobre la vida del chofer y el Vicepresidente,                    

luego llegó la policía para cumplir con su deber,                              

solicitó documentos al acribillado que sobrevivió,                          

en vez de socorrerlo o averiguar sobre los asesinos:      20         

ésta vez llegó sólo para supervisar el trabajo encomendado.                   

 

 

 

 

Reporter/ 3

Después de hilvanar la breve reseña del hecho,                             

podemos arriesgar que el resultado perseguido,                           

por los autores morales del brutal atentado,                    

que el tiro salió certero por la culata,                    

que la madre falsa del rey Salomón        5           

prefirió que la criatura se partiera al medio,                      

antes que quedarse con la madre legítima.                       

 

El mentor del aciago suceso de sangre,               

habría querido evitar la vuelta al llano,                

después de usar y abusar del poder,     10         

con todas sus veleidades y flaquezas;                  

habría querido también evitar la cárcel,                              

matando al Vicepresidente como cancerbero                  

y alimentarse como hiena de los muertos.                        

 

Entonces las balas impactaron en sus victimas, 15         

pero mataron también a la siniestra ambición,                

de los terribles traficantes del gatillo fácil                           

y la muerte como una moneda corriente más;                

pero pretender que el león no sea sanguinario                              

y que el tigre renuncie a su piel moteada            20         

es como pedir a la mula que tenga una cría.                      

 

 

 

 

Reporter/ 4

Hoy en el Paraguay se eclipsó la mañana,                          

no se escondió el sol sino se nubló con sangre,               

la claridad se quebró y se tornó un espejo negro,                          

que refleja el oscurantismo desesperado,                        

sosteniendo la muerte como un estandarte,     5           

blandiendo el odio como una guadaña filosa                    

y levantando por oposición a todo el pueblo.                   

La plaza que recuerda al fundador de la ciudad,                              

fue desplazada después de casi cinco siglos,                    

refundada el 23 de marzo por la libertad popular,           10         

indignada e insurrecta al mando de los campesinos,                     

que habían peregrinado desde todos los rincones,                       

para pedir piedad a los saqueadores del estado                             

y no a instaurar un nuevo gobierno de esperanza.                        

 

En el Paraguay recién hoy empieza el cambio,  15         

ya despertó el pueblo y recobró su confianza,                 

ningún tiranuelo volverá a soñar con el poder,                

porque la libertad no admite divisiones,                             

porque la dignidad no tolera vacilaciones,                         

porque el pueblo no perdona la soberbia,          20         

porque la patria es la única causa sagrada.                         

 

 

 


Reporter/ 5

El resultado de todo lo acontecido tuvo como final,                      

la caída vergonzante y estrepitosa del desgobierno,                    

en manos de la gente armada de sus férreos puños,                   

de sus gastadas herramientas y sueños maduros,                         

de su remendado corazón con jirones de espera,           5           

de su impostergable razón de estado popular                 

y de su fervor épico entonado como trueno.                   

 

La fuerza del pueblo resultó invencible,                             

la blancura de los estudiantes y los enfermeros                             

fumigó la suciedad y la sangre retardatarias;      10         

la candidez de las madres y los niños                    

deslomó al fantasma que repartía muertes;                     

los sacerdotes, los trabajadores y los jóvenes                 

corrieron al pasado hasta su morada final.                         

 

El Paraguay resurgió brillante de ésta manera,  15         

sobre las cenizas del miedo y el apocalipsis,                      

sobre el barro resbaladizo de la gran mentira,                  

sobre el falso mesías y el enanismo,                     

con la bandera límpida legada por los mayores,                              

con la frente alta mirando el futuro de grandeza             20         

con la patria intacta, recuperada por y para el pueblo.                 

 

 

 

 

Los enviados

a monseñor Ismael Rolón y al padre Francisco de Paula

Oliva, en su homenaje a todos los luchadores

de conciencia que expusieron y entregaron sus vidas

como prueba de amor y fe

 

Aquí tienes mi mejilla                  

      la izquierda o la derecha                       

      con sus cicatrices de antaño               

      con su rubor juvenil de siempre                       

      ofrecida mil veces al odio      5           

      y fortalecida con los golpes                 

entumecida pero no adormecida                           

para sentir la afrenta con todo su peso               

para que salpique al cielo si sangra                        

para que estampes en ella, represor,    10         

toda la impotencia de tu vana artillería.                              

 

Aquí tienes mi cuerpo                 

      expoliado por la ciega violencia                         

      entregado al escarnio de la gentuza               

      herido por nocturnos fusileros           15         

      mutilado por su creencia íntegra                      

      multiplicado por el unánime dolor                   

para que se entierre en él todo lo necio                             

para que se abone en él todo lo sublime                            

para que muera en él la bestia del mal  20         

para que lo rompas todo, represor,                      

y hagas estallar su música libertaria.                     

 

Aquí tienes mi pueblo                 

      de pie junto a su ideal de patria                        

      codo a codo cercando la libertad       25         

      comulgando balas al son del canto                  

      ensanchando horizontes hacia el futuro                       

      entregando hijos en señal de fe                       

para que retumbe su grito indignado                   

para que su ejemplo recorra el universo             30         

para que la iglesia reine por las calles                   

para que el cielo no se esconda entre las nubes                             

para mostrar que Dios acudió a su llamado.                      

 

 

 

 

Caín sigue matando a Abel

La noche barría sus disparadas luces incesantes,                            

por fogonazos surgidos de la sedienta pesadilla                             

y succionaba todo entre escombros y caídos.                  

 

La noche tragaba sus sombras en jirones,                          

recogía sigilosa sus pliegues oscuros      5           

y escupía hacia la plaza sus bocados de muerte.                             

 

La noche engendraba también una luz inaudita,                             

bajo los portales del infierno en llamas,                              

mientras caían estrellas de paz sobre el pueblo.                             

 

La noche ocultó la vergüenza de los matones,  10         

los mártires desnudaron su alma y su amor                      

para cubrir a la patria y lograr la tierra sin mal.                  

 

La noche era idéntica a la del Principio,                

aquélla en que Dios y el diablo se batían a duelo,                           

y ésta, donde Caín no se cansa de matar a Abel.              15         

 

 

 

 

La gesta de marzo

La patria querida estaba entre garras,                  

sumida en angustia por ciegas pasiones,                            

entonces el pueblo soltó sus amarras,                 

regando la aurora con sangre y canciones.                        

 

La patria herida se desangraba triste,    5           

el odio sembraba sus cruces y sus sombras;                     

entonces el pueblo su historia repite,                  

entregó su vida y le devolvió la honra.                 

 

Nuestra gesta de marzo del noventa y nueve                  

no tuvo un dueño es de todo el pueblo,              10         

mancharon la bandera con sangre de jóvenes,               

la paz y la libertad surgieron de nuevo.               

 

La patria sufrida no tuvo clemencia,                      

sus plazas con gente eran tendidas trincheras;                

entonces el pueblo sin ninguna indulgencia       15         

alejó la traición más allá de las fronteras.                           

 

La patria querida se bastó a sí misma,                  

los obreros, estudiantes y campesinos                

junto al pueblo doblegaron la inquina                  

que quiso negar al Paraguay su destino.              20         

 

Nuestra gesta de marzo del noventa y nueve                  

guardará por siempre en sus páginas la historia,                             

la victoria del pueblo que a todos conmueve,                  

que tenga su altar de lucha en la memoria.                       

 

 

 

 

Los comuneros

Los mismos pobladores a través de la historia,                

de la Asunción fundacional o de la conquista,                  

de la Asunción comunera o de la colonial,                          

de la Asunción de Mayo o de ésta de Marzo,                   

hacen que caigan un Virrey o un Presidente,     5           

cuando el común de la gente o la gente común                              

se levanta indignada por una injusticia                

o por una consigna clara a favor del pueblo                       

o una bandera manchada por el odio,                  

convierte a la gente en heroicos protagonistas,               10         

lustrabotas, vendedores ambulantes y chiperas                            

pasan a alistarse en la vanguardia y retaguardia                              

de la admirable lucha sin cuartel y callejera:                      

para que la gloriosa Asunción sea siempre madre                          

de sus valientes hijos que descienden de los comuneros.          15         

 

 

 

 

Capítulo final

Se cierra la historia como un cuento de guerra,               

donde triunfa el amor pero mueren los héroes,                             

donde los malévolos pierden y no se suicidan,                

donde las lágrimas no alcanzan para lavar la sangre,                     

que derramaron generosamente los libertarios               5           

y regaron la tierra para que germine la dignidad.                            

 

Se cierra el capítulo como una herida profunda,                             

que deja de sangrar pero guarda el dolor adentro,                       

como una prenda despreciable del pasado,                      

para que el futuro recuerde lo imperdonable,  10         

para que el presente se afirme en la conciencia,                            

única fuerza posible y creadora de la patria feliz.                            

 

Se cierra el libro de las verdades maravillosas,                 

aparecen entonces las figuras desenterradas,                 

de las montañas de ignominia que hablaba el Mariscal,                15         

que resurgen con las misma bandera no entregada,                    

que aguardaban una nueva oportunidad de la historia                

para hacer florecer de grandeza la patria de Don Gaspar.                          

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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