LA COFRADÍA DE LA SANTA HIPOCRESÍA

Por ALFREDO BOCCIA PAZ

  galiboc@tigo.com.py

La Cámara de Diputados, por amplia mayoría, se declaró “provida y profamilia”. Lo hizo a instancias de la legis-ladora colorada Del Pilar Medina, quien explicó que su proyecto tiene el objetivo de “transmitir a la sociedad paraguaya, mayoritariamente conservadora, que sus representantes están firmes para defender la vida desde el momento mismo de la concepción y definir que la familia es la constituida por mamá, papá e hijos”.

Lo primero que uno se pregunta es cuál es la utilidad de este tipo de disposiciones. Felizmente, la misma proyectista nos saca de dudas. Entrevistada por Enrique Vargas Peña, expresó que “se trata de una mera resolución. Es como que declaremos el Día del Tereré”. Estos diputados son unos cararrotas; postergan proyectos de interés nacional, dilatan la investigación de sus pares corruptos y levantan sesiones en las que deberían tratar temas fundamentales, pero no tienen problemas en debatir y votar una declaración vana y dudosamente constitucional.

Es que, desde el punto de vista jurídico, los representantes de una nación cuya Constitución la proclama laica no deberían atentar contra el principio de la neutralidad del Estado. Muchos de los diputados tienen una forma de pensar y eso nadie lo discute. A lo que no tienen derecho es a imponer sus dogmas religiosos y sus posiciones ideológicas a toda la población. Sobre todo, en un país donde la familia tradicional –de acuerdo a la popular e “inocente” calcomanía, integrada por papá, mamá, hijitos y, a veces, un perrito– constituye una impresionante minoría nacional.

Pero dejemos la discusión constitucional a los abogados. Lo que de veras impresiona es la hipocresía de estos representantes populares. Se declaran “provida y profamilia” cuando son conocidos como la Cámara de la vergüenza. Se ganaron el título a pulso votando leyes proimpunidad, pro beneficios personales y pro negociados con el Estado. Son los reyes de la doble moral. Usan una declaración impulsada por grupos religiosos como escudo para disimular su intolerancia y su fascinación por cercenar derechos. Estos sepulcros blanqueados, por usar una metáfora bíblica a la que son tan afectos, exponen con escándalo la incongruencia de su declaración “profamilia”.

Muchos de los que la votaron soportan demandas de la madre de su hijo por prestación alimentaria, otros por la negativa a reconocerlos y algunos tienen antecedentes de violencia doméstica. Son pocos los casos de acoso, porque son especialistas en convertir a sus chongas/os en funcionarias/os del Parlamento. Si ocurre un embarazo no deseado, no dudan en pagarles un aborto seguro. Eso sí, a la hora de blanquear a los miembros del Tribunal de Justicia Electoral, todos ellos votaron a favor. Se declaran, orondos, “provida y profamilia”. Los respetaré el día que se declaren “propatria” y actúen en consecuencia.

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)

www.ultimahora.com

Sección OPINIÓN

Sábado, 22 de Diciembre de 2018

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