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ALFREDO BOCCIA PAZ

  EL VATICANO MIRA AL MONSTRUO - Por ALFREDO BOCCIA PAZ - Sábado, 02 de Marzo de 2019


EL VATICANO MIRA AL MONSTRUO - Por ALFREDO BOCCIA PAZ - Sábado, 02 de Marzo de 2019

EL VATICANO MIRA AL MONSTRUO

 

  Por ALFREDO BOCCIA PAZ

 

  galiboc@tigo.com.py

 

La cumbre que reunió a los líderes de la Iglesia en el Vaticano para enfrentar el flagelo de la pederastia no tiene antecedentes. Para las víctimas sus resultados fueron decepcionantes. Cuestionan que se haya tardado tanto en convocar una reunión como esta.

Se ha llegado a este estado de escándalo porque desde hace décadas la Iglesia Católica puso sus intereses y la ley canónica por encima de los damnificados y porque su estructura jerárquica promueve una cultura de sumisión a sus obispos.

El mensaje final de Francisco tampoco tuvo la contundencia que se esperaba. Si bien reconoció con claridad la plaga que azota al clero y mostró su disposición a escuchar con humildad el testimonio de los que demandan justicia, las medidas anunciadas no pasan de generalidades.

Algunas de sus afirmaciones –“los que critican a la Iglesia son parientes del diablo” o “el feminismo es un machismo con faldas”– sonaron inoportunas en ese ambiente de expectativa.

Sin embargo, me parece justo que también se tenga una mirada optimista sobre lo discutido por todos los presidentes de conferencias episcopales del mundo. Una reunión así sería impensable hasta hace poco. Hay que reconocerle al papa Francisco el valor de convocarlos a hablar sobre la pederastia. Sus predecesores habían preferido encubrir el problema antes que afrontarlo. En la cumbre se escucharon las voces de las víctimas, se habló con crudeza sobre el encubrimiento a los abusadores y se reconoció que los mismos no son personas “sagradas”, inmunes a la acción de la justicia civil. Los obispos hablaron sobre lo que siempre callaron. Por ejemplo, sobre los abusos sexuales de monjas por parte de sacerdotes. Esto es inédito en una religión en la que hablar de sexo tiene resonancias pecaminosas.

Tan minada estaba la credibilidad de la Iglesia que ya no le quedaba otro camino para ser fiel a sí misma que ponerse del lado de la víctima y no del victimario. “Debemos mirar a este monstruo a la cara sin temor, si realmente queremos conquistarlo”, dijo Alessandro Gisotti, portavoz del Vaticano. Por si alguna duda quedaba sobre la veracidad de lo dicho, ocurrió la condena del cardenal australiano George Pell por el abuso sexual de dos menores en los años noventa. Esto fue demoledor, era nada menos que el número tres del Vaticano. Admirador de Joseph Ratzinger, pudo haber sido su sucesor si no se producía su renuncia. Los tentáculos del monstruo llegaban a la cabeza del Papado.

Han tardado mucho en atreverse, pero finalmente han mirado al monstruo. Después del asombro, sobran las palabras. Los abusos sexuales en el clero requieren acciones. Es lo que Francisco les ha dicho a las conferencias episcopales del mundo. Incluida la del Paraguay, recordemos. Un país en el que sus obispos se caracterizaron por mirar para otro lado cada vez que se oía una denuncia.

 

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)

www.ultimahora.com

Sección OPINIÓN

Sábado, 02 de Marzo de 2019

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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