ACUERDO AMBIENTAL QUE INCITA ABORTOS

Por ALFREDO BOCCIA PAZ

En Escazú, Costa Rica, se firmó en marzo de 2018 un Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe. Con un nombre tan largo es natural que terminaran llamándolo Acuerdo de Escazú. Nuestros países decidieron actuar coordinadamente a nivel regional hacia una mayor protección de los derechos ambientales. En lo esencial, patrocina tres derechos: El de información, el de la participación y el de la Justicia, respetando la soberanía de los países.

El Acuerdo de Escazú complicará la vida de los que lucran con la ilegalidad ambiental, pues permitirá monitorear mejor la trazabilidad, el uso de agroquímicos prohibidos, la usurpación de tierras, la deforestación y la contaminación de los recursos ambientales. Paraguay fue una de las 21 naciones del continente que lo suscribió y estaba en proceso de ratificarlo. Hasta ahora lo hicieron cinco países y se necesitan once para que entre en vigencia. Con ese fin se había convocado a una audiencia pública en el Congreso, la que, sorpresivamente fue suspendida pues el Gobierno decidió retirar el Acuerdo para “revisarlo”.

¿Qué había pasado? Que el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, había difundido un video en el que se dirigía “a los agentes de vida y familia” a una reunión urgente tendiente a evitar la ratificación de dicho Acuerdo, pues era una “amenaza proveniente de la ONU” que apuntaba a imponernos la aceptación del aborto, la ideología de género y la eutanasia. Estas raras declaraciones provocaron una apasionada polémica entre grupos que estaban a favor o en contra de Escazú sin haber leído una línea del mismo.

Casi simultáneamente, la Unión de Gremios de la Producción (UGP) manifestó su rechazo al Acuerdo por temor a que afectara el comercio al crearse barreras paraarancelarias. Las organizaciones ambientalistas sostienen que eso no tiene sustento, aunque reconocen que quizás sea prudente postergar la ratificación de un texto que requiere un debate sereno.

Ahora, ¿cómo un acuerdo sobre acceso a la información y a la Justicia en casos ambientales se vincula con el aborto y la “ideología de género”? Solo con mucha imaginación, pues no hay relación alguna por ningún lado. Como el arzobispo no pudo explicarlo, hay que remitirse a los argumentos falaces o a las teorías conspiranoides más delirantes esgrimidas por algunos voceros “provida”. Les falta repasar la primera encíclica del papa Francisco, Laudato. Sí, un magnífico alegato en favor de una acción mundial unificada para combatir la degradación ambiental y el cambio climático.

La palabra de un arzobispo tiene más peso que la de los propios partidos políticos, por eso es grave que desinforme a la población. Supongo buenamente que la sincronía con el reclamo de la UGP es una mera casualidad. En cualquier caso, todos sabemos que si se desea sabotear algún proyecto en este país basta con acusarlo de promover el aborto. El truco no falla.

Por eso, está bueno el irónico tuit de Enrique Cosp: ¿Qué tal si empezamos una campaña para instalar que la corrupción fomenta el aborto y la ideología de género? Paraguay, potencia mundial en cinco años a base de puro fanatismo.

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)

www.ultimahora.com

Sección OPINIÓN

Sábado, 07 de Diciembre de 2019

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