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HERIB CABALLERO CAMPOS

  EL PERIODISMO DE GUERRA EN EL PARAGUAY (HÉRIB CABALLERO CAMPOS y CAYETANO FERREIRA SEGOVIA)


EL PERIODISMO DE GUERRA EN EL PARAGUAY (HÉRIB CABALLERO CAMPOS y CAYETANO FERREIRA SEGOVIA)

EL PERIODISMO DE GUERRA EN EL PARAGUAY

(1864-1870)

HÉRIB CABALLERO CAMPOS*

CAYETANO FERREIRA SEGOVIA*

*. Universidad Nacional de Asunción (Paraguay)

 

 

Los periódicos editados durante la Guerra de 1865 hasta 1870 por el gobierno paraguayo fueron elementos relevantes no solo para canalizar las informaciones que el gobierno precisaba que se difundieran entre las tropas y la población, sino que también crearon la imagen estereotipada del enemigo y utilizó como idioma el guaraní, si bien no con preferencia ni con exclusividad, pero por primera vez en el periodismo paraguayo en forma sistemática.

El tema ha sido estudiado por Centurión, (1) quien describe las principales características de dichos periódicos; Josefina Plá (2) analizó el uso del castellano y el guaraní en los periódicos; Vázquez (3) demostró la importancia de El Centinela para la defensa Nacional; Simón ha realizado la descripción más completa sobre dichos órganos de prensa. (4) Plá, Escobar y Seiferheld (5) estudiaron el valor de los grabados publicados en el Cabichuí, siendo este trabajo el más innovador y relevante realizado hasta el momento. En el estudio de la evolución del uso del Guaraní desde su condición de oralidad a lengua escrita Villagra ha investigado a estos periódicos. (6)

Dichos periódicos se enfrentaron a una serie de dificultades, no se ha podido precisar la cantidad de ejemplares impresos, pero evidentemente no habrán sido muchos, pues tenemos constancias de que desde el inicio del conflicto el principal problema fue el abastecimiento de papel. (7)

Debido a este factor limitante, tanto en el frente como en las poblaciones de la retaguardia, la difusión de las noticias y comentarios se realizaban mediante el sistema de publicación de bando. Por ejemplo el Comandante de Villa Franca comunicaba cuanto sigue: «... acusar con el más profundo respeto a VE. recibo de los números setenta y setenta y cinco del "Semanario " de Avisos cuyos contenidos ha hecho saber y entender á la tropa y á los vecinos de esta Villa ... ». (8)

 

 


NOTAS:

1. Carlos R. Centurión (1947), Historia de las Letras Paraguayas: Época Precursora. Época de Formación, Buenos Aires: Ayacucho, 1947, pp. 283-289.

2. Josefina Plá, Obras completas-Historia Cultural. - Asunción: RP ed.-Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1992, vol. IV, pp. 14-15.

3. José A. Vázquez (1964), Prólogo a la edición facsimilar de El Centinela, Asunción: Fondo Editorial Paraquariae, 1964.

4. Víctor Simón Bovier (1966), «El Periodismo combatiente del Paraguay durante la Guerra contra la Triple Alianza: Homenaje a la Epopeya Nacional», in: Anuario de la Academia Paraguaya de la Historia, Asunción, 1966, vol. 11, pp. 47-115.

5. Josefina Plá (1984), «El Grabado: Instrumento de la Defensa»; Ticio Escobar (1984), «La Imagen como arma de combate: El Grabado de la Residencia»; y Alfredo Seiferheld (1984), «El Cabichuí en el contexto Histórico de la Guerra Grande», en edición facsimilar de El Cabichuí, Asunción; Museo del Barro, 1984.

6. Delicia Villagra-Batoux (1996), Le Guaraní paraguayen: De l'oralité á la langue littéraire, Lille: ANRT, 1996; trad. casi.: El Guaraní paraguayo: De la oralidad a la lengua literaria, Asunción: Ambassade du France au Paraguay & Expolibro, 2002, 391 xxi p.

7. Archivo Nacional de Asunción (ANA), Colección Río Blanco (CRB), 3968. Carta de Gumersindo Benítez a Luis Caminos, Asunción, 27 de junio de 1865 y ANA, CRB, 3970, Carta de José Berges a Luis Caminos, Humaitá, 27 de junio de 1865. En ambos documentos se solicita el envío de papel para que no se detenga la impresión del Semanario.

8. ANA, CRB, 3796. Telegrama de Ciriaco Molinas al Ministro de Guerra y Marina, Venancio López. Villa Franca, 7 de abril de 1865. Esta práctica parece que era común antes del conflicto según consta de la carta del Juez de Paz de Carmen del Paraná Juan Gregorio Duarte, al Ministro de Gobierno del 12 de septiembre de 1863 en ANA, Nueva Encuadernación (NE), 3250.



LA IMAGEN DEL ENEMIGO


La imagen del enemigo que se creó en los periódicos de trinchera será analizada a partir de las categorizaciones realizadas por Perceval, quien sostiene: «Las imágenes negativas van unidas normalmente a la explotación, la necesidad de exclusión o la eliminación del contrario, el miedo que produce su presencia inquietante o el sueño posible de una revancha de su parte». (9)

La sociedad «hace funcionar estas imágenes como algo interno a la sociedad viril que las crea, formando un monstruo de pesadilla que es lo contrario del ideal...». Por lo tanto para demostrar su superioridad la sociedad en cuestión construye el otro frente al varón adulto y libre como un niño, una mujer o un animal «...arquetipos adyacentes y perfectamente identificables...». (10)

Debido a que hemos constatado que de las tres imágenes negativas clasificadas por el autor, la utilizada por la prensa de trinchera fue la animalización preferentemente. Otras imágenes producidas son las siguientes: la primera se entronca con la tradición cristiana española con la imagen del Santiago Matamoros que venció a los invasores infieles (moros); otra imagen utilizada es la que alude a la condición de esclavitud de los soldados brasileños frente a la condición de ciudadanos de la mayoría de los soldados paraguayos. En pocas ocasiones se utilizó la feminización del enemigo. Con respecto a la animalización Perceval sostiene que se trata del «grado inferior de la escala que analizamos ya que, aunque pueda ser protegido, querido o mitificado por sus características físicas, dependerá absolutamente de su amo al que debe obedecer y al que rendirá sus servicios e incluso su propia vida». Además la imagen del enemigo conlleva la carga de la peligrosidad del animal, incluso del domesticado, por lo cual «el varón podrá matarlo cuando no responda a sus fines o se convierta en lastre». (11)

Es así que en los cuatro periódicos se produce una constante alusión a los enemigos como animales, ya sea identificando a los jefes y constantemente al grueso del ejército aliado compuesto por las tropas brasileñas.

En El Centinela se hace alusión a la Triple Alianza a través de un epigrama el cual dice «Ven acá bruto animal, definido por tres puntos: ¿Cómo pueden estar juntos mono, perro y gato en un morral?». (12)

Con respecto a los brasileños, son constantes las alusiones al color de su piel «negros» en varios números, así como a su condición de esclavos. Esta contraposición de libre/esclavo se da por ejemplo cuando se afirmaba que «Porque el Brasil y sus negros han venido cargados de cadenas y coyundas para uncir a nuestras esposas y a nuestras has », (13) «Los negros tendrá que agradecernos porque al fin los haremos vivir sin cadenas» (14) o «...turba de siervos y esclavos que han osado profanar el sagrado suelo de la Patria». (15)

Con respecto a la animalización de los brasileños, se alude a ellos como «gusanos», «macacos», «gallos chinos que solo son valientes en el gallinero». Además se produce una demonización de las tropas cuando afirmaban que «los negros y los no negros que mueren en el ejército invasor se van casaca y todo al infierno», (16) así como al comandante brasileño marqués de Caxía lo llamaban «Cachidiablo» (17) o cuando exhortaban a los soldados paraguayos a luchar «... aunque sea con todos los demonios en figura de negros». (18) En este sentido la personificación del «Matamoros» la lleva el llamado don Mateo Matamoros que vendría ser la representación del periódico mismo.

Con respecto a los ejércitos argentino y uruguayo prácticamente no hay alusiones, salvo como «pobres argentinos que como los orientales van cayendo en el garlito de Don Pedro». (19)

El Cabichuí continúa el empleo de la animalización como recurso de representación del enemigo, es así que en su primer número describe a los aliados como «La triple alianza es un género de animal concebido en el Brasil y dado a luz en Buenos Aires la noche el 1º de Mayo de 1865. Sus padres son la ambición, la iniquidad y el crimen... Se divide en tres individualidades Pedro II, Mitre y Flores». (20)

En este periódico fueron diversas las alusiones hacia los «macacos» o los «rabilargos», por lo que explicaban a sus lectores: «Los macacos proceden en línea recta de la famosa y distinguida familia orangután oriunda de Angola en África y que por uno de esos sucesos que la historia narra, se vio en la necesidad de trasladarse los mares a estas pintorescas comarcas estableciéndose en las vastas forestas de América del Sud llamado Brasil, hizo alianza con la de los monos de cuya unión salieron los macacos». (21)

Se nota una fuerte tendencia a esa animalización del enemigo. Al referirse al comandante uruguayo Gral. Venancio Flores lo representan como «un perrito de Pedro II», asimismo se producen varios calificativos despectivos para los demás generales de la Alianza. Con respecto a la feminización se encuentran alusiones a «La Señora Triple Alianza» y la calificación de «afeminado» al ejército brasileño.

Encontramos alusiones a los Generales Mitre y Flores, los cuales son presentados como «vampiros, que se levantaban cubiertos, en las sombras de la noche á chupar la sangre de sus hermanos y sus amigos... ». (22)

En La Estrella se continúa con la imagen animalizada del adversario y por sobre todo se destaca la valentía del soldado paraguayo, apela a la remembranza de los valientes que lucharon en las diversas batallas de los años anteriores.

La utilización de la imagen animalizada del adversario es una respuesta -como sostiene Seiferheld- a la condición de «salvaje» en la que consideraban los aliados a los paraguayos. Creemos que con esta apretada síntesis podemos sostener que el enfrentamiento no solo se dio en los campos de batalla, sino también en el campo de las imágenes, pues ambos bandos enfrentados utilizaron imágenes estereotipadas del otro.


10. Ibídem, p. 45.

11. Ídem, p. 50.

12. El Centinela, n° 30, 14-11-1867, p. 4.

13. El Centinela, n° 1, 25-04-1867, p. 1.

14. Ibídem, p. 3.

15. El Centinela, n° 15, 01-08-1867, p. 1.

16. El Centinela, n° 2, 02-05-1867, p. 3.

17. El Centinela, n° 26, 17-10-1867, p. 2.

18. El Centinela, n° 22, 19-09-1867, p. 4.

19. El Centinela, n° 6, 30-05-1867

20. Cabichuí, n° 1, 13-05-1867, p. 3.

21. Cabichuí, n° 3, 20-05-1867, p. 3

22. Cabichuí, n° 26, 05-08-1867, p. 2.



EL IDIOMA GUARANÍ EN LOS PERIÓDICOS DE TRINCHERA


En la búsqueda de un abordaje certero sobre las circunstancias que envolvieron al uso del idioma guaraní durante la contienda bélica en cuestión, nos planteamos las siguientes interrogantes: ¿Por qué razón en Paraguay se creó e implementó el periodismo de guerra en la trinchera? ¿Hasta qué punto pudo haber contribuido para el robustecimiento de la moral, en el ánimo de la tropa y del pueblo en general, la implementación del guaraní en dichos periódicos?

El idioma o la lengua constituye, precisamente, uno de los componentes necesarios en la formación de identidades socioculturales dentro de una nacionalidad. (23) Desde esa óptica, el guaraní ha guardado un estrecho vínculo entre los orígenes de este país y la paraguayidad, como sentido de nación. Recordemos que en el seno familiar, desde inicios de la conquista y durante todo el período colonial, se produjo una situación de monolingüismo, extendiéndose dicha condición probablemente hasta la conclusión de la Guerra contra la Triple Alianza, por lo que es lógico suponer que la mayoría de los paraguayos sentían, pensaban y obraban conforme a la estructura mental del guaraní. (24)

Lamentablemente, este aparente estado ventajoso que tuvo la lengua vernácula en el Paraguay no fue suficiente para arraigarla como un idioma de prestigio y poder en el dominio público ya que el mismo quedó reducido al ámbito doméstico. (25) En lo referente a la escritura y los protocolos gubernamentales se optó oficialmente por el castellano relegando a la lengua guaraní al coloquio íntimo (26) atribuyéndole un papel subordinado en el mundo de la cultura paraguaya. Aun así, debe reconocerse la tesonera labor de órdenes religiosas como franciscanos y jesuitas, quienes posibilitaron la codificación del idioma intentando conciliar la fonética con la grafía, objeto aparentemente complejo y no exento de ambigüedades ya que nunca pudo establecerse un grado de uniformidad sobre su escritura. La experiencia del guaraní como «lengua clásica» escrita en las reducciones terminó en un rotundo fracaso por resultar utópica en su propuesta. (27) Ese guaraní escrito y hablado quedará vigente solo en aquellos religiosos que compartieron la experiencia de participar en el proceso de aprendizaje y enseñanza en el entorno de dichas reducciones. A partir de allí y durante casi todo el siglo XIX se inicia el proceso de instalación de un guaraní más paraguayo y fundado exclusivamente en la oralidad.


23. Los antropólogos han estudiado las características culturales de una sociedad, término con que nos referimos a un grupo de personas que ocupa un territorio concreto y que habla una lengua común que los pueblos vecinos normalmente no entienden. Carol R. Ember & Melvin Ember (1973), Cultural anthro- pology, Englewood Cliffs [NJ]: Prentice hall, 1973, xi 411 p.; trad. cast.; Antropología cultural, Madrid: Prentice Hall, 1997, p. 24. Cfr. con Villagra-Batoux, op. cit., 1996, p. 40.

24. Para el antropólogo y lingüista Bartomeu Meliá el Paraguay nunca ha sido bilingüe y que recién ahora está empezando a serlo. Artículo de la Revista VIDA de última Hora, n° 150, 17-18 de marzo de 2001,p.28.

25. Como dirá Cardiel, «en el Paraguay de los colonos, el Guaraní era la lengua coloquial, la lengua de la casa, de la calle y de la chacra. Era incluso la lengua de la Iglesia para la predicación». José Cardiel, Declaración de la verdad, Buenos Aires: Imprenta de J.A. Alsina, 1900, p. 389, citado en Bartomeu Meliá (1969/76), Una nación, dos culturas, Asunción: RP Ediciones & Centro de Estudios Paraguayos "Antonio Guasch", 4º ed., 1997, p. 41, artículos públicos en Acción.

26. León Cadogan (1958), «En torno al bilingüismo en el Paraguay», in: Revista Antropológica, Sáo Paulo, vol. VI, n° 1, pp. 23-30, 1958, citado en Bartomeu Meliá, op. cit., 1997, p. 41.

27. Bartomeu Meliá (1995), Elogio de la lengua guaraní: Contextos para una educación bilingüe en el Paraguay, Asunción: Centro de Estudios Paraguayos "Antonio Guasch", 1995, p. 25.



EL USO DEL GUARANÍ


El guaraní se transformará no solo en el conductor natural del fervor patriótico de los paraguayos sino en el principal intérprete del drama, de la tragedia y de las penurias de un pueblo que procuraba afanosamente salvar su integridad y honra. «Era la lengua en que lloraban las mujeres de la residente [sic] y en la que odiaban y peleaban los varones de nuestra tierra». (28)

En vistas de que el guaraní tendría un uso masivo e importante en la redacción del Cacique Lambaré, Solano López toma la precaución de llamar a una Convención en Paso Pucú el 18 de mayo de 1867 donde una Comisión (29) debía dictaminar sobre la conveniencia de establecer una ortografía popular que intentaría resolver las irregularidades y defectos que se presentaban en los periódicos con respecto a la redacción de vocablos en guaraní. (30)

De todos modos, el propósito de uniformar la ortografía guaraní para dotarla de un abecedario que refleje fielmente la correspondencia entre fonemas y letras se dio de manera muy reciente, tras los congresos científicos de la década del 50 del siglo pasado. (31) En su análisis sobre la grafía implementada en los periódicos de trinchera, González Torres encuentra en realidad muy pocos cambios con la grafía anterior a ese congreso. Así, tanto en El Centinela, (32) el Cabichuí, el Cacique Lambaré (33) y La Estrella siguió la confusión, aunque de manera discontinua, sobre el uso de la y, para representar el sonido gutural; h, para la aspiración; j, para la ye; k, para la c dura y los acentos para la nasalización. (34)

Al analizar el uso del guaraní en la disyuntiva histórica de sobrevivir como país independiente se puede decir que ella sirvió para la afirmación constante de sus rasgos identitarios, en especial oficiará como signo distintivo de cohesión y fortaleza ante lo foráneo, sospechoso y desconocido. Por consiguiente, Francisco Solano López, al aprobar la creación de los periódicos de trinchera, no hizo otra cosa que seguir la tradición instalada por su padre de hacer funcionar un órgano propagandístico e informativo al servicio de los intereses de la República capaz de establecer en la opinión pública nacional sentido heroico y justo de la causa de la defensa. Asimismo hay que destacar que estos periódicos de trinchera sirvieron para dejar fluir la veta literaria y propagandística de un período en que el romanticismo fue acuñado como expresión del paradigma de un país sumergido en las aguas del nacionalismo combativo, idealista y profundamente liberal.

Recordemos además que en su momento uno de los factores portadores del nacionalismo europeo fue el nacimiento de la literatura vernácula cuya propagación, gracias a la prensa escrita, reforzará los vínculos de identidad local entre los miembros de una comunidad con características históricas y culturales comunes. Asimismo, en Paraguay el guaraní recibirá su mayor promoción como literatura profana y con propósitos ideologizantes a través de la prensa escrita en las trincheras donde bajo los sones de coplas, canciones y poesías hará las veces de amalgama entre la supuesta condición étnica (35) de los paraguayos y el bilingüismo considerados como expresión sociocultural emblemática de la cual nace cierta virtud y fortaleza moral frente a los vecinos y enemigos de turno.


«Ñapensa hae ñaconsidera ramo upe Brasil oiapo baecue, hae oiapo se ba rehe ndiiaicuaái etei iae baérá hese, porque yma oique güibe co mundo pe la religión cristiana pico, oique abei co civilización ojeé ha; hae upe güibe oñemomichi ohóbo yma guare barbárie [...] Brasil mante ndorespetái mbaébeba laia derecho ni ley; hae mante ágá pebe ogüereco léi ramo la esclavitud, opa itaby be bae iepe ohecha cuába léi naturalcontra pe gua, hae upéba...». (36)


28. Ida Genes Hermosilla (1976), «Actitudes hacia la lengua guaraní», in: Revista Ñemity, n° 3, 1976, P.9.

29. Integrada por escritores como Luis Caminos, Carlos Riveros, Andrés Maciel y Crisóstomo Centurión. Dionisio González Torres (1989), Sobre la grafia del guaraní: Revisión bibliográfica desde el siglo XVI, Asunción, s.p.i., 1989, p. 6.

30. Dionisio González Torres menciona que los resultados de dicha ortografía se perdieron con el paso del tiempo.

31. El guaraní paraguayo adoptó un alfabeto fonológico unificado recién en 1950, en conjunto con los demás países de la región guaraní, en un congreso de especialistas realizado en la ciudad de Montevideo. Este alfabeto, que generó una polémica de medio siglo, fue adoptado ante la ausencia de un alfabeto tradicional y sobre la base de los alfabetos populares que representaban demasiadas dificultades, por ser todos ellos adaptaciones improvisadas del abecedario castellano. Tadeo Zarratea (2002), Gramática elemental de la lengua guaraní, Asunción: Marben, 2002, p. 30.

32. El Centinela, n° 3, 09-05-1867, p. 4 aparece que la «j» hará de «y» consonante, quedando la «y» griega destinada a representar el sonido gutural que suena en palabras como yby.

33. El Cacique Lambaré, n° 2, 08-08-1867, p. 3, se publica que bajo el título de Moco¡ mbae, hae pité¡ hi ári.

34. Se usó la h para la aspiración: ha, hapo, hubicha. El sonido gutural y: sy, yby, pyhy, nasalización: ágá, atá ácábera, aspiración: hasa, haé, rehé, ye: aja, jabe, japo; c, qu, k: cuaa, corá, cuatia; g: ágá, mongya, mongyába; i, y: aipyhy, yaicuaba, ikyraba. Dionisio González Torres, op .cit., 1989, pp. 40-43.

35. Siempre se habló del mestizaje como fenómeno de homogeneidad y armonía social.

36. «Si pensamos y consideramos lo que el Brasil hizo y lo que quiere hacer no sabemos quien los querrá, porque desde que entró al mundo la religión cristiana, también entró la civilización de la que se habla; y desde ese entonces fue disminuyendo la barbarie [...] Sin embargo Brasil no respectó nunca clase de derecho ni ley; hasta ahora tienen como ley la esclavitud, hasta el más ignorante reconoce que eso es antinatural; y no contentos a los muchos que ya esclavizaron quieren dominar a toda América [...] Nos trajeron una guerra tan cruel igual a la época de la barbarie e ignorancia, porque ni los ignorantes mbya llegaron a hacer una igual...». Lambaré, artículo de fecha 5 de setiembre de 1867, n° 4, pp, 2-3,



LENGUAJE Y RECURSOS LITERARIOS


Con respecto al lenguaje utilizado como recurso literario en estos medios cabe destacar que los contenidos satíricos de las poesías, coplas y descripciones sobre los aliados poseían un carácter mordaz, virulento, burlón, incisivo y sarcástico como parte de una estrategia obligada para contrarrestar las campañas publicitarias y antiparaguayas que pretendían desteñir la gestión del gobierno del presidente Solano López a través de epítetos que lo vinculaban a la tiranía, la brutalidad, la barbarie y la infamia, como una antítesis de la civilidad experimentada en el contexto del Río de la Plata. Por eso, los redactores no tenían empacho en exagerar los defectos y errores de los enemigos y sobreexaltar las virtudes de los paraguayos.

En cuanto al porqué estos medios se valieron de la sátira y la jocosidad para caricaturizar a los enemigos circunstanciales podría deberse al hecho principal de que era importante mantener un orden psicológico y moral muy vinculado al optimismo y fervor patriótico a pesar de las calamidades y desgracias ocasionadas por la guerra, donde los sobrevivientes debían reponerse de inmediato a las adversidades de las derrotas y ante la lúgubre visión de la muerte. Además, aunque los paraguayos se comporten habitualmente de manera equilibrada y moderada, con una templanza que le impide exteriorizar sus verdaderos sentimientos, (37) sin embargo lo único que lo conmueve con facilidad es su propensión a la risa sincera que partirá desde una simple crítica o la caricaturización absoluta de personajes o situaciones adversas harto conocidas. En ese aspecto, Saro Vera menciona que: «El paraguayo domina lo trágico con la risa. De lo contrario lo trágico lo dominaría a él y lo anularía. Es de un sentimiento tan profundo que sin el humor, lo agobiaría lo doloroso. La risa es el producto de su mecanismo de defensa». Es más, para algunos estudiosos de la afección del paraguayo hacia la hilaridad sostienen que incluso: «Tenemos una habilidad especial para poner marcantes (aquello que señala o caricaturiza a una persona), sobrenombres o apodos para nuestro prójimo, salen ingeniosamente de nuestros labios». (38) Entonces, el propio Solano López y los redactores de dichos periódicos, conocedores de la  idiosincrasia del paraguayo no debieron dudar un instante para jugarse por la carta de la inyección anímica que provee la risa en base a la sátira y la ridiculización del enemigo

Idea para nada descabellada ya que la propia psicología freudiana «... concebía el humor como un mecanismo para afrontar la vida que permite a las personas reducir tensión y ansiedad al expresar impulsos obscenos u hostiles de una manera socialmente aceptable». (39) Se reconoce, además, que el humor ejerce una función social integradora y de aproximación entre las personas, vale decir que fortalece las relaciones de camaradería disminuyendo las distancias jerárquicas entre individuos. Al mismo tiempo se crea una atmósfera más amigable y de familiaridad entre los iguales. Para Sandra Ritz lo más importante es la función psicológica ejercida por el humor ya que «El humor del superviviente es un mecanismo de defensa activo que ayuda a la persona a enfrentarse a las amenazas y miedos en vez de hundirse en ellas. Pone de relieve el elemento absurdo que nos hace reír para no llorar. Ofrece una sensación de dominación sobre algo que esta fuera del control de la persona». (40)


37. Helio Vera (2001), En busca del hueso perdido: Tratado de paraguayología, Asunción: Litocolor, 9' ed., 2001, p. 194.

38. Según Romero, el paraguayo es afecto a reírse de los demás... y jamás se reirá de sí mismo, y mucho menos permitirá que se rían de él. Anibal A. Romero Sanabria (1997), Ya da... }a!!!: Reingeniería del paraguayito, Asunción: Fundación El Atelier, 1997, p. 146.

39. William F. Fry & Waleed A. Salameh (2001), Humor and wellness in clinical intervention, Westport: Praeger, 2001; trad. cast. de Eduardo Jáuregui Narváez: El Humor y el bienestar en las intervenciones clínicas, Bilbao: Desclée de Brouwer, Col. Serendipity Maior, n° 24, 2004, p. 43.

40. Sandra Ritz (1996), Humor del sobreviviente, Ann Arbor, 1996, p. 200 citado en Ibídem, p. 45.



DESCRIPCIÓN Y REFERENCIA AL ENEMIGO


En El Centinela, las comunicaciones y noticias estaban preferentemente en Castellano sin embargo en ciertos números arriesga columnas escritas en Guaraní o jopara bajo el título de cartas o contestaciones a las cartas del centinela Mateo Matamoros a su esposa Miguela, donde se comentan sus cuitas y periplos propios de los avatares de dicha guerra. A más de eso, se publican algunas coplas, canciones guerreras, poesías donde los redactores hacen mano mayormente de la sátira como recurso literario de este tipo de periodismo para ridiculizar al enemigo y estimular a las tropas paraguayas. En otro orden, aparecen de manera suelta a lo largo de las publicaciones los siguientes vocabularios guaraníes, toponimias, (41) materias vegetales, (42) armas, (43) vapores (44) y nombre propio de persona. (45)

En el Cabichuí, todo el cuerpo de la información se desarrolla en un alto porcentaje en idioma español salvo algunos vocablos sueltos, coplas, poesías y breves diálogos en Guaraní inspirados para denostar y ridiculizar al enemigo ocasional. Ya en su primer número anuncia que «sin ser filósofo, pertenece a la escuela de Demócrito. Empleará la hilaridad de su genio, acomodándose a los chistes que con tanta profusión prodiga los célebres actos de la triple alianza» (46) dando a entender que su principal recurso literario será la sátira valiéndose de los chistes para combatir al enemigo y en procura del robustecimiento moral de los soldados paraguayos. En una edición posterior mencionará que «es guaraní neto, siéndole por consiguiente muy delicioso el idioma de sus padres del que jamás podrá divorciarse [...] y porque tiende á hacer revivir, y abre un camino para explotar la literatura guaraní...».(47)

De esta forma se produce una declaración explícita de su compromiso con la causa nacional y el idioma guaraní en su afán de actuar como un soldado más para combatir a los invasores con el arma de la pluma. A partir de allí cuando hace referencia al enemigo en guaraní los reconoce como aña ray, así en una estrofa descriptiva se refiere: a Pedro II como aña tuya, y a su mujer como aña guaimi, (48) a Mitre y Flores aña rymba, a los enganchados aña remimoingo. También encontramos insertas en las poesías calificativos muy duros como camba carayá kyá, camba kua taíasu, aña rymba, cambá pitubaitá, tembiguái, byros, caraia, camba eta resabera, se podía llamar camba o cambaí a brasileros, argentinos y uruguayos, Cachimbo al Marques de Caxias, mymba pituba, burro tuia, ejército acarumbeado, enemigo tuiu, camba tuiu. Abundan los toponímicos; (49) algunas frases sueltas; (50) especies de la fauna y la flora; (51) Armamentos (52) y Onomatopeyas. (53)

Por su parte, en el Cacique Lambaré se produce lo inverso de los demás periódicos, allí el informativo se hace predominantemente en Guaraní y sólo ocasionalmente aparecen palabras en Castellano o giros en jopará. En ese sentido, en la primera página del primer número ya menciona el objetivo principal del periódico a manera de exhortación «...Lambaré cu coága heibo ñande ndibe: Toújepe mundo ñande ári ñande honor, ñande libertad, ñande róga, ñande yby, ñande reco, ñadefendéne ¿Maerápa ja ikoseve ne icatuiramo ni ña nepytuhé ñande jaipotaháicha? [.. .] ¡Toicobe ñande Retá! ¡Toicobe ñande Rubichaguazu, imbojojapyra iba!». (54) Por otro lado, resaltan particularmente frases despectivas hacia el enemigo que con frecuencia se hacían peyorativamente sobre los defectos y debilidades de los mismos. Así, encontramos sentencias y calificativos como: «¡To mano Peru Brasil), ¡Tomano los cambai hae hembiguáicuéra!, ¡Tomano Brasil hae icambacuéra!» (55) cuando se hace mención al camba se los trata de pyamirí eta, byro, pituba, caraja, kyhyje reko, caraja cati, aña memby, entre otros.

Por último en La Estrella abundan los vocabularios sueltos en guaraní dentro de un cuerpo informativo desarrollado con predominancia del castellano, donde resaltan las toponimias (56) de áreas en las que se desarrollaron las batallas más renombradas, terrenos de campañas, u otros acontecimientos menores, además se citan algunos animales (57) que podrían servir como complemento alimenticio de la población. También, figuran nombres de unidades o regimientos militares (58) de combate, frutos, (59) motes (60) nombres propios de personas, (61) plantas o vegetales (62) y la permanente referencial étnica-cultural al guaraní.


41. Como: Paraguay, Curupaytí, Paraná, Ybicuí, etc.

42. Como el caraguatá, pindó, ybyra-iu-mi (La coca)

43. Como el cañón: Acáberá.

44. Como el Tacuarí, Yguréi, Paraguari, etc.

45. Como Pai Perú.

46. Cabichuí, n° 1, 13-05-1867, p. 1.

47. Cabichuí, n° 27, 08-08-1867, pp. 1-2.

48. Este periódico de caricaturas o imitación del «punch», Charivari (revista picaresca editada en Francia en el siglo pasado) tenía como objeto ridiculizar al emperador y emperatriz del Brasil, al Mariscal Caxias y su ejército, almirante Inhauma, con sus acorazados y a la Triple Alianza. Bovier, op. cit., 1966, p. 79.

49. En varios números aparecen lugares de batallas como: Paso pucú (Paso-Pucú), Tuyutí, Yataity corá (yataity-Corá), etc.

50. Guampa apo osé chebe, sombrero pucu «Cabichuí» raity rá, ¡agua iucaha, tubicha che gusta, che rembireco, reiurupete, ituiacue.

51. Como el kybu-kybu para compararlos con los negros que andan de culo por delante, cáráu, cabyta, tabú, mangayvy, araracá, syi, marácáná, ñendái, mamangá, tetéu, Ybyrá Pytá, ybirá, ¡apeusa, carumbe.

52. Como el acabará, (ácáberá), ñaépuá (ñaepua).

53. Como ¡chimplon!

54. Lambaré dice ahora con nosotros: aunque se nos venga el mundo encima nuestro honor, nuestra libertad, nuestra casa, nuestra tierra, nuestra vida defenderemos. ¿Para qué queremos vivir si no podremos respirar como queremos? [...] ¡Que viva nuestra Patria!, ¡que viva el Mariscal, que no tienen igual!

55. ¡Que muera don Pedro y el Brasil!, ¡Que mueran los negros 'y sus enviados serviles!, ¡Que muera el Brasil y sus negros!

56. Así se mencionan lugares como: Ytoróró, Abay, Yataitycorá (lataity), etc.

57. Como el mycuré, aguaraí, tatú, etc.

58. Como el Acamoroti, Acacaraiá.

59. Como el Jacoba.

60. Como el Cambaí, Sapucáimi.

61. Como el Pai Agüi, Pai Cepi, Pai Chiró, etc.

62. Como el mbaysybo, caraguatá.



CONSIDERACIONES FINALES


Interpretamos la utilización de la imagen de animalización por excelencia en los medios de prensa paraguayos como una posición de aumentar la degradación que hacían de ellos los aliados al considerarlos «incivilizados».

Otro aspecto conclusivo es que evidentemente para el gobierno paraguayo, que utilizaba estos medios para distribuir su opinión entre los soldados y la población civil, el enemigo era el ejército imperial brasileño siendo el blanco predilecto de los epítetos más fuertes y denostativos, frente a alusiones personales de los jefes de los ejércitos uruguayo y argentino. Especial tratamiento le dieron a Mitre, a quien dedicaron varios poemas y caricaturas aludiendo a su condición de «traidor».

Además, dadas las condiciones favorables y el ambiente psico-social e histórico en que fueron creados estos periódicos de trinchera quedó allanado el camino para que la lengua guaraní aportara su cuota de picardía, travesura y bravura en los campos de batalla combatiendo afanosamente por el engrandecimiento de la identidad nacional de los paraguayos. Estos periódicos más que un medio oficioso para la comunicación de guerra se transformaron en verdaderos soldados al servicio de la causa nacional y con propósitos bien definidos: en una primera instancia, elogiar permanentemente la inteligencia y el tino del Presidente Solano López y exaltar la bravura de los paraguayos en campaña alimentando así la alicaída autoestima de los combatientes; y en una segunda instancia, la ridiculización del enemigo en la búsqueda de la desmoralización de sus filas habida cuenta de la falta de cohesión del contingente militar y la carencia de identidad nacional de los ejércitos aliados, por supuesto esta última hipótesis de difícil concreción.


Fuente:


"NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN"

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES

CENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS

VOLS. XXVI Y XXVII, N°S. 1 Y 2

ASUNCIÓN DEL PARAGUAY

2008-2009 (242 páginas)
 
 
 
 
 
 
 
 
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Fuente: EL PERIODISMO DE GUERRA (TRIPLE ALIANZA)

Por BERNARDO NERI FARINA

Colección 150 AÑOS DE LA GUERRA GRANDE - N° 09

Asunción – Paraguay

Noviembre, 2013 (127 páginas)






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