PortalGuarani.com
Inicio El Portal El Paraguay Contáctos Seguinos: Facebook - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani
LORENZO LIVIERES BANKS (+)

  PARA LA COMPRENSIÓN DE UN DESARROLLO HISTÓRICO - Ensayo de LORENZO LIVIERES


PARA LA COMPRENSIÓN DE UN DESARROLLO HISTÓRICO - Ensayo de LORENZO LIVIERES

PARA LA COMPRENSIÓN DE UN DESARROLLO HISTÓRICO

Ensayo de LORENZO LIVIERES BANKS

 

Este trabajo presenta una peculiar visión sintética del desarrollo histórico del Paraguay teniendo en cuenta varios rasgos significativos de su acaecer. Estos rasgos fueron elegidos teniendo en cuenta la intrínseca constitución individual y social del proceso con sus respectivos fines y medios que aunados hicieron hacen y seguirán haciendo su realidad histórica integral.

 

En la primera parte se presentan en forma sintética los rasgos constitutivos del acaecer existencial humano, el papel de la memoria individual en ese proceso, los modos de conservación de sus resultados en la memoria colectiva, la participación confortadora del Cristianismo en la conciencia de identidad cultural de las poblaciones de Europa Occidental y América, el esquema de los respectivos procesos psíquicos y físicos inherentes junto con el de la función de las Ciencias y el efecto que todo ese genera en la vida contemporánea. Se recuerda también la realidad de los procesos de creación y afirmación de las entidades colectivas que proporcionaron el marco de actuación de los seres individuales, el desarrollo de esto de una conciencia crítica de dichos aspectos y en especial, el desarrollo de las organizaciones colectivas que enmarcan y también codeterminan, no solo los comportamientos colectivos, sino también la legitimidad, posibilidad y alcance de los comportamientos individuales que hacen parte de la unidad global. Se recuerda también en rasgos generales el desarrollo del Ciencia en general y el de las Ciencias humanas individuales y sociales, así como también en particular las concreciones de lo histórico, de lo social de lo político, como esquemas de incógnitas que los seres humanos han de estudiar para reconocer sus realidades y actuar debidamente sobe ellas.

En la segunda parte se hacen las observaciones pertinentes relativas al Paraguay.

 

1. RASGOS CONSTITUTIVOS DE LA EXISTENCIA HUMANA

La importancia del expreso recuerdo de ciertos rasgos constitutivos de la existencia humana, resulta del hecho de que por ser considerados en general como sobreentendidos, no hacen parte permanente de la conciencia viva, sino de la subconsciencia y aun de la inconsciencia de quienes deben tenerlos presentes, favoreciendo asi la concreción de males individuales y colectivos que la práctica de una memoria crítica consciente podría evitar o, por lo menos, amortiguar los dañinos efectos que genere.

 

Uno de los rasgos es la precariedad constitutiva de la existencia humana conformada esencialmente por un conjunto de necesidades físicas y psíquicas interrelacionadas, la principal de las cuales, en términos operativos, es justamente la de satisfacerlas adecuadamente.

Un tercero es la coordinada aptitud humana generadora y utilizadora de sus propios recursos físicos y psíquicos para el mejor desarrollo de la propia existencia.

En consecuencia, podemos expresar sintéticamente, que todo ser humano desde el inicio de su vida y hasta el final de ella, es creador y renovador de sus necesidades físicas y psíquicas y, a la vez, actor principal en la satisfacción de ellas. Entre las físicas se cuentan las que hacen a su desarrollo y mantenimiento corporal gracias a una alimentación periódica, al ejercicio de sus facultades, al aprovechamiento de sus recursos, a la eliminación de los desechos y de todo lo perjudicial para su existencia. En el ámbito psíquico, la necesidad mas importante es el desarrollo y ejercicio constante de la conciencia si mismo, es decir de la autoconciencia, y el reconocimiento del entorno, que incluye necesariamente el ejercicio de la memoria, pues gracias a ella conoce y, en su caso, conoce las necesidades propias y los modos y recursos para satisfacerlas. Esta práctica permanente del cuidado satisfactorio de sí mismo en los modos que de hecho cada actor humano considere adecuados, se llama Curia.

 

Pero esta práctica no es solitaria, como se podría inferir de lo expuesto, pues se debe tener presente que el antecedente necesario de ella es el proceso social anterior a su propia gestación, gracias a la faena conjunta de una madre y un padre, seres humanos con sus rasgos psíquicos y físicas propios, parte de lo cual pasa a ser transmitida genéticamente al nuevo ser vía reproducción y posterior educación. Por eso también, en la siguiente etapa que se inicia con el nacimiento y prosigue con la niñez y juventud la faena formativa existencial del nuevo ser humano exige necesariamente la tarea asistencial y educativa de otros seres humanos. En el curso de ellas y gracias al progresivo desarrollo de las facultades físicas y psíquicas propias, entre las cuales se cuenta la memoria o recuerdo de lo significativo que le viene aconteciendo interna y externamente, es ineludible una relación positiva tanto con los seres humanos que le rodean como con la Naturaleza en la que desarrolla su existencia, ya que gracias a eso, el nuevo ser humano crece y afirma su autoconciencia, es decir, la conciencia de su mismidad, que como tal es la fuente del reconocimiento de lo que le puede ayudar o perjudicar para su autoafirmación, y también la fuente y el eje sustentador y orientador del impulso propio para elegir y aplicar lo positivo y en su caso rechazar lo negativo. En la edad madura, con la ayuda del recuerdo de lo significativo valioso o perjudicial acontecido, el ser humano asume a cabalidad la responsabilidad del cuidado de sí mismo y de los seres humanos necesitados en su entorno, en particular, los nuevos seres humanos que el, a su vez, vaya a engendrar.

 

Y en relación a lo que antecede, puede ser útil recordar que el primer cuidado que recibe un ser humano nacido es generalmente el de la madre que lo dió a luz, ayudada por el padre y suplantada accidental o permanentemente por terceras personas, parientes o profesionales especializados como médicos y enfermeras.

 

En términos existenciales debemos reconocer, en consecuencia, que todo ser humano tiene necesariamente una doble dimensión constitutiva que es la de su mismidad individual y la de su intrínseca socialidad, o sea la de sersipismo y a la vez necesariamente ser-con-otros seres humanos. Este doble este doble rasgo constitutivo es estructuralmente inalterable aunque abierto a múltiples concreciones reales a lo largo de toda su vida.

 

En la etapa inicial de una vida humana la autoconciencia de ambos rasgos es relativamente oscura. Pero en el transcurso del tiempo, ella se ve progresivamente iluminada y enriquecida gracias al permanente cuidado de si mismo que incluye el ejercicio de la memoria propia hasta alcanzar la conciencia unitaria de sí mismo, es decir, da la unidad de sus necesidades, de sus facultades, de sus posibilidades e imposibilidades, y de los objetivos que le son inherentes. Y esta es la universal estructura constitutiva del ser y del quehacer humano universal.

 

La permanente puesta en práctica conjunta de lo que antecede por un grupo grande de personas con usos y costumbres comunes que coexisten en áreas territoriales determinadas consideradas como propias y en permanentes relaciones recíprocas genera un ente con identidad colectiva propia. La mayor de estas es la que llamamos Nación, la cual si tiene un sistema autoritario establecido propio que genera las normas de convivencia de sus integrantes, cuida que ellas se cumplan y sanciona el cumplimiento de lo debido, conforma la entidad colectiva que llamamos Estado, es decir una sociedad política aceptada como legítima por sus miembros, y también por terceros, vecinos o no vecinos que no forman parte de ella, pero que a su vez en esos mismos términos conforman sus respectivas sociedades políticas análogas en su propias territorios.

 

2. LAS ENTIDADES HUMANAS COLECTIVAS

Hace a toda entidad humana colectiva integrada por seres mortales la necesidad de conservar no solo en la conciencia personal de cada uno de sus miembros sino también en la de sus sucesores inmediatos y mediatos los rasgos constitutivos y definitorios de ella gracias a los recursos de esa memoria que en un primer momento inicial se ocupa solo de lo necesario inmediato, y posteriormente, de todo lo que hace a la realidad precaria de los seres humanos individuales y del ser colectivo en permanente decurso temporal.

 

Esta suerte de proceso universal, a pesar del transcurso del tiempo y de las inevitables renovaciones del elemento humano constitutivo supone la existencia de un activo y eficaz sistema de mantenimiento de esa identidad colectiva propia respecto de los demás seres humanos, los contemporáneos y sus sucesores inmediatos e mediatos que conforman el resto de la Humanidad. Eso implica el acaecer de la comunicación social, cuya práctica mas elemental es la de la tradición oral. En los países más desarrollados de la antigüedad a ese medio se le agrego una forma peculiar de memoria objetivada que es la Crónica documentada de ella, es decir el relato escrito más o menos detallado de lo acontecido. Este tipo de documento escrito devino así, en lo pertinente y en los límites de su redacción, el antecedente testimonial objetivo de un pasado cierto para cualquier interesado

 

A partir de la época en que se afirmo el Cristianismo en Occidente, el concepto de una totalidad existencial colectiva común para toda la Humanidad estuvo determinado en gran medida por la concepción propia de este movimiento religioso y cultural relativa a la igualdad del origen y destino divino de todos los seres humanos que fue, y sigue siendo todavía, uno de los pilares sustantivos de la realidad histórica de Occidente. A eso se le sumó mas tarde, junto con el incremento poblacional, el desarrollo progresivamente completo de lo económico-social y político es parte de la vida individual y colectiva de todos los seres humanos. Este proceso a partir del saber filosófico greco-romano, originó a su vez el desarrollo paulatino de un nuevo tipo de reconocimiento de la Naturaleza en general y del Hombre en particular, al margen de exclusivas predeterminaciones religiosas, Dicho nuevo tipo de reconocimiento es e científico verificado y verificable por cualquier interesado, como resultado de la práctica cognoscitiva critica de diversas Ciencias -en permanente evolución hasta hoy- que se ocupan de la realidad humana en sus múltiples aspectos psíquicos y físicos y, en consecuencia también del orden natural que la conforma a ella y a la vez la rodea. Gracias al monumental desarrollo de esas Ciencias, se dio y se sigue ando el constante reconocimiento de nuevas realidades naturales, sociales e individuales de las que hacen parte sus respectivas consecuencias operativas. Éstas, a su vez, vuelven a demandar la elaboración de nuevos modelos o proyectos de convivencias humanas individuales y colectivas que, puestas en práctica a su vez generaran lo inherente para ir conformando el permanente acaecer histórico, político y social humano, y, el consecuencia también, el de la sociedad paraguaya.

 

3. EL TRIPLE RASGO CONNOTATIVO DEL PROCESO SOCIAL

A continuación nos referiremos al proceso aunado de tres rasgos de la existencia humana colectiva que son de enorme importancia para la comprensión de ella: lo histórico, lo "social" y lo "político".

 

En el lenguaje usual, se utiliza el predicado histórico, para enfatizar la importancia que en la existencia humana fue un acontecimiento pasado, lejano o cercano. El predicado "social" a su vez es usado en ese mismo lenguaje para connotar lo que es inherente a la convivencia humana. Por otra parte, el predicado "político", se aplica en general a lo vinculado con el orden de comportamientos individuales y sociales, establecido en una colectividad humana con identidad pública propia y, por lo tanto, en particular con la práctica autoritaria desarrollada en ella.

 

Sin embargo, en vista de las consideraciones que anteceden, estas comprensiones vigentes en los países del mundo occidental, y, por lo tanto, también el Paraguay deben ser analizadas. Corresponde pues revisar críticamente el funcionamiento, la precisión y el alcance de ellas.

 

La palabra "fundamento" es entendida comúnmente como el sustento de la realidad efectiva de algo. En el presente ensayo ese "algo" que nos ocupa es la República del Paraguay, es decir el Estado nacional paraguayo, que reconoce sus antecedentes primeros en las organizaciones puestas en práctica en la Europa Occidental, a partir de la Antigüedad griega y romana y prosiguió luego, con las modificaciones consideradas necesarias, en las organizaciones correspondientes a las etapas históricas del Medioevo y de la Modernidad para finalmente llegar a las de la realidad contemporánea actual.

 

En nuestro país, y en América e general, corresponde tener también presente a las diversas organizaciones tribales indígenas anteriores a la Conquista y todavía hoy penosamente sobrevivientes en poblaciones indígenas contemporáneas no integradas que, en tanto realidades humanas, deberían ser respetuosastracionalmente asistidas para que la integración futura de ellas se vuelva también una valiosa realidad para todos.

 

En general, la memoria colectiva es uno de los factores decisivos en el proceso organizado de la actuación personal y social. Como ya se expresó, pero conviene enfatizarlo de nuevo, ella ayuda a reconocer y evaluar lo necesario y lo útil a cada actor y a cada sociedad de la que hace parte. Es obvio que la conciencia cabal de esto fue la que impulsó y sigue y seguirá impulsando en parte el desarrollo de las Ciencias Psíquicas y Físicas que se ocupan de diversos elementos constitutivos de lo natural dado y de sus componentes, el humano incluido.

 

En toda concepción científica, las entidades singulares, y la unidad de ellas, están reconocidas por sus respectivos rasgos constitutivos, es decir, por sustancias categoriales con atributos reconocibles, también categóricamente establecidos pero variablemente realizados, que conjuntamente va con la identidad individual de cada una de ellas, y a la vez gracias a la interacción racional de ellas, también la identidad activa de la relación aunadora de ambas.

 

Pues bien, el claro reconocimiento objetivo de esta compleja realidad fue el origen de que en el mundo europeo primero, y posteriormente también en el americano de los últimos tiempos, se desarrollara un peculiar proceso de superación crítica del hoy y para nosotros, modesto y sencillo conocimiento anterior de lo pasado y conservado en la memoria urbana colectiva gracias a las tradiciones orales y a las crónicas escritas de acaeceres individuales y colectivos significativos. Las tradiciones orales y las crónicas escritas siguen siendo todavía una práctica universal. Pero la posibilidad de la superación cualitativa en su potencial validez hermenéutica le dió recién con el nacimiento y desarrollo en Europa Occidental de sistemas ordenados de conocimiento del Hombre en su doble aspecto psíquico y físico, de la Naturaleza circundante en sus elementos constitutivos, y también de los múltiples aspectos y relaciones de ambas entidades entre si.

 

Al sistema ordenado de conocimientos de categorías de realidades le llamamos Ciencia. En consecuencia es la práctica en permanente actualización de ella la única que hoy puede y debe ser aprovechada para el autentico conocimiento de lo que verdaderamente conforman operativamente las realidades humanas. Y esto comprende no solo las Ciencias Político Sociales que se ocupan del acaecer humano colectivo, sino también las Físico-naturales que se ocupan de su asiento y entorno territorial y también de los correspondientes rasgos físicos que hacen al ser humano. A la puesta en práctica de la dimensión psíquica propia, siempre asistida por los rasgos físico-naturales también propios, le llamamos ejercicio de la Razón que autoorientando su propio accionar conduce al sujeto humano hacia el mejor desarrollo de su existencia integral.

 

Los resultados cognoscitivos hasta hoy alcanzados patentizan en forma decisiva la existencia de una suerte de complejo de entidades esenciales con sus atributos propios en permanente estado de acción conjunta para configurar la suprema realidad dinámica del Todo humano individual y colectivo.

 

Ahora bien, cómo explicar en el contexto de esta omnicomprensiva concepción racional el monumental desorden colectivo en la convivencia de ese Occidente europeo y del americano, que en el siglo XX supo de dos guerras mundiales e innumerables conflictos internos y extremos parciales si las entidades humanas colectivas y las realidades físico-naturales que hacen parte de ellas, eran manejadas por estos mismos seres humanos en ejercicio consciente de sus propias facultades. Nuestro propio país en la segunda mitad del siglo XIX con una población que no pasaba de quinientos mil habitantes vivió una devastadora guerra internacional, y sesenta y dos años después en la primera mitad del siglo XX con una población que no llegaba a un millón quinientos mil habitantes vivió nuevamente un segundo enfrentamiento guerrero internacional de penosas consecuencias. En vista de lo que antecede resulta harto comprensible el nacimiento y desarrollo de movimientos filosóficos existencialistas con la intención de presentar un panorama más complejo que el que se podía obtener con las variadas concepciones naturalistas sustentadas en los diversos tipos de racionalismos filosóficos esencialistas vigentes hasta troy.

 

 

4. CONCIENCIA COLECTIVAY CIENCIAS SOCIALES

En los países que conforman Europa occidental y América, se ha establecido teóricamente que la participación directa e indirecta de sus miembros, es decir del pueblo, es el principio legitimador de la puesta en práctica de la función autoritaria en las entidades políticas colectivas organizadas que conforman. Y asi, en la entidad colectiva mayor que hoy llamamos Estado, la voluntad suprema es la voluntad de todos los seres humanos hábiles, - por lo menos de la mayoría de ellos-que la conforman. Anteriormente, ese fundamento legitimador era otro como se expresa a continuación.

 

El primer orden político autoritario superior significativo en la Europa occidental cristiana, y en sus colonias americanas, fue el monárquico constituido por un Monarca -Emperador del Rey-que corporizaba humanamente el ser y el conocer debido de la realidad político-social comunitaria que regia o en la que imperaba y cuya legitimidad resultaba del origen dinástico hereditario, es decir familiar, de su procedencia. El era ayudado en sus tareas por un cuerpo de servidores inmediatos con sus respectivos títulos de Príncipes, Virreyes, Duques, Marqueses, Condes, todos dinásticamente legitimados, y con diverso grado y alcance de autoridad ejecutiva inmediata, ejercida directamente sobre la población en general pero subordinada a la imperial suprema.

 

Este tipo de ordenamiento estuvo en principio legitimado por el orden religioso reinante, que en el caso de Europa Occidental fue en su comienzo el de la Iglesia Católica Apostólica Romana. En el siglo XVI se desarrollaron en el Sacro Imperio Romano Germánico diversos procesos de Reforma Religiosa en determinadas áreas territoriales que pudieron afirmarse gracias a la ayuda prestada por las autoridades políticas locales tradicionalmente establecidas en ella. Este proceso de Reforma, sin embargo no pretendió afectar el orden político autoritario tradicional, y las autoridades locales se adhirieron a la nueva orientación religiosa, que la conocemos como Protestante, reafirmaron la bondad intrínseca de la práctica autoritaria tradicional hereditaria que, en consecuencia siguió siendo incuestionablemente obligatoria, es decir no discutible por los respectivos súbditos. Las consecuencias de esta concepción y de su correspondiente aplicación arrojaron los resultados conocidos.

 

Con el transcurso del tiempo este proceso ayudó en los sectores estamentales médicos de las mayores entidades políticas, al nacimiento y desarrollo de una conciencia relativa a la necesidad del cambio en la comprensión, fundamentación y modo de práctica del ejercicio de una práctica autoritaria legítima. En el sector de la Humanidad que nos incluye, el fundamento racional ofrecido para justificar la necesidad de este cambio se encontró en el énfasis dado a un rasgo propio de la existencia humana a la que le es inherente conocer la o las finalidades concretas perseguidas con la puesta en práctica de cualquier acto, la intrínseca razón de la oportunidad en que él es realizado, la singularidad del modo elegido para esa aplicación y finalmente, la conservación de todo este proceso significativo en la memoria individual y colectiva para proseguir, de acuerdo con los resultados obtenidos, con la aplicación de los modelos reconocidos como, válidos y hacer a un lado los modelos reconocidos como no válidos.

 

La necesidad de semejante proceso implicó necesariamente el desarrollo de una forma especial de lenguaje, el escrito, que permite conservar permanentemente el recuerdo de lo acaecido con sus rasgos -finalidad perseguida incluida y las consecuencias significativas generadas. Este fue el origen del desarrollo de detalladas Crónicas escritas de hechos significativos en una sociedad - en un principio eso que resultaba del ejercicio del orden autoritario político y religiosa superior colectivo-que posteriormente y mediante su progresiva sistematización dio origen a la Ciencia de la Historia política y religiosa en los países de Europa occidental y, como consecuencia de sus orígenes coloniales, también en los países de América. Posteriormente esta primera concepción de la Ciencia de la Historia se vio influida para bien por el gran desarrollo que en esa Europa occidental de la Edad Moderna primero y luego en esa misma Europa y en los Estados Unidos de Norteamérica de la Edad Contemporánea, tuvieron las Ciencias especializadas de distintos aspectos del acontecer humano como - además de las Físicas y Químicas de la Naturaleza - la Filosofía, el Derecho, la Psicología, la Sociología, la Economía, la Politología, la Lingüística, y otras con sus variadas especialidades y orientaciones. El uso de estos recursos en la investigación sistemática de lo acontecido y en la redacción escrita de sus resultados condujo a la realidad de la Ciencia de lo Historia contemporánea, es decir la que se desarrolla con una perspectiva científica moderna centrada en las rasgos constitutivos de lo analizado y en sus inherentes posibilidades.

Por esas razones, en la América de origen hispánico, portugués e ingles, esos estudios, en una primera etapa, tuvieron como cometido principal la revelación de los rasgos esenciales de los procesos de Independencia de los diferentes países que las componían incluyendo, desde la nueva perspectiva propia, el fundamento legitimo de ellos.

 

En los países de origen hispánicos esto significó el estudio de los rasgos significativos de las entidades autoritarias coloniales locales con su variada nomenclatura en función del tamaño e importancia de lo que estaba sujeto a su autoridad y que comprendían las recordados Virreinatos, Capitanías Generales, Gobernaciones, Provincias, y otras entidades menores que formaban parte de las anteriores. Con este criterio, los rasgos positivos y negativos de esa explotación colonial, se mostraron en su unidad como una puesta en práctica de la dialéctica existencial entre el amo-señor por un lado y el esclavo-siervo por el otro. Es decir que las procesos de Independencia conformaron una crítica al indebido régimen político-social monárquico desde el punto de vista humano contemporáneo que parte del principio de la igualdad originaria de todos los seres humanos y del consiguiente deber general de respetar esta concepción en la organización práctica de la convivencia común. El fracaso del intento de Iturbide de crear un Imperio mejicano fue una buena prueba de eso. Este implicó la necesidad de buscar la desaparición de las diferencias que contribuían a engendrarlas, entres las que se contaban las generadas por el sistema político monárquico que vivía de ellas. Y para lograrlo se trató de crear la conciencia de la verdadera realidad humana global asentada en las Colonias que obviamente no sabía de la necesidad de la igualdad de los seres humanos ni del respeto de las prácticas que ayudarían a lograrla a cabalidad en su desarrollo histórico.

 

El resultado de este proceso fue que las manifestaciones de la nueva concepción histórica en América se desarrollaron como un elaborado producto individual centrado en la presentación de la nueva realidad político-autoritaria debida posible y en la afirmación de eso como fuente legitimadora de los movimientos de Independencia americanos.

 

Establecida la nueva realidad independiente de los nuevos países, la siguiente tarea fue la de instaurar los rasgos constitucionales legítimos de las nuevas entidades políticas. Pero cuando se planteó el problema de conocer la auténtica realidad existencial pasada, presente y la futura deseada por ellos y para ellos, los recursos de la Ciencia histórica de entonces no fueron suficientes. Para entender esta afirmación debe recordarse nuevamente el entonces inexistente desarrollo de campos científicos que hoy son importantes para el conocimiento de la realidad existencial humana. Me refiero a la Politología, la Sociología, la Psicología, la Economía, la Lingüística, que en sus diversas formas permiten hoy hurgar fructífera y sensatamente en los diversos aspectos de la realidad humana conformada en las sociedades contemporáneas. En consecuencia, se imponía la necesidad de estudiar y conocer los rasgos constitutivos de toda entidad histórica colectiva y no limitarse solamente a lo político-autoritario como esencia última y definitiva de ella. Y esa es la razón fundamental que sigue impulsando el desarrollo actual de la Ciencia de la Historia, que tiene como finalidad permanente reconocer la compleja identidad de esas sociedades hoy con presuntas identidades político-sociales individualmente establecidas y reconocidas pero cuya puesta en práctica es públicamente denunciada como indebida. En este contexto es interesante recordar el caso del Brasil que no vivió un enfrentamiento con su madre patria por la sencilla razón de que la familia real se trasladó al Brasil adoptando el rasgo de una monarquía imperial, que solo después se transformó en República.

 

 

5. TRES VOCABLOS SIGNIFICATIVOS

En vista de lo expresado corresponde afirmar que el interesado en estudiar los problemas de su propia Sociedad debe reconocer la necesidad de revisar críticamente el sentido de los vocablos Sociedad, Política e Historia en ella utilizados.

 

Y ya en ese contexto corresponde recordar al filósofo Ferdinand Tönnies quien en una obra muy importante "Comunidad y Sociedad" expresó que comprender algo significa conocer tanto el sentido, es decir la imagen mental de ese algo, como también su significado, es decir la realidad objetiva efectivamente convocada y presencializada de ese algo. Pues bien, el conocimiento de esta muy importante distinción es el origen real del estudio crítico de los vocablos Historia, Sociedad y Política cuyos resultados se presentan a continuación

 

HISTORIA

En su acepción más amplia, este vocablo connota en primer término las secuencias de acaeceres existenciales humanos correlacionados que son puestos en práctica intencionadamente para generar nuevas realidades humanas valiosas, o para conservar firmemente vigentes las ya establecidas. También se usa para categorizar significativamente acontecimientos físico-naturales positivas o negativas que son conservados en la memoria humana individual o colectiva por agrandar consecuencias importantes para los seres humanos y en ciertos casos por obligarles a estos a la realización de faenas de conservación o restauración de lo valioso, y en su caso, de prevención de sus repeticiones.

 

Esos acaeceres humanos significativos pueden ser individuales o colectivos en su gestación, pero en sus efectos y significados son necesariamente individuales y colectivos a la vez. Esta afectación reconocida, o meramente sospechada, genera la necesidad del estudio de sus rasgos constitutivos con el objetivo de satisfacer la necesidad de encontrarles una explicación racional a los resultados generados estableciendo entre ellos la conexión lógico-existencial legítima de antecedentes y consecuentes recíprocos.

 

Pues bien, para saber racionalmente de tales hechos secuenciales y de sus respectivos efectos operativos, surge también la necesidad de conocer detalladamente en su caso los rasgos constitutivos de la época y del entorno físico-social en el ellos tuvieron lugar, los rasgos existenciales de sus actores prominentes y los fines verdaderamente perseguidos por ellos, los recursos de que se valieron para realizarlos, y en general todas las realidades significativas de las existencias humanas anteriores. Obviamente, si ellas no sirven de suficiente sustento racional para reconocer a cabalidad una compleja realidad presente, surge la obligación ineludible agregada de buscar reconocer las categorías existenciales todavía ocultas que deben estar también en juego para arribar a una comprensión racional de la presente totalidad contemporánea verdadera a ser conocida. En el caso de accidentes de la Naturaleza, ellos deben ser estudiados científicamente para conocer sus causas, remediar las consecuencias malas, mejorar las buenas y en general reconocer su origen y en su caso las posibilidades de una prevención posible en el futuro.

 

De lo expuesto surge que hace a lo verdaderamente histórico al acaecer pasado que nos resulta significativo en el presente porque entendemos que él constituye una suerte de antecedentes válido para un mejor desarrollo de nuestro actual y futuro acaecer existencial individual y colectivo.

 

 

 

SOCIEDAD

Desde nuestra concepción y nacimiento somos esencialmente coexistentes, es decir un "ser-con-otros" como lo expresa Heidegger. Y las constantes formales de este ser-con-otros es decir de la coexistencia humana son principalmente dos, la comunitaria y la societaria. La comunitaria es entendida de manera preponderante en todos los órdenes de la existencia humana como una unidad común de seres humanos, es decir una Comunidad. Su forma general básica es la de la familia formada por dos personas de distinto sexo, que en función del afecto reciproco engendran nuevos seres humanos, los educan en el más amplio sentido de la palabra para que devenguen seres humanos desarrollados que a su vez repitiendo la conducta de sus progenitores generen el nacimiento de futuras nuevas familias y asi consecutivamente. Ese rasgo de afecto unificador fundamental entre las integrantes de una familia genera el hecho de que el conjunto de ellos adquiera, dentro de la Sociedad mayor, una suerte de identidad colectiva singular común caracterizada no solo por la existencia de un afecto reciproco entre sus miembros, sino también por el especial respeto y deseo de ayuda existencial reciproca entre ellos. Otras formas comunitarias son las creadas por quienes tienen derechos y deberes comunes derivados de maneras semejantes de trabajo o de actividades sociales específicas o de unidad de destinos sociales. En toda comunidad, es conveniente enfatizarlo, la función principal es la del mantenimiento del afecto reciproco entre sus miembros que es lo que sustenta la realidad unificadora entre ellos, es decir el mantenimiento espontaneo de relaciones afectivas reciprocas institucionalizadas gestadoras de una suerte de comunidad de intereses con identidad social propia, que implican el mantenimiento consciente de derechos existenciales iguales y obligaciones sociales reciprocas, y cuya finalidad es el bienestar general justamente distribuido entre ellos. Si bien es indudable que la existencia humana es y debe ser siempre coexistencia, la comunidad no agota las posibilidades de realizar esta coexistencia.

 

Frente a esto se encuentra, la forma societaria o Sociedad, que es aquella en la que la relación unificadora principal y en última instancia definitiva resulta de la persecución racional de comunes fines utilitarios reales concretamente determinados, entre los cuales no se encuentran en forma decisiva las relaciones de afecto personales sino el reciproco respeto y el interés racional de volverlo realmente existente al objetivo perseguido, es decir, de realizar el fin utilitario perseguido mediante la aplicación racional efectiva de los medios y recursos técnicos y económicos apropiados a ese afecto, entre los cuales se cuenta la creación de organizaciones especiales temporalmente estables por tiempos determinados, para alcanzar el éxito deseado.

 

Este acaecer existencial conformador abarca en consecuencia sus orígenes, su desarrollo singular y su compleja realidad contemporánea abierta a un futuro esperanzado, que necesariamente comprende la convivencia armónica y fructífera con entidades colectivas semejantes que hacen parte del mundo actual en general y en particular con aquellas que conforman o puedan conformar en el futuro sistemas de intereses validos.

 

POLÍTICA

El vocablo Política a su vez connota entre nosotros en primer termino el ejercicio de facultades coactivas propias de los Gobiernos superiores de esas entidades colectivas humanas, con identidad propia interna y externa, que conviven entre si y a las que en nuestro Mundo Occidental denominamos Estados nacionales. Su campo de acción abarca todo el ordenamiento colectivo, que regula la praxis existencial directa o indirecta de todos sus integrantes, tanto en el desarrollo de su realización, como en sus causas y efectos. Esta praxis a su vez, que implica la existencia de órganos determinados de gobiernos propio racionalmente estructurados y aceptados por todos, esta connotada por sentar internamente las normas de convivencia ordenada de los integrantes entre si, y externamente y al mismo tiempo, por sentar las normas de convivencia de la sociedad mayor con otras sociedades semejantes. Estas regulaciones incluyen necesariamente la irrevocable facultad de definir lo que afecta negativamente la convivencia entre sus miembros y también la de castigar a el, o a los culpables, de la practica de eso negativo, mediante la aplicación efectiva de las sanciones preestablecidas para eso.

 

Teniendo en cuenta lo que antecede, el rasgo relevante de un ordenamiento colonial es el hecho de que ese órgano central generador y aplicador primero del ordenamiento regulador esta generalmente en un muy distante territorio central fuera del territorio colonizado que en consecuencia es el asiento de los órganos gubernativos superiores de la entidad política total de la que forman parte las colonias. En el caso de la colonización hispanoamericana definida como Imperio de Indias ese titular fue el Rey de España quien a la vez y como tal, era el Emperador de las Indias.

 

 

6. UN EJEMPLO HISTÓRICO: EL CASO PARAGUAYO

Como ya lo expresamos, el Paraguay actual tiene su origen en el exitoso proceso político de conquista del territorio americano por parte del Reino de España, asentado en la península ibérica de Europa occidental, y cuya autoridad máxima, el Rey, devino asi a la vez Emperador de las Indias. El entonces territorio americano estaba habitado por una población indígena aborigen cuyo nivel de desarrollo en general era muy inferior al europeo de entonces. Parte de esa población originaria situada en el territorio que hoy es asiento de la Republica del Paraguay aceptó incorporarse a la nueva realidad en gestación, y su sector femenino inclusive participó en la creación de una nueva población mestiza, antecedentes importantes de la población actual. La afirmación de este proceso, a pesar de ocasionales conflictos, gestó la etapa colonial en la se dio un paulatino crecimiento poblacional, económico y social, que tuvo como resultado la conformación de dos situaciones básicas, la rural con una población estable ordenada en términos de pequeños núcleos familiares minifundiarios dedicados a la producción, explotación y consumo de productos silvestres, agrícolas y ganaderos rurales, y la urbana con la fundación y desarrollo de la ciudad de Asunción como asiento primero de las autoridades coloniales, de los personajes principales de la vida política y económica colonial y centro principal de la actividad religiosa y educacional general de ella. Este centro urbano principal fue asi el ámbito en el que se recibían las órdenes superiores emitidas hasta el año 1767 por el lejano centro imperial en América situado en Lima, ciudad capital del Virreinato del Rio de la Plata cuyo centro urbano era Buenos Aires, y del cual había pasado a formar parte la provincia paraguaya de entonces. A ese primer núcleo urbano paraguayo se le agregaron mas tarde, siempre en función de las necesidades, diversos poblados urbanos menores y sobre todo un tipo habitacional y agrícola rural muy singular creado y dirigido per la orden Jesuítica que fue el de las Reducciones indígenas cuyo propósito principal fue educar religiosa y culturalmente en términos cristianos a la población indígena que subsistía en estas regiones. Estas Reducciones se situaron al margen de la autoridad inmediata del Gobernador, lo cual llevo primero a progresivos enfrentamientos de esa Orden religiosa con la autoridad política regional y que cuando alcanzó a la autoridad política central del Imperio, culminó con la expulsión de los Jesuitas del territorio en el que estaban asentados y con la posterior disolución eclesiástica de la Orden aunque posteriormente ella fuera reconstituida y siga todavía, en plena vigencia, hasta hoy.

 

Es imprescindible recordar el papel sobresaliente que la concepción de la autoridad política y su puesta en práctica efectiva tuvieron en la realidad colonial paraguaya. Ella era omnipotente y afectaba todos los aspectos de la vida humana individual y colectiva de sus miembros. Su central estaba situada, como ya se expreso, en un muy distante centro europeo, y tenia como representante principal en América a un Virrey con asiento en Lima, Perú. Mas tarde, a partir de 1767 hubo un segundo Virrey con asiento en Buenos Aires cuya jurisdicción abarcó el territorio provincial paraguayo. La autoridad local en este lugar fue siempre un Gobernador provincial. En todo este largo proceso, el único Gobernador nacido en el Paraguay fue Hernando Arias de Saavedra.

 

La práctica de un Lenguaje común es una de los rasgos constitutivos y por ende definitorios de una convivencia humana estable con identidad propia reconocida por propios y extraños. En el proceso de la Conquista y en el comienzo del proceso colonial cada sector hablaba solamente su lengua, pero solo la castellana sabia de una grafía propia. El guaraní era un idioma puramente oral que hoy se sirve del alfabeto castellano para su expulsión escrita. Con motivo de la convivencia se produjo un incremento, en el uso del guaraní para usos prácticos por parte de los conquistadores y sus descendientes. Paralelamente, poco a poco los aborígenes tuvieron que aprender algo de castellano para comunicarse con sus conquistadores. Pero el proceso lingüístico relevante a partir de la Conquista fue la práctica del Yopará - una peculiar yuxtaposición de ambas lenguas de base puramente existencial-emocional-. Sin perjuicio de esto, el Castellano, la propia del sector señorial de la Colonia, fue y sigue siendo la lengua oficial y además el propio del sector mas educado en todos los ámbitos culturales paraguayos. El Guaraní, siguió siendo el de los indígenas, para luego quedar parte de él en el recordado Yopará que sigue sobreviviendo hasta hoy en la población rural y en los sectores menos educados de la población urbana. En los últimos tiempos ha surgido también en el Paraguay una suerte de literatura guaraní que se sirve de la grafía original española. Aunque movimientos románticos hayan conseguido que el Guaraní fuera declarado idioma oficial subsiste el problema de no existir un vocabulario propio que le de cabida a realidades constitutivas de una moderna sociedad en sus aspectos principales empezando per la propia Constitución Nacional.

 

Es importante destacar en este recuerdo del periodo colonial el hecho político de que en el transcurso de los últimos años de su duración surgió, en el sector urbano más elevado del que formaban parte los propietarios de importantes inmuebles urbanos y rurales, una suerte de conciencia de intereses propios lesionados. Esto genera un movimiento de abierto enfrentamiento a la autoridad provincial local superior. Este movimiento llamado de los Comuneros, tuvo lugar en el año 1721 y terminó en 1725 con una derrota. No obstante, en el año 1811, se gestó un nuevo movimiento, ya no solo de enfrentamiento a la autoridad local sino de total independencia del Paraguay respecto del Reino de España. Esto connotó la instauración de una nueva entidad política mayor independiente y soberana, es decir libre de toda dependencia exterior. Y el modelo de conformación elegido a ese efecto fue el del Estado Republicano Democrático diseñado por Juan Jacobo Rousseau en su obra "El Contrato Social". En ese proceso participaron figuras importantes de la sociedad paraguaya de entonces, entre los cuales se contaron el Dr. Francia, y los militares en servicio activo Yegros y Caballero. En poco tiempo el Dr. Francia se afirmó como principal figura directora del proceso, y previa puesta a un lado de algunas figuras como Yegros y Caballero que fueron fusilados, se afirmó primero como Dictador temporal, y luego como Dictador Perpetuo de la nueva República del Paraguay. Sin necesidad de recurrir a ninguna figuran autoritaria agregada que mejorara por la menos la fachada exterior del nuevo ente republicano independiente prosiguió con su vocación orientadora de las actividades económicas, sociales y culturales ejerciendo una férrea dictadura entre cuyos rasgos más importantes se contó el mantenimiento firme de la independencia y soberanía del nuevo Estado frente a cualquier posible interferencia exterior aunque ella proviniera inclusive de otros movimientos independentistas americanos como los impulsados por el Gral. Simón Bolívar o por grupos revolucionarios del Virreinato del Rio de la Plata, estos últimos con la pretensión de tener al Paraguay como parte integrante del movimiento argentino de independencia y, en consecuencia, parte de la nueva entidad política a ser constituida. Es conveniente tener presente que el Dr. Francia, a pesar del sistema de autoridad impuesto por el, no confundió nunca sus intereses económicos personales y familiares con los de nueva entidad colectiva que gobernaba.

 

Después de su muerte en 1840, y luego de un corto periodo, surgió otra figura importante en la historia paraguaya, Carlos Antonio López, quien también defendió la independencia nacional y promovió el desarrollo económico y educacional del país. Pero como organización formal para el Estado paraguayo, dejó de lado el formato dictatorial de su antecesor y elaboró el aparente de un Estado presidencial republicano adoptando una Constitución que el la hizo aprobar y que establecía la existencia de un Congreso que se reuniría cada cinco años, o cuando el presidente la convocara, para recibir y aprobar el informe presidencial de la acaecido en los respectivos periodos. De hecho el nombramiento de sus integrantes estuvo determinado básicamente por la autoridad presidencial. De acuerdo con la misma Constitución el Presidente de la Republicas tenía facultades legislativas amplias además del ejecutivo real e inmediato sobre toda la Republicas al mismo tiempo que la suprema autoridad militar y policial. El desarrollo de la vida del Paraguay de entonces fue, en general, pacífico y positivo en la económico y educacional aunque el ordenamiento fuera básicamente el de una dictadura encubierta, que devino asi el modelo real para ciertos sectores de la sociedad, hasta hoy muy importantes. Además y como rasgo agregado, también hasta hoy muy reiterado en la vida política, introdujo la practica de nombrar a figuras de su entorno familiar para el desempeño de cargos gubernativos. Gracias a eso y al bienestar familiar, algunos de sus hijos fueron propietarios de casas para esa época suntuosas, edificadas en la capital Asunción que todavía hoy se cuentan entre las importantes de esta ciudad-son las situadas en las esquinas de las actuales calle Palma y 14 de Mayo, y Colon y Estrella, y sobre todo la que hoy es el actual Palacio de Gobierno entre las calles Convención y Ayolas. Como rasgo confirmatorio de la que antecede, este Presidente dispuso también que después de su muerte le sucediera su hijo mayor Francisco Solano López. Seguramente, para el mejor desempeño de sus futuras funciones este hijo fue enviado a Francia para realizar estudios políticos, diplomáticas y militares. En cumplimiento de esa disposición, a la muerte de su padre fue elegido Presidente de la Republica del Paraguay. Transcurrido poco tiempo se vio envuelto en problemas de enfrentamiento con los países vecinos Brasil, Argentina y Uruguay, que desataron como consecuencia de la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay. El resultado fue catastrófico para el Paraguay por las pérdidas de bienes materiales y de la mayor parte de su poblaci6n masculina. Sin embargo siguió conservando su independencia, en parte par su propia voluntad y en parte gracias a las profundas diferencias políticos entre sus adversarios.

El proceso siguiente connotó una suerte de renacimiento, en el que la población femenina desempeñó una faena que abarcó además de la normal de concebir y criar a los nuevos sores humanos, también la de trabajar directamente en las tareas que antes desempeñaba preponderantemente el sector masculino de la población. Los nuevos gobiernos surgidos se vieron obligados por la ausencia total de recursos a proceder a la venta de tierras públicas del territorio del Chaco. El mapa elaborado por Augusto Cálcena en el año 1890 que contiene una presentación completa de ellas. Este proceso a su vez contribuyó a la entrada del capital privado extranjero para el reinicio de la tradicional producción rural ganadera, para el inicio de la producción industrial vinculada a ella y para la explotación de bosques. El criterio empresarial moderno y la libertad económica con que se desenvolvieron facilitó una producción libre de trabas administrativas innecesarias y también el inicio del proceso de exportación de los bienes producidos, para beneficio de los productores y de la población en general. La guerra con Bolivia de 1932 a 1935 generó pérdidas de villas y bienes, pero sirvió indirectamente también para afirmar el proceso productivo anterior.

El proceso político interno del país estuvo formalmente asentado, en la excelente Constitución de 1870 redactada par el ciudadano José Segundo Decoud. Sin embargo, el proceso político desarrollado a continuación no fue expresión cabal de la bondad de sus disposiciones. Se fundaron los Partidos Políticos Liberal y Colorado que pronto pasaron a fragmentarse internamente, y, como consecuencia, a lo largo de su vigencia, se dieron varias Presidencias provisorias como resultado de diversos golpes de Estado, pero también Presidencias normales por los plazos constitucionales establecidos. Tres de estas últimas merecen set recordadas par su relación inmediata con la posterior Guerra del Chaco: la primera es la del Dr. Eligio Ayala por el exitoso manejo de la administración publica y de la economía nacional, la tercera es la del Dr. Eusebio Ayala, por la extraordinaria dirección política, económica y social del país durante la guerra con Bolivia y la segunda del Dr. José P. Guggiari quo duró el periodo normal de cuatro años entre las dos anteriores fue también buena pues ayudó a consolidar los resultados de la gestión anterior. La agresión practicada par un grupo de estudiantes y políticos que alegaban la presunta indefensión paraguaya ante la agresión boliviana en proceso, fue radicalmente deslegitimada en forma incontrovertible par el resultado de ese conflicto.

 

Pero la importancia histórica de la Guerra del Chaco no se limitó a la defensa exitosa de los derechos paraguayos sobre el territorio del Chaco, ella se extendió al normal proceso democrático que venia desarrollando el país, el cual se vio interrumpido par el sorpresivo golpe de Estado que ciertos políticos, mediante la ayuda de ciertos militares, consiguieron llevar a cabo para hacer a en lado al gobierno del Dr. Eusebio Ayala e instaurar un gobierno presidencial de facto el 17 de Febrero de 1936 que situó al Cnel. Rafael Franco en la posición de Presidente de facto de la Republica y como tal, ordenó el apresamiento del propio Presidente Ayala, de sus Ministros y de otras figuras políticas importantes del Gobierno. Esta vez fue la primera vez también que uno de los grupos civiles que participó del golpe declaró su vocación socialista en la versión marxista, aunque ella estuviera ya en forma encubierta en la agresión al gobierno de Guggiari. El golpe de 1936 dió nacimiento a un nuevo Partido que adoptó el nombre de Partido Revolucionario Febrerista. La poca consistencia del conjunto favoreció su caída del Poder en el siguiente año 1937, con motivo de un contragolpe, también militar encabezado por el Mariscal Estigarribia, apoyado por el sector juvenil de la dirigencia política liberal. Luego de la Presidencia provisoria del Dr. Paiva ascendió a la presidencia el Mariscal José Felix Estigarribia, elegido en comicios generales. Se convocó además a un referéndum de aprobación de una nueva Constitución, la de 1940, en la que resulta preponderante la soberana presencia del nuevo pensamiento totalitario vigente en la Italia y Alemania de entonces con su sobresaliente instalación de un Poder autoritario presidencial, con una duración de cinco años, renovable y con facultades legislativas mediante la capacidad de producir Decretos- Leyes. Un desgraciado accidente aéreo provocó el fallecimiento del Presidente y su esposa.

 

Lo que a continuación siguió fue la caída del grupo político civil liberal que la había sustentado y la reafirmación y consolidación total de la institución militar con el nombre de Fuerzas Armadas para el ejercicio autonómico de todas las facultades inherentes al ejercicio pleno de las facultades ejecutivas y legislativas propias del superior gobierno del Estado nacional paraguayo de entonces. Y esto aconteció gracias al ascenso del General Higinio Morinigo al cargo de Presidente. Este gobernante procedió a la disolución legal del Partido Liberal y gobernó con cierta asistencia del Gobierno de los Estados Unidos, país que había pasado a intervenir en la Segunda Guerra Mundial originada en Europa Occidental y a influir decisivamente en la derrota de los países que conformaban el eje nacional y socialista: Alemania e Italia. En el año 1947, se dio el reingreso del Partido Colorado al ejercicio gubernativo. Escindido como estaba en dos facciones abierta y violentamente enfrentadas entre si, esta organización política dio lugar en el año 1954 a un nuevo movimiento militar encabezado per el Gral. Stroessner que, triunfante, se mantuvo en el ejercicio absoluta del poder político superior hasta el año 1989. Este gobernante, gracias a su completo control de la Asociación Nacional Republicana, que es el nombre oficial del Partido Colorado, promovió la realización de un proceso paulatino de aparente democratización formal, mediante la anulación de la decisión gubernativa que había disuelto el Partido Liberal, la celebración de aparentes elecciones democráticas populares totalmente controladas, y la aprobación de una nueva Constitución en 1967, con su posterior modificación en 1976. El resultado de todo este proceso fue que la realidad política nacional estuviera bajo su exclusiva y omnipotente dirección y control. Y como testimonio duradero de su poder personal y a través de él del poder de la Institución militar, instaló los centros mas importantes de esta Institución en la zona urbana central de la ciudad capital de Asunción. La sede del comando superior de las Fuerzas Armadas y del Ministerio de Defensa Nacional abarca dos antiguas manzanas extendiéndose desde la Avda. Mariscal López hasta la calle Mariscal Estigarribia incluyendo el tramo que era parte de la calle Eligio Ayala y desde General Santos hasta Vicepresidente Sánchez. Al otro lado de la calle General Santos esta el cuartel que linda con la calle Acá Vera hasta la calle Cerro Cora que es asiento del Regimiento Escolta Presidencial. Esta indiscutible realidad política tuvo su fin en 1989 mediante un nuevo golpe militar dirigido esta vez por otro militar, el Gral. Rodríguez, colega y al mismo tiempo consuegro del Pte. Stroessner. Con el apoyo de los Estados Unidos de Norteamérica, este nuevo movimiento político prosiguió con la tarea favorita de ciertos sectores del mundo político paraguayo de producir Constituciones con el objeto de presentar apariencias que a la vez, gracias a redacciones equivocas y altisonantes permitan producir realidades vivas ad usum Domini, es decir para el mejor uso del "Señor de Turno". La nueva Constitución aprobada en 1992 es la que formalmente está vigente en la vida política paraguaya hasta hoy, y ella marca el fin de las dictaduras militares más o menos encubiertas anteriores. De alguna manera, un sector de la Asociación Nacional Republicana se las agenció para desprenderse de su vinculación con el régimen depuesto en 1989, renovó las autoridades superiores de su organización y se las agenció para promover candidatos presidenciales propios hasta el corriente año 2008. Pero este mismo Partido vio nuevamente nacer en su interior movimientos de cambio para el ejercicio de la práctica autoritaria interna y también de la práctica autoritaria en el Paraguay. Paralelamente, el Partido Liberal pasó a vivir un proceso interior mediante la aparición de nuevas figuras orientadoras, Para llevar a la práctica una orientación centrista actualizadora de sus viejos ideales liberales radicales no muy considerados en la recordada Constitución de 1940. Como complemento de estos recordados procesos se dio renacimiento público también a una serie de movimientos políticos de marcado corte izquierdista-marxista, afines a otros grupos semejantes que aparecieron en toda América Latina, con número no grande de miembros, pero muy activos en sus pretensiones y en sus manifestaciones públicas y privadas. El resultado de esta nueva realidad connotó el fin del predominio del partido Colorado y el surgimiento de un nuevo agregado de fuerzas políticos que bajo la dirección del ex Obispo católico Fernando Lugo, triunfó en las últimas elecciones elevándolo a la Presidencia del país.

 

El antecedente proceso político autoritario implicó necesariamente procesos sociales, económicos y culturales colectivos sustentatorios que apreciados conjuntamente pueden ayudarnos a entender nuestra actual situación histórica en el contexto del panorama histórico del Mundo Occidental. En primer término debemos recordar el crecimiento de la población en general que de doscientos cincuenta mil habitantes en 1870 llega hoy a cinco millones ochocientos mil habitantes. Esta población como siempre conforma un sector agrario cuantitativamente menor y un sector urbano cuantitativamente mayor. La razón de ese proceso se encuentra en que la práctica económica anterior del sector rural constituido por innumerables minifundios familiares no pudo dar lugar a un desarrollo productivo valioso para todos sus habitantes. De hecho el ámbito rural paulatinamente fue acogiendo prácticas productivas más modernas unidas inmediatamente el desarrollo industrial paralelo que se realizó en el país. Esto motivó que alrededor de esas industrias se desarrollaran poblados semiurbanos que acogían a los trabajadores con sus respectivas familias cuya procedencia era indudablemente parte de la población rural anterior con sus respectivas descendencias. Por una parte esto permitió el mejoramiento cuantitativo y cualitativo del proceso educacional de la población urbana, pero por otra parte generó a su vez el desarrollo de diferencias notorias en los componentes positivos y negativos que hacen y afectan respectivamente a la vida de los habitantes de las zonas rurales y urbanas y sobre todo a crear diferencias entre los mismos habitantes de las zonas urbanas, en función de los ingresos económicos , de los beneficios educacionales, y de los productos de consumo al alcance real de cada grupo. Entre los beneficios educacionales se cuenta la creación de escuelas primarias gratuitas en todo el país y de establecimientos secundarios y universitarios sobre todo en la ciudad de Asunción.

 

De lo que antecede resulta que la transformación más importante tanto cualitativa como cuantitativamente fue la del sector urbano que pasó a estar conformado por diversos grupos humanos con intereses propios: los prestadores de diversos tipos de servicios utilitarios, los profesionales especializados, los empleados y funcionarios del Gobierno Central y de los Municipios en la medida del crecimiento del aparato estatal, los servidores del orden policial y del militar nacional en sus diversas ramas, los obreros y empleados medianos y superiores de las empresas económicas que empezaron a desarrollarse sobre todo desde la época de la sobrepresencia militar en el ejercicio de la autoridad política superior, todos ellos con sus respectivas familias. El evidente exceso de mano de obra, y la imposibilidad de darle una situación adecuada a todos genero el desarrollo de un sector de población que vivía permanentemente la inseguridad de un futuro económico y social no adecuadamente cierto. Y el resultado de ese fue el creciente desarrollo de una publica conciencia social de insatisfacción por parte de un sector no hay grande pero si hay impetuoso gracias a la tarea difusora de los productos intelectuales originados un la experiencia histórica del desarrollo europeo occidental y ruso-soviético. A partir de la compleja realidad gestada en un proceso tan diverso es fácil entender la casi nula referencia racional a ella en las prácticas electorales. En estas prácticas se daba una particular exaltación de la grandeza personal y capacidad de liderazgo de los candidatos propios, y la maldad, pequeñez e incapacidad directora de los restantes, con el obvio objetivo de alcanzar los respectivos resultados electorales favorables y desfavorables. Y la consecuencia inmediata de esto fue el desarrollo del órgano autoritario colectivo principal como el primer gran empleador de la mano de obra nacional, pues de esa manera, el grupo triunfador premiaba a sus acólitos y se aseguraba la adhesión de ellos en el futuro. Es decir que toda esta práctica tenía, a pesar del formato democrático presentado por sus Constituciones, la clara orientación de asegurar en el poder político por tiempo indefinido a las figuras políticas que conseguían revivir la antigua todopoderosa figura del monarca en la villa política de los países occidentales, es decir la de constituir personalmente la realidad decisoria primera y última de ese ente político que es nuestra Republica del Paraguay.

 

Este ente político colectivo ha realizado y sigue realizando. en forma abrumadoramente preponderante su identidad colectiva como una comunidad asentada un las relaciones de afecto entre los integrantes de cada grupo y de enfrentamiento con los integrantes de los demás grupos. Su faena política esta centrada en el ejercicio valido de la autoridad política con el objetivo de dirigir exitosamente al grupo del que forma parte para obtener la supremacía autoritaria sobre toda la sociedad, y conseguir la sumisión de los integrantes de los demás grupos y entiende la Historia como una secuencia de los avatares colectivos que conforman este proceso dentro de un marco constitucional aparente que es interpretado y utilizado al margen de una debida ética y lógica existencial.

Una clara conciencia de esto unida a la voluntad de cambiarla para generar una verdadera modernidad, podría ser el comienzo de un cambio para bien un la historia del Paraguay.

 

 

Fuente (Enlace a documento fuente)

(Hacer click sobre la imagen)

 

 

REVISTA DEL PEN CLUB DEL PARAGUAY

POETAS – ENSAYISTAS – NARRADORES

IV ÉPOCA Nº 21 – DICIEMBRE, 2011

 

Editorial SERVILIBRO

Dirección editorial: Vidalia Sánchez

Diseño gráfico: Mirta Roa Mascheroni

Diseño de tapa: Carolina Falcone Roa

Tel.: 595 21 444.770

www.servilibro.com

Asunción – Paraguay

Diciembre, 2011 (233 pág

 





Bibliotecas Virtuales donde se incluyó el Documento:
LIBROS,
LIBROS, ENSAYOS y ANTOLOGÍAS DE LITERATURA P



Leyenda:
Solo en exposición en museos y galerías
Solo en exposición en la web
Colección privada o del Artista
Catalogado en artes visuales o exposiciones realizadas
Venta directa
Obra Robada




Buscador PortalGuarani.com de Artistas y Autores Paraguayos

 

 

Portal Guarani © 2024
Todos los derechos reservados, Asunción - Paraguay
CEO Eduardo Pratt, Desarollador Ing. Gustavo Lezcano, Contenidos Lic.Rosanna López Vera

Logros y Reconocimientos del Portal
- Declarado de Interés Cultural Nacional
- Declarado de Interés Cultural Municipal
- Doble Ganador del WSA