EL MILENARIO Y MILLONARIO DEL PARAGUAY
Desde El Ybytyruzú
Por CAIO SCAVONE
caio.scavone@abc.com.py
El ciudadano y trotamundo chino de nombre Hwen Tisang había visitado la India en el año 622 A. C. y se le considera el diseminador del mango ya que dio a conocer las bondades de la fruta a los demás pueblos. Brasil fue el primer país americano en conocerla y probarla cuando en el siglo XVIII fue traída desde el norte del África a Río de Janeiro por los navegantes portugueses. Desde el Brasil pudo llegar al Paraguay luego de la caída del yugo español. Además los portugueses llevaron el mango al África occidental y los españoles llevaron pequeños árboles que implantaron en México y Filipinas
Se estima que la planta tiene su origen en la región indobirmana y cultivada desde hace más de 4.000 años. En la India es una planta que forma bosques silvestres y desde ahí el cultivo fue extendido hacia las zonas tropicales del Asia, al Brasil, a todo el este y norte de África, Centroamérica y hasta la Florida en EE.UU. en donde los americanos consiguieron mejorar el cultivo al producir frutas enormes, sin fibras y de gran mercado mundial como las líneas híbridas de Haden, Tommy Atkins, Palmer y la Keit. Como toda fruta tropical su producción cuenta con un excelente mercado y precio. El mango ocupa un tercer lugar mundial después del banano y la piña entre todas las frutas de época estival.
Como Paraguay es el cementerio de las posibilidades, también deja escapar el potencial que tiene esta fruta para generar ingresos. Cuando la gente extranjera se aposenta o pasa por este país en épocas de producción se da cuenta de estar en una republiqueta.
El desaprovechar el valor alimenticio que tiene y las alternativas de generar ingresos es la constante increíble que tiene el mango del Paraguay. El desconocimiento, el vyrochusco que desisten de su consumo, el déficit de la capacitación, los Ministerios que solo sirven para apuntalar la corrupción, el servicio exterior criollo plagado de políticos y no de gente profesional, instituciones oficiales, como el ex IAN de Caacupé, invadidas de mediocres, entre otras lindezas de este país, son los motivos que refuerzan que el mango sea un desperdicio y la basura del Paraguay.
Una planta injertada de mango rinde anualmente desde 300 frutas. Produce desde los dos años con una vida útil posible de hasta 50 años. El Paraguay cuenta con suelo apropiado, agua en abundancia y un clima oportuno y conveniente para el cultivo y desarrollo de esta fruta. Lo que sobra es gana de no hacer nada, desidia, inutilidad y una megamediocridad gubernamental, salvo la de una empresa privada como Frutika.
El mango tiene enormes utilidades. Las frutas sirven para un excelente jugo que debe ser lo más fácil de preparar. Sale un rico helado que al paraguayo eso equivale como la kryptonita para Superman. Se prepara una miel de mango, mermeladas, dulces, cremas, tortas, tartas y pan de mango. Su salsa “chutney” para adobar platos es deliciosa.
Su consumo en fresco es un manjar. Además el mango es antioxidante, anticancerígeno, otorga buena piel y excelente vista, beneficioso para la gente diabética y con sobrepeso, actúa contra la gastritis y forma glóbulos rojos. Digestivo y protege contra los infartos. Es cardioprotector y por su gran contenido de fibras combate el estreñimiento. Contiene hierro, magnesio, calcio, fósforo y todas las vitaminas sobresaliendo la A.
Sus hojas en infusión de 10 gramos en 1 litro de agua sirven para todo eso y depura la sangre. Su corteza es antidiarreica. Como puede notarse, tiene más propiedades que un expresidente paraguayo.
Y ni hablemos del socorro que presta su sombra en los locales escolares ante el ejercicio corrupto de las autoridades educativas. Sus ramas ofician de tejas, tejuelas, vigas y tirantes que representan al techo enorme que tiene la sinverguencía en el Paraguay.
Fuente: ABC Color - Edición Impresa
