Yo quiero pintarte tierra paraguaya
con el trazo inquieto de mi ensoñación,
tu paisaje vivo por doquiera vaya
dentro de mi alma se hace canción.
En tus noches claras, tierra de mi anhelo,
penumbras y aromas se abrazan a mí.
Y mi pensamiento se remonta al cielo
a cantar tu gloria que no tiene fin.
Bueyes y carretas en sendas lejanas
te dieron la suerte de una tradición
y las burreritas como en caravana
vendiendo su fruto llenas de emoción.
Tus varones fuertes no cantan sus penas
porque en el mañana cifran su ilusión,
toda su esperanza de pasión serena
son los hijos buenos de su decisión.
Así voy pintando con este mi canto
lo que en ti se anida, tierra guaraní.
Y gritan conmigo tu sin par encanto
la flor y la selva y aquel yerutí.
Y sienten conmigo el hombre y los valles
que son como plantas de un fértil jardín.
Dios quiera que nunca mi voz no se acalle
por cantarte patria de olor de jazmín.
