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JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA (+)
21 de Febrero de 1888 - 07 de Septiembre de 1940
 
JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA (+)


Biografía

JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA : Oriundo de Caraguatay, nació el 21 de febrero de 1888; fueron sus padres Mateo Estigarribia y Casilda Insaurralde. Egresado de la Escuela de Agronomía, se incorporó a la milicia en 1910, con jerarquía de Teniente 2° en comisión; enviado a Chile en misión de Estudios; tras su regreso ascendió en 1914 a Teniente 1°, y en 1917 a Capitán. Tuvo destacada actuación en la represión del alzamiento militar de 1922, encabezado por el coronel Adolfo Chirife.

Ya con jerarquía de Mayor, fue designado Director de la Escuela Militar en 1923, y en 1925 era enviado a Francia en misión de estudios, donde obtuvo el brevet de Estado Mayor. A poco de su regreso fue designado Sub Jefe y luego Jefe del EM General, con jerarquía de Tte. Coronel. De esta época es ya su preocupación por la defensa del Chaco, que recorre en varios sectores.

Por desavenencias con el general Schenoni, entonces Ministro de Guerra y Marina, dejó la jefatura del Estado Mayor. Nombrado Comandante de la 1ª. División de Infantería, unidad madre del Ejército del Chaco, se abocó a su organización y estableció su PC en Puerto Casado. Al producirse en junio de 1932 el ataque boliviano al fortín Carlos Antonio López, junto a la laguna Pitiantuta, el comandante de la D1 ordenó la retoma de aquella posición.

Creado el I Cuerpo de Ejército poco antes de la batalla de Boquerón, su jefatura fue otorgada a Estigarribia; luego, en diciembre, al crearse el II Cuerpo de Ejército, le fue otorgado el mando en Jefe de ambas grandes unidades. Estigarribia era ya Coronel, tras la victoriosa culminación de la batalla de Boquerón. Aunque su jurisdicción inicial era el sector sud, luego se le otorgó el mando pleno del Ejército en operaciones, con sus 3 Cuerpos de Ejército. Los éxitos motivaron sucesivos ascensos; a General de Brigada, con motivo de las victorias de Pampa Grande y Pozo Favorito, en setiembre de 1933; a General de División, con motivo de la victoria de Campo Vía, en diciembre de 1933. Al término de la guerra, el Congreso le otorgó una jerarquía creada ex profeso, la de General de Ejército, y fue designado Comandante en Jefe de las FF.AA.

El pronunciamiento militar del 17 de febrero de 1936, motivó su cesantía y exilio. Depuesto de la Presidencia de la República el coronel Rafael Franco, se produjo el regreso del general Estigarribia, y el presidente Paiva le nombró Ministro Plenipotenciario de los EE.UU. de América. Llamado para asumir la Presidencia de la Delegación ante la Conferencia de Paz, dio su aprobación al proyecto de Tratado que motivó la renuncia del Dr. Zubizarreta.

Candidato a la Presidencia de la República por el Partido Liberal, en comicios sin oposición, asumió la primera Magistratura el 15 de agosto de 1939. Integró su gabinete con los sgtes. Ministros: del Interior, general Nicolás Delgado; de Relaciones Exteriores, Dr. Justo Pastor Prieto; de Hacienda, Dr. Cipriano Codas; de Justicia, Culto e Instrucción, Pública, Dr. Efraín Cardozo; de Salud Pública, Dr. Alejandro Dávalos; de Economía, Pablo Max Ynsfrán, de Guerra y Marina, coronel Eduardo Torreani Viera. En febrero de 1940, ya en ejercicio de la plenitud de poderes, constituyó un nuevo gabinete: Interior, general Nicolás Delgado; a quien sustituyó el general Eduardo Torreani Viera; Relaciones Exteriores, Dr. Tomás A. Salomoni; Hacienda, Dr. Justo Pastor Benítez; Justicia, Culto e Instrucción Pública, Dr. Salvador Villagra Maffiodo; Salud Pública, Dr. Ricardo Odriosola; Agricultura, Comercio e Industria, Dr. Francisco Esculies; Gobierno y Trabajo, Dr. Alejandro Marín Iglesias; Guerra y Marina, general Eduardo Torreani Viera, a quien sustituyó el general Higinio Morínigo M.

La actuación política del general Estigarribia fue desafortunada, produjo al amparo de su prestigio, un irreparable deterioro del orden institucional, obligando la autodisolución del Congreso. Por Decreto asumió "... la plenitud de los poderes políticos del gobierno de la República", y por un Decreto-Ley, promulgó una Constitución de neto corte paternalista. En la ocasión, el general Estigarribia contó con la adhesión de un sector joven del Partido Liberal; los Dres. Alejandro Marín Iglesias, Juan Guillermo Peroni, Efraim Cardozo, Emilio Saguier Aceval, a quienes se sumaron Pedro R. Espínola, Julio César Chaves, Justo Pastor Benítez, Salvador Villagra Maffiodo, Pablo Max Ynsfrán, Artemio Mereles, entre otros. El Partido Liberal, fraccionado, nunca más pudo reponerse. Como proyección trascendente de su gobierno, quedó el inicio de la red vial asfaltada.

Si discutible es su actuación política, es indudable que su talento militar produjo una rutilante campaña de victorias sin precedentes, que permitió la recuperación del Chaco paraguayo.

Sus Memorias fueron publicadas en inglés por la Universidad de Austin, Texas, con la colaboración del Sr. Pablo Max Insfrán, ya con posterioridad a su muerte, con notas aclaratorias.

El 7 de setiembre de 1940, el general Estigarribia falleció en un accidente de aviación, siendo promovido post morten a la jerarquía de Mariscal. Sus restos fueron depositados en el Panteón Nacional de los Héroes, el 9 de setiembre de 1940, con los de su esposa, Julia Miranda Cueto, fallecida con él. Le sobreviven su hija Graciela de Fernández, y otras, naturales.

Fuente: BREVE HISTORIA DE GRANDES HOMBRES. Obra de LUIS G. BENÍTEZ. Ilustraciones de LUIS MENDOZA, RAÚL BECKELMANN, MIRIAM LEZCANO, SATURNINO SOTELO, PEDRO ARMOA. Industrial Gráfica Comuneros, Asunción – Paraguay. 1986 (390 páginas)

 

 

ESTIGARRIBIA, JOSÉ FÉLIX: Presidente de la República entre el 15-VIII-1939 y el 7-IX-1940.

Su nacimiento se produce el 21 de febrero de 1888, en el hogar de los esposos don MATEO ESTIGARRIBIA y doña CASILDA INSAURRALDE, criollos ambos.

El joven José Félix, siguiendo tal vez alguna intuición práctica, decide tempranamente el rumbo de sus estudios.

La familia se ha trasladado a Capiatá (habita una casa próxima a la secular iglesia), desde donde parte a Trinidad para inscribirse en la Escuela Nacional de Agricultura, en 1903, instituto que dirige el benemérito Dr. MOISÉS SANTIAGO BERTONI. Allí se gradúa de agrónomo.

Entre 1906 y 1908 se desempeña como ujier en los tribunales para solventar su carrera de bachiller. En este último año, cuando aún es un simple particular, se incorpora a la insurgencia del 2 de julio de 1908.

Un dato importante es su ingreso a la masonería, ocurrido el 7 de noviembre de 1914, en la logia "PERFECTA ARMONÍA" de Concepción.

Ingresa al ejército nacional el 1° de mayo de 1910, siendo designado teniente segundo en comisión.

En enero de 1911 es promovido a igual grado del arma de Infantería, justamente en la época turbulenta de la caída del presidente Gondra.

Los ascensos son sucesivos: el 1° de enero de 1914, teniente primero; el 10 de octubre de 1917, capitán de infantería y mayor el 13 de noviembre de 1922. Durante el gobierno del Dr. ELIGIO AYALA - estadista bien dotado para conocer el valer de las personas- pasa de teniente coronel en comisión, el 6 de diciembre de 1927, a asumir la efectividad el 9 de agosto de 1928, cinco días antes de terminar su mandato el ilustre magistrado.

Ostentaba este grado al estallar la Guerra del Chaco. Enseguida de la victoria de Boquerón llega a coronel y el 15 de noviembre de 1933 a general de Brigada.

Luego será general de División y en época de la paz, el 16 de noviembre de 1935, de Ejército. En la misma fecha de su muerte se lo asciende a mariscal.

Su extenso "currículum": 1918, secretario de la secretaría del Ministerio de Guerra y Marina; 1923, director de la Escuela Militar, instituto donde en marzo de 1928 será profesor de táctica en el 4° curso de la Escuela Militar; subjefe de Estado Mayor General; y luego designado jefe; 1930, 2° comandante de las Fuerzas Armadas; 1931, inspector general del Ejército, en cuyas funciones marcha a Puerto Casa-do en abril de ese año. Se desempeña como comandante de la 1a y 2a División de Infantería, en 1932 y más tarde como comandante en jefe de las fuerzas del sector sur (Chaco).

Por fin, el 28 de abril de 1933, en plena guerra, asume la comandancia en jefe, funciones en las que es confirmado el 20 de setiembre de 1935.

Comandante en jefe cuando el levantamiento del 17 de febrero de 1936, se halla por entonces en el Chaco y cree de su deber regresar. Es apresado el 21 y tras seis meses de reclusión, juntamente con el Dr. EUSEBIO AYALA, es enviado al destierro. Producido el golpe del 17 de agosto de 1937, regresa al Paraguay el 9 de febrero de 1938. En mayo parte como enviado extraordinario a los Estados Unidos.

Jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas propician su candidatura a la presidencia de la República, la que es oficializada el 19 de marzo de 1939 por el Partido Liberal.

El 15 de agosto asume el mando, con un enrarecido panorama interno y otro de anuncios trágicos en lo internacional. Calificar al Estigarribia gobernante es como transitar por el filo de la navaja, viéndolo desempeñarse entre los vaivenes, nada plácidos, de la política criolla.

Su posteridad se ha visto injustamente zarandeada (excepto con el plano militar) desde los andariveles de la política.

Su candidatura presidencial nació en el ejército, sin que él la propiciara.

El liberalismo, que ya había opacado su ala radical desde la muerte de Eligio Ayala, hubo de convalidar tal situación nada más que como un puente inevitable, dada la situación interna y externa. El maestro CARLOS PASTORE señala que con la entrega del mando por Paiva a Estigarribia, el 15 de agosto de 1939, cesa la conducción del país por el Partido Liberal.

La Convención del Partido Liberal del 19 de marzo de 1939 le ofrece por escrito la candidatura. El general concurre personalmente para formular su aceptación. Algunos nubarrones se habían deslizado con anterioridad: el 26 de enero de 1940 se materializa el pedido de acuerdo al Senado para la intervención de la Universidad. El 31 se produce una batahola en el Hospital de Clínicas, de la que derivó la expulsión de nueve alumnos de Medicina. Casi enseguida se produce la renuncia de 29 profesores, solidarios con el Consejo Superior Universitario, que había impugnado la intervención, avalada ésta por el propio rector Dr. CECILIO BÁEZ.

El 13 de febrero jefes y oficiales ratifican su lealtad a Estigarribia.

El 16 de ese mes se produce la autodisolución del Parlamento para dejar las manos libres al primer magistrado.

El 18 Estigarribia produce su golpe de Estado, encabezándolo con un YO napoleónico que no le favorecía.

Y así asume las facultades extraordinarias, deroga todos los poderes menos en lo referente al Judicial, establece la tregua política y dispone, no la revisión, como se suele decir, sino la desaparición de la Carta del 70.

El 8 de abril de ese mismo año se reglamentan las actividades de las entidades existentes en el país y el 10 de junio se dicta una ley de prensa que es enérgicamente censurada dentro y fuera de las fronteras nacionales.

¿Intuía Estigarribia que habría de entrever su trágico destino aquella vez de julio de 1939 en que al arribar a San Juan de Puerto Rico el avión en que viajaba se precipitó al mar salvándose él entre los pasajeros?

Semejante destino halló su concreción un 7 de setiembre de 1940, cuando entre luces y sombras, había alcanzado a gobernar tan sólo un año y 22 días.

(Fuente: “FORJADORES DEL PARAGUAY – DICCIONARIO BIOGRÁFICO” Realización y Producción Gráfica ARAMÍ GRUPO EMPRESARIAL. Alberdi 2831 c/16 Pytda. Tel. (595-21) 373 594, fax (595-21) 391 136 - e-mail: arami@rieder.net.py  Asunción, Paraguay. Coordinación General: Ricardo Servín Gauto. Direccion de la Obra: Oscar del Carmen Quevedo).

 

 

JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA

La historia podrá enjuiciar con reparos la acción política emprendida por Estigarribia después de la guerra del Chaco, que la tragedia dejó trunca. Pero el rostro militar de su figura no tiene sombras. Es esplendoroso. El guerrero que llevó a la victoria al pueblo paraguayo en armas debe ser considerado uno de los grandes generales del mundo.

Al iniciarse las hostilidades con Bolivia era apenas uno de los varios tenientes coroneles del ejército. Aparentemente, nada le destacaba. Pero no fueron el acaso ni la fortuna los brazos que le empujaron al rol protagónico, sino las condiciones singulares que el destino exige al héroe para realización de la hazaña. Porque la heroicidad no es sólo una vocación. Es también potencialidad. Y el comandante José Félix Estigarribia, sencillo jefe divisionario, reunía ambas condiciones.

Hijo de don Mateo Estigarribia y de doña Casilda Insaurralde, había nacido en el pueblo de Caraguatay el 21 de febrero de 1888. Contaba ya la mayoría de edad cuando ingresó al ejército, en mayo de 1910, como teniente segundo en comisión. Vocación tardía pero segura. Porque se había graduado antes como agrónomo en la Escuela de Agricultura. Pero sus jefes advirtieron en el joven dotes castrenses y, en agosto de 1911, lo enviaron a Chile para suplir su falta de preparación académica. Allí sirvió por más de dos años en el glorioso regimiento Buín, de Infantería. A su regreso, fue promovido a teniente primero, en enero de 1914, y a capitán en octubre de 1917. Después de otros destinos, se hizo cargo del Batallón de Zapadores, con asiento en Villa Hayes y, en noviembre de 1922, ganó sus presillas de mayor. Ese mismo año se batió en defensa del gobierno constituido, durante la larga guerra civil. Su acción destacada en ella lo llevó, al final del conflicto, a la dirección de la Escuela Militar, cargo que ejerció hasta 1924 abandonándolo para marchar a Francia, en curso de perfeccionamiento específico. Allá fue primero incorporado al Regimiento 26 de Infantería, de guarnición en Nancy, y luego de diez meses de adiestramiento en mando de tropa pasó a la Escuela Superior de Guerra, donde obtuvo, al cabo de dos años, su brevet de oficial de Estado Mayor.

Munido de sólidos conocimientos profesionales, regresó al país en 1927 y se hizo cargo de la sub jefatura, primero, y de la jefatura luego, del Estado Mayor General del Ejército. Le obsesionaba el problema nacional pendiente con Bolivia, cuya solución por las armas juzgaba inminente. Recorrió el Chaco hasta sus más lejanos confines para familiarizarse con su topografía. Ciertas diferencias de criterio al enjuiciar las maniobras militares de Campo Grande, en 1930, ocasionaron su relevo del alto cargo y, en mayo de 1931, era nombrado comandante de la I División de Infantería, destacada en el sector central del Chaco. El destino lo acercaba a su gran oportunidad.

En junio de 1932, cuatro años más tarde de los sucesos de Vanguardia, se produce la segunda agresión boliviana. Mientras en Washington se discutía un pacto de no agresión, el mayor Oscar Moscoso, con 300 hombres, ataca y se apodera sorpresivamente del fortín paraguayo Carlos Antonio López, sobre la laguna Pitiantuta y dentro del sector cubierto por la I División. El gobierno ordena a Estigarribia su inmediata recuperación. El comandante divisionario destaca al capitán Abdón Palacios, con fuerzas equivalentes y, tras rápida marcha por piques de la selva, la columna expedicionaria retoma Pitiantuta, el 15 de julio de 1932.

Alegando represalia, Bolivia desata repentina ofensiva y ocupa sorpresivamente los fortines paraguayos Corrales, Toledo, Boquerón, Falcón y Florida. Es la guerra, Paraguay retira sus delegados de Washington y moviliza para repeler la agresión. En el Estado Mayor primaba entonces el criterio de que sería más prudente el repliegue sobre el río de las fuerzas paraguayas para organizar desde allí la defensa, ante la superioridad del enemigo en efectivos y material bélico. Pero Estigarribia, a quien toca la dirección inmediata de las primeras operaciones como jefe del sector central del Chaco, discrepa esencialmente con esta concepción táctica. Su plan es más audaz y definido pero también más lógico. ¿Por qué comenzar por abandonar sin lucha un enorme terreno desértico que debe recuperarse después? "El plan de defensa sobre la costa -explica en sus Memorias- se atenía, ciertamente, a la realidad de nuestra indefensión, pero le faltaba el resorte de alguna confianza mejor cimentada, y renunciaba anticipadamente, con notorio espíritu derrotista, a los frutos posibles de alguna audacia. Por mi parte; yo me apoyaba en el conocimiento de nuestro pueblo y en lo que era capaz de dar en esos casos, así como también en principios técnicos a cuya fructuosa aplicación se prestaba ampliamente el presuntuoso plan boliviano; y sostenía que, lejos de permitir que el enemigo llegara impunemente sobre la ribera del río Paraguay, facilitándole así la marcha por el desierto, la defensa debía ir a su encuentro, a la mayor distancia posible del río, de modo que ese desierto fuese nuestro aliado en el esfuerzo de trabar el avance".

Felizmente, el presidente Eusebio Ayala tuvo fe en el plan y apoyó ampliamente al jefe divisionario nombrándolo comandante en jefe del Ejército en Operaciones. Este fue el éxito inicial del gran estadista. Al mando de Estigarribia, el ejército paraguayo inició su ofensiva contra el agresor con la retoma de Boquerón, al cual siguieron otros fortines. Esa será, en términos generales, la táctica empleada durante toda la campaña, salvo algunos paréntesis en que se tornará imperioso, principalmente por falta de suficientes medios de transporte y natural desgaste, paralizarla para sostener las contraofensivas intentadas por Bolivia. Algunos reveses aislados tiene que soportar el ejército paraguayo en su tenaz y asombroso avance por las calcinadas llanuras chaqueñas, pero el conductor genial no hesita, no se amilana, no se desconcierta jamás. Ante cualquier plan desarrollado por el enemigo con nuevos efectivos y abundante material moderno, retoma prestamente la iniciativa, hostiga, flanquea, ataca y destruye. No cabe el relato de la hazaña en la breve nota biográfica del gran general. Está explícitamente referida por técnicos paraguayos y bolivianos.

Cuando el 12 de junio de 1935 el cese de hostilidades pone fin a la lucha, el aguerrido soldado paraguayo ha destruido tres ejércitos bolivianos, se ha apoderado de enorme parque de guerra que le permite solventar su propio poderío bélico, ha recuperado la total extensión del Chaco y se encuentra ya en las estribaciones andinas amenazando el flanco y la retaguardia del enemigo, con inquebrantable confianza en la estrategia de su magnífico conductor, enriquecido y depurado por la experiencia.

En la dura campaña, Estigarribia ha ganado sucesivamente sus ascensos a coronel, a general de brigada, a general de división. Al terminar la guerra, el Parlamento promulga una ley creando para el soldado victorioso el grado extraordinario de general de ejército, fuera del escalafón. Galardón justo a su actuación excepcional. La admiración mundial prestigia al soldado victorioso.

El 22 de agosto de 1935 desfilaba por las calles de Asunción, ante el entusiasmo delirante de los paraguayos, el ejército chaqueño con Estigarribia a la cabeza. El 17 de febrero de 1936, un repentino golpe militar deponía al presidente Eusebio Ayala. Estigarribia, que se encontraba entonces en viaje de inspección por el Chaco, acude a la capital y es apresado de inmediato. De la prisión marchan al exilio los dos factores de la victoria. La carrera militar de Estigarribia ha terminado y va a comenzar su actuación política, truncada pronto por la tragedia.

El presidente derrocado, después de haber regido los destinos de su país en las horas difíciles de la guerra, va a terminar sus días en Buenos Aires, en la amargura del destierro. El general Estigarribia pasa a Montevideo y el presidente Terra lo honra con una cátedra en la Escuela Superior de Guerra. En agosto de 1937, se inicia la reparación en un conceptuoso saludo de solidaridad que las Fuerzas Armadas de la nación envían al héroe exiliado por intermedio del coronel Paredes, comandante en jefe. El 8 de febrero de 1938 el pueblo paraguayo le ovaciona a su regreso. El gobierno provisorio del doctor Paiva anula todos los decretos-leyes promulgados contra Estigarribia y, a fines del mes, lo designa plenipotenciario ante el gobierno de Washington. Desde allí es llamado para suscribir en Buenos Aires el tratado definitivo de paz, el 21 de julio de 1938, y el 15 de agosto de ese mismo año asume la presidencia de la República. El 18 de febrero de 1940, con previo acuerdo del Parlamento, se hace cargo de todos los poderes del Estado para iniciar el llamado "Movimiento de renovación integral" con el plebiscito de agosto de 1940, que aprueba una nueva Carta Constitucional para la República del Paraguay.

Pero esa pretensión se ve truncada por el destino. Apenas un mes más tarde -el 7 de setiembre- el avión militar que conduce al presidente y a su esposa doña Julia Miranda Cueto a pasar un fin de semana a San Bernardino se precipita a tierra cerca de Altos pereciendo los ilustres viajeros y el piloto capitán Peralta. "La historia -ha dicho Guyau- encierra una multitud de accidentes imposibles de prever y humanamente irracionales, que vienen a desquiciar toda la lógica de los sucesos. Matan a un hombre en el momento en que su acción iba a ser preponderante, hacen abortar bruscamente el plan mejor concebido, el carácter mejor templado; la historia está así llena de pensamientos incompletos, de voluntades rotas, de caracteres truncados, de seres mutilados". La muerte arrebató a Estigarribia dejándonos la incógnita del resultado de la ambiciosa tarea política que había enfrentado; pro fue generosa con el soldado permitiéndole el cabal cumplimiento de la hazaña. Recibió el ascenso póstumo a Mariscal y sus restos reposan en el Panteón Nacional.

BIBLIOGRAFÍA

José Félix Estigarribia: Memorias.

Ángel E. Ríos: La defensa del Chaco.

Carlos J. Fernández: La guerra del Chaco.

Justo Pastor Benítez: Estigarribia.

Policarpo Artaza: Ayala, Estigarribia y el Partido Liberal.

Fuente: CIEN VIDAS PARAGUAYAS Por CARLOS ZUBIZARRETA. Prólogo a esta edición CARLOS VILLAGRA MARSAL. Prólogo a la 2ª edición de 1985 ALFREDO M. SEIFERHELD. Comisión Nacional de Conmemoración del Bicentenario de la Independencia del Paraguay. Biblioteca Bicentenario Nº 6. EDITORIAL SERVILIBRO. Asunción – Paraguay. 2011 (240 páginas)

 

 

 

MARISCAL JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA INSAURRALDE

Cuando alguien se disponga a exaltar la memoria del Campesino de nuestra tierra que luchó, sufrió, murió y venció en la Guerra del Chaco, necesariamente tendrá que recordar al Campesino Nº 1, el Mariscal Don José Félix Estigarribia de esclarecida memoria. Nació en Caraguatay, en un hogar humilde el 21 de Febrero de 1888. Estudió las primeras letras en la escuela rural del pueblo de su nacimiento luego en la de Capiatá. Se preparó después para las rudas pero enaltecedoras tareas del Campo, en la Escuela de Agricultura de San Lorenzo, donde adquirió el titulo de Agrónomo.

Desistió de esta actividad cuando la videncia natural de su genio le hizo ver que podría ser más eficaz empuñando el pomo de la espada que la mancera del horado, abandonándola para ingresar en las filas del Ejército, en la hora más difícil de su desenvolvimiento como consecuencia de la anarquía entonces reinante en el país, a la cual, era perentorio poner fin. En muchas manifestaciones de este ogro que amenazaba dar por tierra incluso con la nacionalidad, tuvo participación activa hasta llegar a vencerlo un día, consiguiendo restablecer la paz y el orden para que las instituciones pudieran funcionar libremente en un esfuerzo de encaminar al país por la senda del progreso. Luego fue enviado a Europa, con la misión de perfeccionar, en sus rancias instituciones, sus conocimientos adquiridos en los campos de batalla de la Guerra Civil y mejorados en las Escuelas de la hermana República de Chile, que, a la sazón, gozaba del prestigio de poseer las mejores instituciones castrense de nuestra América.

Luego de prestar invalorables servicios en las diversas jerarquías inferiores del escalafón militar, gracias a sucesivos ascensos concedidosle con estricta justicia, con el grado de Teniente Coronel, abandonando la Jefatura del Estado Mayor General del Ejército, se hizo cargo del Comando de la 1ª División de Infantería, con asiento en Concepción, que, por entonces, tenía a su cargo la vigilancia del territorio del Chaco, convirtiéndose en un celoso guardián de la soberanía nacional, allí amenazada por la "pacífica penetración" ordenada desde La Paz al Ejército de Bolivia.

Su genio de conductor comenzó a manifestarse en el cumplimiento de la orden impartida para la retoma de Pitiantuta, una de nuestras posiciones más avanzadas hacia el N.O., para ir adquiriendo creciente brillo en cada una y todos las batallas que se sucedieron desde Boquerón hasta las primeras estribaciones de las cordilleras de Los Andes, donde se llegó mediante avances sucesivos a lo largo de casi 4.000 km. hasta culminar con su histórico anuncio de la cesación de la lucha.

Concertado el armisticio el 12 de Junio de 1932, su primera actitud, luego de la cesación del fuego dos días después, fue extender la diestra amiga al ex contendor, en un rasgo de nobleza que demostró estar exento de odio y resentimiento, en la histórica entrevista sostenida con el General Peñaranda a la sazón Comandante en Jefe del Ejército de Bolivia, en Puesto Merino.

Llegó a todo lo mencionado, como artífice principal. Campesino él mismo, al frente de nuestras legiones arrancadas del agro, fue un vencedor en el estricto sentido de la palabra. Como un semidiós creó todo de la nada para triunfar en los primeros combates; vivió la vida sobresaltada de los campamentos; compartió la angustia creada por los avances impetuosos por él mismo ordenados; se embriagó con la sangre derramada por su propia decisión bajo el silbido de las balas de fusiles y ametralladoras, el estampido de los cañones y de los bombas de la Aviación; sufrió escuchando el quejido lastimero de los heridos de gravedad tanto como los reclamos por un "poquitito de agua" de los torturados por la sed que más aprieta cuanto más remota parezca la posibilidad de su provisión; permaneció aparentemente insensible ante la fría y macabra quietud de los cadáveres destrozados por la metralla, tanto en la selva impenetrable como en los traicioneros cañadones, en los cerros, las quebradas y los llanos de la seca tierra chaqueña, porque, a cada instante se sentía engrandecido per la visión del futuro de la amada patria amenazada.

Muchos libros se han escrito en el Paraguay y más allá de sus fronteras, para bosquejar su egregia personalidad y mucho más se escribirán en el transcurrir del tiempo los cuales día a día descubrirán nuevas y más brillantes facetas de su insigne personalidad, que habrán de proporcionar por siempre, creciente orgullo a los hijos de esta tierra nuestra tan querida.

El no tuvo la oportunidad de profetizar su futuro como el Mariscal glorioso de Cerro Cora Francisco Solano López, porque sin esperarlo, como él fue inmerecidamente escarnecido, puesto que sufrió la prisión y el destierro injustos que soportó con estoicismo digno de su esclarecido patriotismo.

Del exilio fue llamado para encomendársele misiones eminentes, incluso la de firmar la Paz y luego, para hacerse cargo de la inmensa responsabilidad de regir los destinos de la República. Con obras del más elevado sentido de desarrollo y programas en iniciación.

Un día aciago, 7 de Setiembre de 1940 estando en función de su alto cargo cayó herido de muerte en un infausto accidente de aeronáutica, llevándose consigo, en su viaje a la eternidad, a la digna compañera de su vida, doña Julia Miranda Cueto de Estigarribia y el héroe máximo de nuestro espacio celeste, el vencedor de Pavón en el cielo de Florida, el entonces Capitán Carmelo Peralta.

Con él se cumplirá también la profecía del Mariscal de hierro porque de entre la montaña de ignominia con que se pretendió aplastarlo, irá "creciendo a los ojos de la posteridad para llegar ser lo que necesariamente tendrá que ser en las páginas de la historia".

Fuente: El Excombatiente , Trinchera , Chaco-ré.

Fuente digital: http:// generalyegros.com (Registro: Agosto 2011, verificado y página no activa a Enero 2.013)

 

 

 

LA EPOPEYA DEL CHACO

 

            A los Jefes, Oficiales, Clases y Soldados del Ejército en Campaña:

            Con profunda emoción os anuncio la cesación de la lucha. En tres años de guerra habéis demostrado ser dignos de vuestros mayores, realizando una obra que las generaciones del porvenir recordarán con orgullo. Quiera Dios que ellas se inspiren siempre en vuestro ejemplo. Habéis vencido en jornadas inolvidables a un enemigo tenaz y a una naturaleza hostil. La Nación no olvidará a quienes combatieron y sufrieron para salvarla de la mutilación y de la deshonra. Si un pueblo debe ser grande por la inteligencia, el valor y el sacrificio de sus hijos, digo que el nuestro está llamado a los más altos y nobles destinos. En este día tan feliz, recuerdo especialmente, con el corazón dolorido, a los hermanos que cayeron desde Pitiantuta hasta Charagua. Sea para ellos nuestro homenaje y sírvanos en todo tiempo el santo ideal que los llevó a la muerte en plena juventud.

            Jefes, Oficiales, Clases y Soldados Combatientes y de los Servicios:

            A todos mi gratitud de paraguayo y de soldado. Yo llevaré a la tranquilidad de mi hogar, como el más grande honor de esta guerra, el haber sido vuestro comandante en Jefe.

 

            José Félix Estigarribia

Fuente: ÉTICA Y MORAL. SELECCIÓN E INTRODUCCIÓN ROQUE VALLEJOS. COLECCIÓN: HACIA UN PAÍS DE LECTORES 6. Editorial El Lector. Diseño e ilustración de tapa: Juan Moreno. Asunción – Paraguay. 2002 (131 páginas)

 

 

 

 

JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA INSAURRALDE : En la cúspide de su prestigio como estratega militar, el general José Félix Estigarribia Insaurralde tuvo amplia aceptación como candidato para la Presidencia de la República, a la que accedió el 15 de agosto de 1939.

Paradójicamente, luego de seis meses de gobierno constitucional optó por convertirse en dictador, al llevar adelante un golpe de Estado palaciego el 18 de febrero de 1940. Como tal ejerció hasta el 7 de setiembre de 1940, fecha en que falleció trágicamente.

Durante su Presidencia constitucional, estuvo secundado por el doctor Luis Alberto Riart y su gabinete lo integraron Cipriano Codas y Justo Pastor Benítez, en el Ministerio de Hacienda; Nicolás Delgado y Eduardo Torreani Viera, en Interior; Efraín Cardozo y Salvador Villagra Maffiodo, en Justicia, Culto e Instrucción Pública; Eduardo Torreani Viera e Higinio Morínigo, en Guerra y Marina; Justo Pastor Prieto y Tomás A. Salomoni, en Relaciones Exteriores; Alejandro Marín Iglesias, en Gobierno y Trabajo; Pablo Max Insfrán, en Obras Públicas y Colonización; Alejandro Dávalos y Ricardo Odriosola, en Salud Pública; Pablo Max Insfrán y Cipriano Codas, en Economía; luego se suprimió esta cartera y se creó la de Agricultura, Comercio e Industria, que estuvo a cargo de Francisco Esculies.

Durante el gobierno de Estigarribia, como se ha visto, se crearon varios ministerios; se autodisolvió el Congreso y el Presidente asumió los poderes políticos del Estado; se dispuso la redacción de una nueva carta política de corte totalitario, en sustitución de la Constitución de 1870; se suprimió el cargo de Vicepresidente de la República; y se prolongó el periodo presidencial a cinco años.

Asimismo, se creó el Consejo de Estado; se dispuso el cambio de nombre del Superior Tribunal de Justicia por el de Corte Suprema de Justicia; se estableció una tregua política y una ley de prensa; y se inició la construcción de la ruta II. Por otra parte, hubo varios disturbios estudiantiles; se intervino la Universidad Nacional, etc. El general Estigarribia nació en Caraguatay el 21 de febrero de 1888; hijo de José Mateo Estigarribia y Casilda Insaurralde.

Se casó con Julia Luisa del Carmen Miranda Cueto, con quien fue padre de Graciela Estigarribia Miranda (casada con Horacio Fernández y, luego de enviudar, se hizo monja). Según el doctor Alberto Noguez en su obra “Parentela Presidencial”, el mariscal Estigarribia tuvo además a Delia María (casada con Ramón Denis), Lidia Felicia (casada con Juan José Ortiz), Nimia (casada con Marcos Pozzi), Selva Emelia, Diora Esmirna, Francisca Ondina (casada con Gregorio Barrientos) y Celia Jorgelina.

Fuente: Artículo publicado por LUIS VERÓN, en el diario ABC COLOR, en fecha Domingo, 18 de Setiembre de 2005. Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL/ PARAGUAY

 

 

Enlace interno recomendado al espacio:

* Presidencia del Mariscal José Félix Estigarribia (15 de Agosto de 1939 al 7 de Setiembre de 1940) Segmento: Historia Política de la República del Paraguay.

* LOS GOBIERNOS DE JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBÍA e HIGINIO MORÍNIGO. Por HELIO VERA. LA HISTORIA DEL PARAGUAY - ABC COLOR. FASCÍCULO Nº 32 - CAPÍTULO 16, Asunción – Paraguay 2012.

* LA PERSONALIDAD PATRIOTICA DEL MARISCAL ESTIGARRIBIA. Por CARLOS HEYN, SDB. Separata de HISTORIA PARAGUAYA. Anuario de Academia Paraguaya de la Historia. Director: Rafael Eladio Velázquez, Volumen XXXII – Asunción, 1993 (II)



JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA (+)

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