MIS VERSOS PERDURARÁN…
CARLOS MIGUEL FERNÁNDEZ ORTIZ
Asunción – Paraguay
2003 (147 páginas)
PROLOGO
¡Claro que perdurarán los versos de Carlos Miguel!
Soñador, fecundo, tenaz, talentoso, trabajador...
Entiendo que mi muy apreciado amigo, con este poemario, desea compartir con todos los que tendrán la fortuna de leerlo, la más hermosa de las realidades a la que puede aspirar un artista... ¡Transmitir el sentimiento!
Por eso, como dicen los sabios, los confía el corazón al recuerdo.
¡Esta poesía suya, es agua pura y fresca para almas sedientas de ideales, y para quienes confíen que el futuro puede ser mejor!
Estoy seguro que el autor de estos versos, se habrá inspirado en esas cosas, lo que significa un gran paso.
¡Sólo faltan los lectores que asimilen estos sentimientos, para que estén en los corazones y el pensamiento de todos!
El hecho está aquí... a continuación de estas líneas, en este poemario que firma Carlos Miguel Fernández Ortiz, y que somete a la opinión pública, legando a las generaciones venideras, que serán mejores, jueces, y posiblemente, mejores catadores que nosotros, los de hoy.
Exactamente... ¡Con la misma amistad de siempre!
CHARLES GONZÁLEZ PALISA
Julio, 2003
PREFACIO
Mi libro de poemas…
Mi primer libro. Tal vez el último. Tal vez no.
Lo pone en mis manos con franca y fraternal sonrisa, mi hermano Manuel, recién salido de los talleres de la imprenta de su propiedad. Editado con su apoyo moral y Material.
No puedo negar que una emoción muy honda embarga mi alma y humedece mis ojos. Comparable tal vez a ese momento de dicha suprema, que todos sentimos, cuándo la enfermera deposita en nuestros brazos, un hijo recién nacido.
Mi libro de poemas, mi sueño realizado, escrito en noches de insomnio y de desvelo, y a veces también, en momentos diurnos de elevación mental y de meditación.
Lo acaricio con el mismo cariño con que di la bienvenida al mundo a mis tres hijos.
Este libro es mi cuarto hijo. Lo fui engendrando con mi lírica pluma. Con el cuidado con que el orfebre da brillo a una joya. Con paternal afecto. Convirtiendo en versos escritos, esa sublime brisa que es la inspiración poética, hablándole solamente al corazón, al sentimiento.
Mi libro de poemas... Mi escudo contra el anonimato y el olvido. Mi vano desafió hacia el destino ciego. Contra la breve jornada que al hombre, en el mundo los cielos señalan.
Alguna vez, cenando yo sea ausencia, cuando me haya ido, cuando por ley ineluctable, este cuerpo haya regresado a abonar la madre tierra, yo aún estaré vivo.
En ese mismo, momento que un lector me lea, del que ya se fue, le llegará un susurro, desde el más allá.
Yo he de desaparecer. Pero... mis versos perdurarán.
El autor
LA POESÍA
Tú me pediste, amor mío,
Que te escriba una poesía;
La poesía está en mí alma,
Y ya escrita, se hace verso.
Fluye calma y suavemente,
Y se acuna aquí en mi mente,
¡Cuando el soplo de las musas,
Me inspira amorosamente!
La poesía viene sola
Bajando del cielo mismo;
Da a mi espíritu canciones,
Y emotivas sensaciones.
A veces es un latido,
Y otras, un dulce gemido,
¡Del corazón angustiado,
Si no te tengo a mi lado!
La poesía es lo sublime,
El verso es el instrumento;
Que aprisiona con palabras,
Este hermoso sentimiento.
Y así, amor mío, te cuento,
En papel escrito a mano,
¡Que no hay otro ser humano,
Que pueda quererte tanto!
La poesía está muy dentro,
Del corazón palpitando;
Y es ésa tan íntima unión,
Cuando yo te estoy amando.
Ella es bálsamo y consuelo,
Mujercita que yo anhelo,
¡Te digo en cinco palabras:
La poesía está en ti, mi cielo!
ESTOS VERSOS DE AMOR
Para que tú me recuerdes,
Durante toda tu vida.
¡Para que nunca me olvides,
Ni aun estando dormida!
Para que puedas tenerme,
Presente siempre en tu mente.
Y para ti solamente,
Hice estos versos de amor!
Para que así tú te enteres,
Lo mucho que yo te quiero.
¡Y al no tenerte a mi lado,
De a poquito yo me muero!
Para que puedas quererme,
Dulce y cariñosamente.
Y para ti solamente,
Hice estos versos de amor!
Para que sepas que tú eres,
Lo más hermoso del mundo.
¡Y que puedes inspirarme,
Este amor que es tan profundo!
Para dejar un testimonio,
de mi cariño eternamente.
Y para ti solamente,
Hice estos versos de amor!
Para que sepas que pienso
En ti de noche y de día.
¡Cuando hay sol, o cuando llueve,
En verano o en invierno!
Para que quede y perdure,.
Esta verdad tan quemante.
¡Y para ti solamente,
Hice estos versos de amor!
ESE DA
Tengo ml amor reservado, para el vía que te encuentre
¡Tengo mil besos guardados, para besarte ese día!
Tengo caricias secretas, que nadie nunca ha gozado,
¡Tengo frases exquisitas, que yo te diré... ese día!
Tengo poemas no escritos, que nacerán ese día,
¡Tengo pimpollos en el alma, a florecer para ti!
Tengo suspiros profundos, por deseos de conocerte,
¡Tengo tantas ganas, de nuestro encuentro... ese día
Tengo un lecho perfumado, para el éxtasis futuro,
¡Tengo mis ansias de amarte, pobladas de fantasías!
Tengo impaciencia, amor mío; para llegar a tenerte,
¡Tengo penas que me queman, hasta que llegue... ese día!
Tengo recelo de ese día, cuando estemos tu y yo solos,
¡Tengo temor que no aguante, del corazón mis latidos!
Tengo estos versos escritos, para ofrendarte ese día,
¡Tengo miedo de morirme, de tanto amor... ese día!
DONDE ESTAS...?
¿Dónde estás? Que no puedo encontrarte,
Pues yo sé que andarás por ahí.
Transitando tu ruta en la vida,
¡Hasta el día que llegues a mí!
¿Dónde estás. Qué te busco en mis noches,
Que son largas así sin dormir.
Y durmiendo, te veo en mis sueños,
¡Yo te aguardo, mi amor, ven a mí!
¿Dónde estás? Yo te espero mi vida
Conteniendo mis ansias de amar.
Mi pasión, encendida se inflama,
¡Y se hace fuego en febril frenesí!
¿Dónde estás? Yo bien sé qué tú existes,
Y viniéndote estás hacia mí.
Date prisa, que yo ya no aguanto,
¡Nuestro amor, será dicha sin fin!
DOS CULPABLES
Para que pueda existir una poesía de amor,
Deben siempre haber estas dos cosas:
Una mujer hermosa, que la inspira,
¡Y un poeta y soñador, que la admira!
Se necesita, pues, que haya dos culpables,
Es culpa concurrente, responsabilidad compartida.
La llamarada de amor, ésa que resucita,
¡Y dos corazones que laten, al compás en una cita!
Yo soy el que más te adora, y no te puedo alcanzar,
¡Pues tú no me quieres dar, lo que yo de ti espero!
Y es cómo navegar, sin rumbo, en aguas bravías,
¡Sin remos, sin timonel, ni siquiera un salvavidas!
Me armaré de paciencia, esperando me comprendas,
Que un día tal vez cercano, tú te decidas a ser mía,
Lo bueno se hace esperar, por lo visto, es mi destino
¡Y lo mismo, a Dios bendigo, por hallarte en mi camino!
TU BOCA
Es tu boca roja, tan dulce y sabrosa,
Es loca y lasciva, y es tan sensitiva,
Cual grana madura, fresca y deliciosa,
¡Carnosa y melosa, es de verdad preciosa!
Y allí entre tus labios, lúbricos, divinos,
Se asoma un poquito tu lengua rosada,
Y en pícaro gesto, sensual, malicioso,
¡A tu boca hermosa, la hace más mojada!
Boca dibujada por pincel divino,
Boca irresistible, que invita al amor,
Que me lleva al clímax, y así me enloquece,
¡Boca de lujuria, que es pura ambrosía!
Boca pecadora, que te envidian todas,
Porque no poseen tu encanto sin par,
¡Su néctar seduce, deleita, y embriaga,
Enciende y calma, mis ansías de amar!
Boca que cautiva, perfecta, de diosa,
¡Tu boca ardorosa transmite calor!
La dibujó Apeles, la esculpió Fidias;
¡Y yo este poema, escribí en tu honor!.
NUESTRA NOCHE
Una sola noche es la que yo te pido,
Que pasemos juntos, solos tú y yo.
Una noche hermosa, para dos amantes,
¡Noche de locuras noche de pasión!
Que sea esa noche, la de no olvidarnos,
Disfrutando ambos a miel del amor.
En una cabaña lejana de todo,
¡Donde no haya nadie para importunar!
Que allí nos brindemos todas las caricias,
Que hace ya tiempo soñamos gozar.
¡Amarnos, sin frenos, con besos profanos,
Sin interferencias del mundo exterior!
Tendrás muchas noches, en tu larga vida,
¡ Y yo te pido una, ni una sola más!
Y ahí en tus entrañas de crisol ardiente,
¡Destilar la esencia viril de mi amor!
Que bella sería, esa nuestra noche,
Una dulce aventura, sólo tuya y mía.
Y apagar el fuego que, hace tiempo ardía,
¡En nuestros dos cuerpos, con tanta porfía!
Que quede grabada, así en nuestra historia,
Que luego, lejana, ya he de recordar.
A ésta noche hermosa, que tú me brindaste,
¡Esta única noche, que te he de robar!
LA LLAVE
Te pido una cosa, y no me la niegues,
La llave secreta de tu corazón.
¡La que me permita lograr que me quieras,
Y pueda acercarme a darte mi amor!
La llave divina qué con mis palabras,
Despierte en tu alma, tus ansias de amar.
¡Y rompa así el hielo que hoy nos separa,
Y yo beba el aliento de tu suspirar!
Porque ya hace tiempo que vivo pendiente,
Por lograr siquiera de ti una mirada.
¡De tierno cariño, y de amor ardiente,
Llena de dulzura, y muy enamorada!
Dichosos los ojos que han de contemplarte,
En toda tu belleza de musa sin par.
¡Qué feliz el hombre que pueda tenerte,
A quien tus caricias le has de ofrendar!
Dichosos los labios que puedan besarte,
Gloriosos los brazos que te han de abrazar.
¡Yo quiero esa llave que me abra las puertas,
De tu alma divina, y poderte así amar!
MI ERÓTICA SELVA
Esa tu selva enmarañada
La parte erógena y umbría,
Que cubre las desnudeces,
De tu ondulante anatomía.
¡Pone el fuego en mis venas,
Me hace vibrar de alegría,
Y a mis pasiones aviva,
Al saber que tú eres mía!
Poéticamente proclamada,
De ser el Monte de Venus,
Te llamo yo, mi Erótica Selva,
La que enciende mis deseos.
¡De tu ombligo al descender,
Entre tus muslos de seda,
Yo encuentro tanto placer,
Al poseerte, amor mío!
Selva púbica y poblada,
De vello suave y sedoso,
Guardando el túnel del amor,
De tus íntimas honduras.
¡Qué vibrante satisfacción,
Transmites cuándo te beso,
En tu más preciado tesoro,
¡Tu surco es tan delicioso!
Selva de amor impregnada,
Que deleita y enloquece,
Estremeciendo así a mí ser
En hogueras de lujuria.
¡Tienes la selva preciosa,
Que yo riego virilmente,
Llenando fecundamente,
Tu recipiente de amor!
HOY FUISTE MIA
En esta noche, el veintinueve,
Del mes de mayo, año dos mil.
¡Tú fuiste mía, tú me entregaste,
Tus diez y nueve, del mes de abril!
Quiero contarte que yo esperaba.
Con tantas ansías , de ti el calor.
¡Y me brindaste con tus caricias
Todo lo bueno de ti, mi amor!
A tu salud, hoy me bebo un vino,
Por los momentos de no olvidar.
¡Que me colmaste de amor divino,
Y que por siempre he de recordar!
De no olvidar esas horas fueron,
Viví contigo una ensoñación.
¡Jamás podría yo a ti dejarte,
Tú serás siempre mi adoración!
MI DIVA DIVINA
Pasáronse dos meses
De aquella azul mañana,
Feliz de primavera
En que te conocí.
Dos meses ya que tengo
Escrito aquí un poema,
¡Con sangre de mi alma,
Y es sólo para ti!
Y en todo este tiempo
Yo no me había animado,
A declararte en versos
Que desde ahí te amé.
Y soy tuyo por siempre
Oh! Dulce dueña mía.
¡Mi diosa apetecible,
Tú a mí me haces soñar!
Un mundo de ilusiones
Para ambos yo quisiera,
Tan lleno de ternura
Y de sublime amor.
Y ver nacer la aurora
Contigo aquí a mi lado,
¡Después de una noche,
De ensueño y de pasión!
Que nada nos separe
Ni tan sólo un segundo,
Que todo sea hermoso
Sin dudas ni traición.
Amarnos con el alma
Rebosante de alegría,
¡Y ver pasar la vida,
Queriéndonos los dos!
Los más bellos momentos
Que pueda imaginarme,
A compartir contigo
Querría yo tener.
Besarte con locura
Sentirte toda mía,
¡Poseerte y disfrutarte,
Pagana diosa en flor!
Y no presientas nunca
Los lutos del olvidó,
Lo nuestro será eterno
Ya no ha de terminar.
Qué linda cada hora
Gozando intensamente,
¡Teniéndote a mi lado,
Y soñando junto a ti!
Tú tienes la fragancia
Que no está a la vista,
Y que tan solo algunos,
Podemos percibir.
Que no es simple materia
La que no tiene precio,
¡Filón es de oro puro,
Belleza en tu interior!
Vislumbro un paraíso
De goces y dulzuras,
En tu mirada pura
De un raro resplandor.
Y entre tus dulces labios
Se anida fresca risa,
¡Y es promesa ardiente,
De fuego y de pasión!
Yo estoy muerto por dentro
Y estoy vivo por fuera,
Pagando el duro precio
De una mala elección.
Reclíname a tu hombro
Y sécame este llanto,
¡Quién sabe si con eso,
Yo vuelva a revivir!
Poeta soy, y errante,
Dedícole este canto,
Mis rimas más selectas
Las flores de mi amor.
Tú, mi diosa apetecible,
Aumentas mis latidos,
¡Poniendo en grave riesgo,
A mi amante corazón!
Yo soy sólo un poeta
Y quiero en éstos versos,
Dejar el testimonio
Perenne de mi amor.
Y digan los que lean
De estas pocas rimas:
¡Cuán bella era ella..!
¡Y cuánto la amó él..
MI APETECIBLE AMOR
Son tus ojos y tu boca,
Lo que más yo amo en ti.
Soñadores, los primeros,
Y de un lánguido mirar.
¡Y esos labios apetecibles,
Que tanta pasión inspiran,
Y alimentan fantasías,
De mí amor, ¡Oh! ¡Sin igual!
Dámelos, por Dios te pido,
Esas dos cosas tan bellas.
Con las que Nuestro Señor
Adornó tu hermosa figura.
¡Son lo mejor en la natura,
Y mi tormento constante,
Pues desde el primer instante,
No pude dejar de amarte!
Tengo el molde de tus labios,
En un pañuelo grabado,
Y lo miro enamorado,
Extasiado y con demencia.
¡Con tanta pasión, tan pura,
Cuánto amor incandescente,
Con que mi alma bohemia,
Se tortura al no tenerte!
Yo no sé que puedo darte,
Por un solo beso tuyo,
¿Un mundo? Oh! Es muy poco
¿Un cielo? No! Tampoco.
¡Te entregaría mi alma,
Mi ser, mi existencia toda,
Como nunca ame a ninguna,
Mi apetecible diosa ideal!
Qué delicioso y dulce panal,
Sería tu boca carnosa,
Roja, húmeda y sabrosa,
Con pleno gusto de ambrosía.
¡Y la más bella melodía,
Resonaría en mi pecho,
Y te entregaría sólo flores,
Solo flores, ¡Nunca espinas!
Déjame tenerte ahora,
Que la vida nos sonríe,
Y roja sangre turbulenta,
Fluye briosa en nuestras venas.
¡Sin tener en cuenta penas,
Ni pasados sinsabores.
Disfrutémonos sin frenos,
Con la fuerza del amor!
Si me dices: no te vayas,
Yo me quedo, no me voy.
Vivamos pues, el momento,
Que el futuro es tan incierto.
¡Entre los espasmos de un beso,
La vida surge con fuerza,
Pues el otoño nos acecha,
Con eterna yefícaz paciencia!
No te burles de mis versos,
Escritos de madrugada.
Soy un hombre enamorado,
De la más bella sonrisa.
¡Y aspirar quiero el aroma,
De tu alma de paloma!
Y te ruego sollozante,
¡Yo te quiero! ¡No me hieras!
A TU RECUERDO
Estos momentos dulces y tiernos,
Que yo a tu lado gocé al pasar,
¡Qué no daría por ser eternos,
Porque ya no te podré olvidar!
Hoy el destino de ti me aleja,
Sin importarse de mi dolor,
Ni la tristeza que a mí me aqueja,
¡Al apartarme de ti, mi amor!
Pero no importa, porque algún día,
No muy lejano, regresaré,
Y si aún me quieres, amada Mía,
¡Para vivir por ti, volveré!
Yo sé, amor mío, que flor tan bella,
Ya en mi camino no he de encontrar
Que tú serás mi luz
¡Y ya por siempre te he de amar!
AMOR OTOÑAL
No me mires de reojo,
Y con cierta altanería,
Sabiéndote bella y joven,
Y motivo de idolatría.
Porque a tu paso los hombres,
Té brindan su pleitesía,
¡Y se dan vuelta a mirarte,
Ya de noche, o ya de día!
Si mis cabellos son grises,
Y no soy ya un jovenzuelo,
Si en mi alma hay cicatrices,
Y tuve noches de desvelo.
También puedo darte amores,
Y a tus ansías el consuelo,
¡Serías tú mi preciada presa,
Yo podría ser tu anzuelo!
No me excluyas de tu vida,
Por ser hombre ya maduro.
Que el amor es arte y ciencia,
Es la verdad, te lo juro.
Y al poseer la experiencia,
Se llega al goce más puro.
¡Se pone cuerpo y conciencia!
Para amar, te lo aseguro!
Yo puedo brindarte amores,
Y tantas caricias amables.
Despertando en ti pasiones,
Con mil besos especiales.
Puedo llevarle a regiones,
De placeres nocturnales.
¡A cumbres que no conoces,
Y de alboradas celestiales!
Para el amor no hay edad,
Dice un dicho tan certero.
Hombre y vino, es la verdad,
Mejoran cuándo se añejan.
Dame tú la oportunidad!
De enseñarte lo aprendido.
¡Y será inmensa felicidad,
El habernos tú y yo amado!
BESOS COMPRADOS
No sé si existen besos honrados,
Yo solo tuve besos comprados.
Los hay ardientes, suaves, fogosos,
¡Pero son siempre tan deliciosos!
Besos comprados son los mejores,
Tienen un dulce sabor de engaño.
Sin compromisos, no hay desamores,
¡Besos comprados, no te hacen daño!
Luego te alejas, sin dar aviso,
Tú los pagaste, y los disfrutaste.
Te buscas otras, en cada esquina,
¡Una te espera, para alegrarte!
Besos comprados, nunca igualados,
Si duran poco, poco me importa.
Lo que se alarga, pronto me cansa,
¡Para gozarlos, la vida es corta!
INDICE
Prólogo
Dedicatoria
Agradecimiento
Poema
Prefacio
La poesía
Estos versos de amor
Ese día
¿Dónde estás
Dos culpables
Tu boca
Nuestra noche
La llave
Mi erótica selva
Hoy, fuiste mía
Mi diva divina
Mi apetecible amor
A tu recuerdo
Amor otóñal
Besos comprados
Mis primeros versos
La noticia
Musa oriental
Oda al dinero
El poeta
Mi canto al vino
Dolorosa realidad
Poema olvidado
El ingrato
Por una mala mujer
Remembranzas
Mártir del Periodismo
La justicia paraguaya
Mi último pañuelo
No estoy de acuerdo
Me da vergüenza
La olla de mamá
Amor de adolescentes
Mi título de Abogado
El padre
Soltero
El Álbum familiar
Billetes
Llora, Oh! Patria Mía
Amor de madre
Madrugada
Ante el féretro
Pensamientos
Amor de bohemio
Fugitivo amor
Romance de ayer
Muertos queridos
Sólo hay una
Llévate todo
Dos cartas
Mi señora muerte
Hijo mío
Solo tú
Respaldo maternal
Mi hombrecito
El tórtolo viudo
Privilegios del hijo mayor
Pobre anciana
Yo te busqué
La vida
Día del padre
Quisiera llevarte lejos
Jovenzuela
Ilusión fugaz
El bohemio
Promesa de amor
Mujeriego
Malherido
En tú noche de graduación