PortalGuarani.com
Inicio El Portal El Paraguay Contáctos Seguinos: Facebook - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani
ELVIO ROMERO (+)

  VOCES QUE NO SE APAGAN - ELVIO ROMERO


VOCES QUE NO SE APAGAN  - ELVIO ROMERO

ELVIO ROMERO - VOCES QUE NO SE APAGAN

CD 1

 
Entrevista realizada por VICTORIO SUÁREZ
 
Palabra viva de grandes escritores paraguayos
 
 
 
 

Poeta, Premio Nacional de Literatura. Nacido en Yegros, en 1926; se sitúa "a caballo" entre una (la del '40) y otra generación (la del '50) en la historia de la poesía paraguaya del presente siglo. Muy joven, se integró a la promoción de Héríb Campos Cervera, Josefina Plá, Roa Bastos, que habría de renovar la literatura paraguaya. Es el más importante, combativo, brillante y talentoso poeta paraguayo. Militante comunista, luego de la guerra civil de 1947 se ve forzado, con es-casos 21. años y como tan-tos otros, a abandonar a la que él mismo llama "nuestra profunda tierra". Desde entonces no ha vuelto a residir establemente en el Paraguay. Viaja incansablemente alrededor del mundo. Jamás olvida a su patria y a los suyos y las inflexiones de su voz, al decir corno pocos poetas su propia poesía, tiene un timbre inconfundiblemente paraguayo. Ha desempeñado tareas editoriales y pronunciado recitales y conferencias en varios centros culturales de América y Europa. Gabriela Mistral, la Premio Nobel chilena, escribe sobre su poesía: "pocas veces he sentido la tierra como acostada sobre un libro". Exilio, desamparo, amor, esas otras expresiones de la misma vida, están permanentemente presentes en la prolífica obra de Romero. A más de sus libros de poemas -que sobrepasan largamente la decena- escribió los textos de dos de los poemas sinfónicos más impresionantes de la historia de la música paraguaya, creados por su venerado compañero, el maestro José Asunción Flores: "María de la Paz", nombre de la paloma que remontó el vuelo luego de la hecatombe nuclear de Hiroshima y "Pyharepyte" ("Noche profunda") sobre la atormentada vida del gran poeta guaireño Manuel Ortíz Guerrero. Su obra poética, de brillo y vigor poco usuales en la literatura paraguaya, incluye: "Días roturados" (1948), "Resoles áridos" (1950), "Despiertan las fogatas" (1953), "El sol bajo las raíces" (1956), "Esta guitarra dura" (1961), "Libro de la Migración (Yvyñomimbyre)" (1964), "Un relámpago herido" (1967), "Los innombrables" (1973), "Destierro y atardecer" (1975), "El viejo fuego" (1977), "Los valles imaginarios" (1984), "Poesías completas", 2 tomos (1990), "Sus mejores poemas" (1996). Corno ensayista es autor de "Miguel Hernández, destino y poesía" y de "El poeta y sus encrucijadas" (1991), obra con la cual se hizo acreedor del Premio Nacional de Literatura en su primera edición. Residía en Buenos Aíres, donde desempeñaba funciones diplomáticas en el carácter de agregado cultural de la Embajada paraguaya en la capital porteña. Fue colaborador del diario Última Hora, de Asunción. Falleció en Buenos Aires, el 18 de mayo de 2004.

 
 
 
 

ESCUCHE EN VIVO/ LISTEN ONLINE:

ELVIO ROMERO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 

 (Hacer click sobre la imagen)

 
 
 
 
 
 
 

ELVIO ROMERO (Yegros, 1927- Buenos Aires, 2004)

(23/V/93 - ABC) (15/XII/96 – NOTICIAS). Entrevista por VICTORIO SUÁREZ

“EL NEOLIBERALISMO FOMENTA LAS DIFERENCIAS SOCIALES”

( GENERACIÓN DEL 40 - LITERATURA PARAGUAYA )

 

 

El poeta Elvio Romero es uno de los más fecundos versificadores de nuestro país. A lo largo de los años reflejó en sus obras el sentir del pueblo paraguayo. Se inició con la Generación del 40, enmarcando su producción en la línea vanguardista junto al inolvidable Hérib Campos Cervera. En 1947 —por razones políticas—abandonó el país, pasando la mayor parte de su vida en Buenos Aires, donde se desempeñó como asesor cultural de la Embajada paraguaya. En la presente entrevista, el Premio Nacional de Literatura 1991 nos habló de algunos temas que son de actualidad, sin olvidar los años que marcaron profundamente a su promoción literaria. Falleció en el 2004 en la ciudad de Buenos Aires.

 

—Elvio, en materia cultural se impone una renovación, ¿de qué manera se puede enfocar la cuestión?

—Hay que actualizar el país sin olvidar que el Estado debe jugar un rol de primerísimo orden, como en las sociedades de mayor desarrollo donde los medios de comunicación estatal tienen una capacidad extraordinaria de comunicación y cohesión. El asunto depende de la preparación de cuadros para mover un gran proceso cultural-educativo que debe ser amplio a fin de generar la renovación. Ese papel les corresponde a los trabajadores de la cultura, no precisamente a núcleos elitistas que sin conocer la problemática del trabajo creativo manejan la cuestión cultural. La experiencia nos dice que debemos defender la idea de crear las escuelas- talleres y fomentar el sistema cooperativo, a fin de no separar al trabajador de su hábitat. Lastimosamente, los políticos al no ocuparse de la cultura no entendieron hasta hoy la importancia de ésta dentro de la sociedad.

 

—Es evidente la distancia existente entre los intelectuales y políticos, ¿cómo superar ese divorcio?

—En nuestro país, donde todo es primario, tenemos que cohesionarnos. Hace falta una organización de intelectuales que debe funcionar necesariamente, incluso con apoyo estatal. Tenemos que tener una sociedad de escritores que funcione a través de planes y bases rigurosas para poder tener una concertación y negociación. Ahora, entiendo que ante cualquier circunstancia que surja los intelectuales pelearán por sus reivindicaciones. De ahí la importancia de ir desarrollando proyectos donde el trabajador de la cultura cumpla un rol protagónico.

 

—¿Se dio alguna vez en nuestro país esa cohesión tan necesaria?

—Hubo un tiempo en que había cierta coincidencia en superar el viejo Paraguay. El Ateneo Paraguayo tuvo una revista espléndida; aquello fue un signo revelador de búsqueda y aproximación seria para elevar al país hacia un sitial de relevancia. Pero, al margen de todo esto, creo que tuvimos una dictadura muy larga que acalló todo. Los hechos demuestran que durante el régimen stronista la persecución a los intelectuales trató de borrar todo afán de libertad y organización. Se instauró el miedo y muchos fueron condenados a la soledad y al silencio. Eso creó una doble marginalidad para los escritores y artistas.

 

— ¿Cuál es tu opinión acerca del protagonismo de los escritores para el tiempo que vivimos?

—Muchos trabajadores de la cultura, gente valiosa, se han incorporado al trabajo político, estimo que eso puede producir grandes cambios. Es decir, se va a plantear seriamente la cuestión cultural dentro de un marco político actualizado que entienda de una vez por todas que invirtiendo en la cultura se puede elevar el reconocimiento y la buena imagen del país. Aquí se necesita programar y administrar para superar las limitaciones. Pero que no vuelva a suceder aquello de que nuestro país no halla representación internacional por falta de medios o simplemente a causa de la indiferencia de quienes deberían apoyar la actividad cultural. Al respecto, quiero contar una anécdota que refleja claramente nuestra realidad. Hace unos días, en la Feria Internacional del Libro, en Buenos Aires, se iba a realizar un homenaje a Raúl González Tuñón. Como la conferencia estaba a mi cargo, quise aprovechar la oportunidad para llevar a varios intelectuales paraguayos. Pero, como siempre, el intento se frustró, pues toda iniciativa al gestionar pasajes, transporte de libros, etc., navegó hacia la nada por falta de recursos. Ante esa miserabilidad, un amigo humilde pero de gran arandu ka’aty me dijo lo siguiente: “Ñande ningo ñapyno’i”. Y es cierto, tenemos poca energía para impulsar algo. Ante los inconvenientes mezquinos de este tipo, creo que el Gobierno puede cumplir una gran función dotando las embajadas con agregados culturales que sean del gremio. Dejo en claro que mientras haya indiferencia hacia la cultura y los militares sean los elementos monopolizadores de las sedes diplomáticas en el exterior, la imagen cultural del país no podrá ofrecer gran cosa. Esa situación, que significa una rémora osada del stronismo, se debe revertir en una democracia. En realidad, debemos exigir una reestructuración global del país. Esa expresión que nos dice: “Hay que refundar la República” es un eslogan certero.

 

—Respecto a la literatura paraguaya, ¿cuál es tu percepción de nuestra realidad? ¿Qué particularidades se están dando?

—Siempre me preocupó la literatura y nunca he perdido contacto con la nuestra. Me informo permanentemente de lo que sucede en Paraguay. Respecto a nuestra realidad literaria, creo que se trata de un momento difícil, especialmente para un escritor que comienza. En cuanto a los enfoques, es probable que se produzcan dos fenómenos: 1) Que alguien retome la línea social de la literatura paraguaya. 2) Que aparezca una literatura de evasión que se manifiesta fuertemente en ese tipo de poesía descuidada formalmente y sin puntuación. Llevemos en cuenta que en poesía la puntuación es fundamental porque mediante ella el verso respira y produce el tono justo. La poesía que no obedece los signos de puntuación como medida de descanso es incorrecta y generalmente carente de tema serio. Víctor Hugo había dicho sabiamente lo siguiente: “La forma no es más que el fondo que emerge a la superficie”. Es decir, lo que se piensa bien, sale bien. Por eso es siempre recomendable la lectura de los clásicos.

 

—En el Paraguay el problema de comunicación y difusión es grave.

—El problema grave es el medio que pueda difundir lo que se escribe. El Ministerio de Educación del Paraguay es el único en el mundo que no tiene una colección completa de literatura paraguaya. Eso es una vergüenza. Los libros paraguayos deberían repartirse por las embajadas y en lugares carenciados de información sobre la creación nacional. Por eso digo que el problema cultural es global y abarca el plano local e internacional. Ya no se puede caer en eso que dijo un político stronista: “No nos interesa discutir los problemas internacionales porque aquí las cosas resolvemos en nuestra propia casa”. A pesar de todo, quiero rescatar el trabajo abnegado de muchos que a pulmón hacen todo. Tenemos como ejemplos a Carlos Colombino, Carlos Villagra Marsal y otros artistas.

 

— ¿Cómo se da el compromiso en una obra? ¿Eso se llama literatura por encargo?

—El compromiso se da a través de una ideología, eso es indudable. Si eso se asimila bien, la obra sale sola. Yo no creo en la literatura por encargo; en mi caso particular, cuando quise hacer nunca me salió nada. Pero el encargo puede salir también acorde a la atmósfera. Un caso famoso es de la Marsellesa; el autor de esta obra la escribió por encargo en sólo dos horas. Nunca más escribió porque era un poeta mediocre. Pero no vamos a ignorar que el autor estaba iluminado por un instante milagroso. Eso demuestra que nada deja de existir en el arte. Shakespeare escribió sus obras por compromiso y pagado. Solamente muy avanzada la era burguesa, el artista consiguió cierta libertad; anteriormente, siempre requería de un mecenas. Mozart, Bach, y tantos otros creadores compusieron por encargo. De todos modos, sorprende la forma en que el artista de repente desafía a la sociedad. Tenemos el caso de Rubens, quien pintó una virgen con los senos desnudos, aquello fue una audacia insólita. Un inglés decía que “La Divina Comedia” tiene más elementos políticos que teológicos. Quevedo también sirve de ejemplo: fue un artista revoltoso. Víctor Hugo escribió un libro contra Napoleón III y contra las tiranías; Byron fue un poeta político. Rimbaud, el poeta más puro, decía: “Hay que cambiar la vida”. En realidad me costaba escribir por el tiempo que disponía para hacerlo. Nunca tuve tiempo, aprovechaba los sábados, domingos y feriados. En un ciclo dedicado a mis obras en Norteamérica, un profesor me preguntó sobre la línea revolucionaria de mi producción poética. Ahora yo pregunto: ¿Qué escribirán hoy los poetas rusos que fueron arrasados por un vendaval que ni ellos entienden? ¿Dónde van a buscar el camino de la creación? No sé, pero tendrán que encontrarlo.

 

— ¿La literatura paraguaya es conocida en el exterior?

—Al respecto te cuento una anécdota. En 1970, con un grupo de gente visité Egipto. Estando allí tuve dos experiencias. Una, de la manera más espontánea escribí una poesía en guaraní: “Che ropea guype”. La segunda experiencia responde a tu pregunta. Siempre en Egipto fuimos recibidos por el presidente Nasser. Al salir de la entrevista nos regalaron del Ministerio de Relaciones Exteriores de dicho país, una fotografía del líder egipcio con una dedicatoria que decía: “Al poeta de Gua gua guay, Elvio Romero”. Y no digo más. Con lo que conté, sólo quise resaltar que en el exterior contamos muy poco; esa situación me lleva a veces a repetir la genialidad de Víctor Hugo, quien había dicho: “Para ser poeta, hay que elegir el lugar donde se va a nacer”. Una cosa es ser francés o español. Tenemos el ejemplo de Zelaya, un poeta de cuarta categoría, pero muy conocido en la época de Franco.

Era charlatán, pero era español. Aquí se hacía en ese momento mucho mejor poesía, como las obras de amor de José María Gómez Sanjurjo que los españoles no lograron ni por aproximación. Nuestro problema no es desarrollar la cultura solamente aquí sino que debemos proyectarnos internacionalmente para tener presencia.

¿Cómo se hace eso? Tratando de organizar el país, invitando gente, intercambiando tareas y experiencias. Imagínate la venida al Paraguay del consagrado Rafael Alberti, que no se pudo concretar porque no conseguí pasajes. Eso no puede ocurrir en ningún país serio del mundo, pero en Paraguay eso pasa como algo lógico y natural. Citar los puntos de marginalidad sería largo, por eso sólo nos queda lamentar ciertos hechos y tener la creencia de que debemos cambiar las cosas.

 

EN EL MARCO DE LAS NUEVAS TENDENCIAS IDEOLÓGICAS

 

—Elvio, entiendo que más allá de la labor poética mantuviste una postura crítica sobre la situación que atraviesa la humanidad. En ese sentido, ¿qué está pasando en el mundo?

—En primer lugar, debo mencionar algo conocido por todos: la caída del socialismo en una parte del mundo. Dicha situación abrió una serie de conjeturas y nuevos modelos de convivencia social y económica. Debemos entender que todo se desprende de la tenaz lucha que emprendieron durante décadas los sistemas hegemónicos: el marxismo y el capitalismo. De esa confrontación salió airoso el sistema capitalista porque la entonces Unión Soviética no pudo aguantar la lucha armamentista. Aquel negocio de los EE.UU. fue la ruina para el socialismo soviético y sus ejes de influencia. El sistema socialista cayó en la trampa de la Guerra Fría porque no aguantó la competencia. La burocracia soviética no entendió esa coyuntura y cuando se dio cuenta ya todo se echó a perder.

 

— ¿Se puede decir que el certificado de defunción del socialismo apareció antes?

—Desconfío de esa afirmación porque actualmente están surgiendo nuevas experiencias socialistas con exclusión de la experiencia anterior. Creo que el capitalismo tiene problemas fenomenales, especialmente EE.UU., que representa la cabeza. ¿Quién ignora las dificultades raciales de Norteamérica? ¿Quién no sabe que actualmente muchos países europeos dan su negativa a los EE.UU.? ¿Quiénes ignoran que la sociedad norteamericana corre serio peligro a causa de la pérdida del calor humano en los hogares? En ese contexto, no debemos olvidar que el neoliberalismo estadounidense atraviesa serios inconvenientes económicos con el cierre de los beneficios sociales, especialmente latinos. O sea, el sistema capitalista no es la panacea. En la feroz lucha por la hegemonía, Vietnam dio una buena lección a los EE.UU., ¿por qué? Porque los vietnamitas defendieron su país, su cultura y no aceptaron las recetas impuestas que hoy están asfixiando al mundo. Sin lugar a dudas, el neoliberalismo está abriendo peligrosas diferencias sociales. Eso se debe corregir.

 

— ¿Se vislumbran nuevas tendencias ideológicas en el mundo?

—Ya existen. El auge neoliberal está cediendo. En Paraguay no sé por dónde llegará el cambio. Ningún sistema aislado de la solución de los problemas sociales puede subsistir por mucho tiempo. No hay respuestas y eso es grave. Creo que a pesar del bloqueo económico Cuba es un buen ejemplo de cómo se van orientando las nuevas tendencias. Los cubanos tienen conciencia política e identidad étnica, por eso no cae Fidel Castro. El pueblo ni piensa sacarlo porque sabe lo que le espera. El pueblo cubano no sólo sigue a Fidel sino también a Martí, el poeta cubano que había leído a Marx y escribió en su momento una crónica sobre el pensador alemán.

 

—Finalmente, ¿qué puede lograr la poesía?

—La poesía puede abrir muchas posibilidades. Puede enriquecer el espíritu y fortalecer la visión de los hombres. La poesía es la comunicación más plena y permanente. Yo escribí poemas de amor en épocas muy rudas que me tocó vivir. Para mí la poesía es siempre un refugio, un fuego que ilumina, un compromiso muy grande con el pueblo.

 
 
 
 
 
 
 
 

MÚSICA PARAGUAYA - Poesías, Polcas y Guaranias - ESCUCHAR EN VIVO - MP3

MUSIC PARAGUAYAN - Poems, Polkas and Guaranias - LISTEN ONLINE - MP3

 

 





Bibliotecas Virtuales donde se incluyó el Documento:
MÚSICA
MÚSICA PARAGUAYA - POLKAS y GUARANIAS (PARA E
LIBROS,
LIBROS, ENSAYOS y ANTOLOGÍAS DE LITERATURA PA



Leyenda:
Solo en exposición en museos y galerías
Solo en exposición en la web
Colección privada o del Artista
Catalogado en artes visuales o exposiciones realizadas
Venta directa
Obra Robada




Buscador PortalGuarani.com de Artistas y Autores Paraguayos

 

 

Portal Guarani © 2024
Todos los derechos reservados, Asunción - Paraguay
CEO Eduardo Pratt, Desarollador Ing. Gustavo Lezcano, Contenidos Lic.Rosanna López Vera

Logros y Reconocimientos del Portal
- Declarado de Interés Cultural Nacional
- Declarado de Interés Cultural Municipal
- Doble Ganador del WSA