ILUMINACIÓN Y RENACIMIENTO, 2014

Obras de LUCERO VILLALBA

Casa Mayor Galería de Arte

Asunción - Paraguay

Iluminación y renacimiento se titula la muestra de

Lucero Villalba Hagelnstange

a inaugurarse en Casa Mayor Galería de Arte.

Martes 28 de Octubre a las 20:00 horas.

Lucero Hagelstangenace en buenos aires el 21 de enero de 1962 y en 1970 se traslada a Europa con su familia pasando parte de su infancia allí regresando nuevamente de unos años a su Buenos Aires natal.

A partir de 1996 su imagen se vuelve con una fuerte tendencia latinoamericana con elementos de arte precolombino desde una visión contemporánea.

En el periodo del 2001 al 2006 realiza un relevamiento de investigación personal realizando documentales en diversos sitios arqueológicos de Sudamérica y presenta varias exposiciones devenidas de esos viajes,
adquiriendo un protagonismo en el arte vinculado a lo americanista a nivel internacional.

En el 2007 realiza un recorrido de fusión de gastronomía antigua americana con las artes plásticas que inspira su arte hasta la actualidad (2009 banquete Paraíso)

Realizó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredon.  Taller Felipe Noé.  Taller o.smoje,  Dibujo y Pintura con Basia Kuperman.  Asociación Estímulo B.A.  Croquis y bocetos u. b. a. facultad de arquitectura, entre otros.

Poseen obra suya coleccionistas de: Paraguay, Chile,  Brasil, Uruguay, Alemania, Usa, España, Israel.

La exposición estará habilitada hasta el 6 de noviembre en la galería (Malutín 263 e/ Guido Spano y Andrade).

Sobre Lucero y su obra Pablo Cingolani expresa:

“Europa, América, Sudamérica, la selva, el Amazonas…

Lucero es un buscador y un día tenía que sucederle esto de unir las dos puntas de un mismo lazo: “Europa, América, Sudamérica, la selva, el Amazonas… la metáfora de lo encontrado… la metáfora de lo perdido”, como el mismo me afirma y se afirma.

Ahora en este texto que acometo sin pudor y sin dudas porque esta historia que esboza el artista en sus propias palabras no sólo es su historia, es también la mía, es la historia de cientos, de miles de almas sensibles que se han animado a sumar, a multiplicar, a agregar, a sintetizar eso, eso que propone Lucero.

Somos hijos o nietos, de europeos, de migrantes europeos: alemanes, italianos, bretones, galeses, polacos. Pero nacimos acá, nacimos en este sitio del mapa, que es más que una referencia cartográfica: es un lugar en el mundo. Y en este lado del mundo, estaban ellos, estuvieron siempre, seguirán estando en el presente y eternamente: los indios, los habitantes originarios de estas tierras a donde llegaron nuestros abuelos o nuestros padres.

Y la búsqueda, si es búsqueda genuina, si es búsqueda vital –el arte siempre es eso-, la búsqueda del buscador –la de uno como es Lucero- la búsqueda inicial es para encontrarlos a ellos, es para decirles perdón por tanto daño causado (aunque nosotros los buscadores no tenemos porqué tener culpa) y gracias por tanto don y tanto abrazo, tanto saber de nieves y de selvas, tanto enseñarnos –la belleza de los otros, diría Ticio Escobar.

Mas luego, tras haber hecho las paces espirituales y artísticas con los originarios –vean si no, para atrás, el grueso de la obra de Lucero-, surge –a mi me ha pasado igual- una retroalimentación de esa mística –y toda mística es esencialmente fe y toda mística es esencialmente una esperanza-, surge esto de mirar hacia atrás pero no solamente a los otros, sino a nosotros mismos y a nuestros propios ancestros, nuestro propio yo ancestral, ese que nace en Europa, pero no en la Europa de la cual partieron nuestros parientes, sino de esa Europa antigua, esa Europa que se pierde en la noche de los tiempos, y donde había bosques y fieras, donde habían druidas y poetas que la cantaban a lo mismo a lo cual nosotros le cantamos, o pintamos, o escribimos desde acá.

Es entonces que de la combinación, yuxtaposición, fusión de saberes, de experiencias, de creatividades que vienen desde uno y otro lado del océano, pero donde ambas conservan el aliento fresco de la espiritualidad y el magnetismo de lo raigal, de lo que es de uno, surge esta nueva propuesta artística de Lucero que –lo digo con plenitud: me cautiva, me seduce, me atrapa de manera irremediable.

Con esta vena, con esta veta, creo que Lucero es más Lucero, creo que Lucero retoma la huella de ser cada vez más Lucero, se reencuentra dos veces consigo mismo y por ende, por expresividad, por tesón y por el hallazgo mismo, se potencia. Lucero por Lucero es igual a esta nueva propuesta de su arte, una evidente y sana y agradecida manifestación de su arte.

Es tan motivadora su apuesta que si tuviera que ir al detalle de lo que siento y me movilizan esas caperucitas rojas en medio de la vastedad del cosmos sudamericano, en medio de la iracundia selvática, tendría que escribir un libro, un libro que empezase hace muchas décadas, cuando éramos niños y empezábamos a saborear el mundo de la mano de esos cuentos, de esos relatos que no son más que memoria popular, arraigada y vigente, y que por eso siguen teniendo tanta fuerza, tanto poder evocativo, tanta mística y, por lo mismo, tanta esperanza.

Me gusta este Lucero. Me hace bien, me hace sentir bien, ver y valorar esta etapa de su incesante obra. Ojalá ustedes lo sientan igual y se emocionen como quien suscribe viendo estas imágenes que el artista trajo de vuelta a la realidad del fondo más intimo y más querido de nuestro corazón y de nuestra existencia. Desde acá, desde Sudamérica, desde este lugar en el mundo que es nuestro lugar en el mundo, y no hay nada más profundo que amar y apasionarse por la tierra de uno, Lucero está fertilizando y grandemente con su obra precisamente eso: que Sudamérica sea cada vez más Sudamérica y que nos sintamos felices y honrados de que así sea.”

Río Abajo-Bolivia, 30 de mayo de 2014

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